𝟑𝟔

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Yujin corrió directo hacia a Hanbin, lanzándose a sus brazos sin preocuparse por caer o de que si su hermano mayor no lo atrapara. No gritó, aunque quiso hacerlo por un segundo después de haberse mantenido lejos un largo tiempo, extrañándolo y preguntando cada día cuando regresaría a casa.

─ ¿Cómo estás? ─le preguntó con suave voz, haciendo que Yujin sonriera, hundiendo su rostro en su hombro.

Soojin dio un pequeño gritito, caminando con pasos tambaleantes hacia sus hermanos, siendo tomada de la mano por Jiwoong. La pequeña andaba con un curioso sombrero de cono que Yujin reconocía como una especie de corona en los cumpleaños, y entonces recordó la razón del porqué estaba de regreso en casa: el primer cumpleaños de Soojin.

─ ¿Comeremos pastel? ─preguntó de inmediato, sonriéndole al mayor algo emocionado.

Hanbin le devolvió la sonrisa, mirándolo directamente a los ojos. Y por un segundo, Yujin pudo notar su expresión cansada y triste, igual a la que puso hace meses, cuando lo vio vestido de negro después de que su madre desapareciera. ¿Desde cuándo no la había visto?

El pequeño se entristeció de inmediato; no solo extrañaba a sus padres, ahora también se la pasaba extrañando a Hanbin, a Matthew, a Hao...y un poquito a Jiwoong. Él nunca había extrañado a su hermano mayor antes, pero no verlo por ahora le provocaba aquella curva en sus labios.

Volvió a abrazar a Hanbin, cerrando los ojos y preocupándose por la mirada triste que había visto en él. ¿Y si alguien más se fue? ¿Qué tal si era Hao, a quién aún no había visto? ¿O Matthew? ¿Quién se había ido para causarle tanta aflicción a su hermano mayor? ¿O es que Hanbin también extrañaba a su madre?

Escuchó a Ricky llegar hasta la puerta y decirle unas cuantas cosas a Jiwoong que no escuchó por completo, mientras que veía como Soojin fue cargada por Gyuvin, quien le daba mimos. Después pudo apreciar a Hao y a Matthew bajando hasta que todos estuvieron en la entrada, pero por alguna razón, él no podia separarse de Hanbin, aún tenia sus brazos sobre su cuerpo, protegiéndolo del mundo.

Entre el bullicio de la plática y mientras era alzado por Hanbin, los crujidos en el techo llamaron su atención, haciéndolo mirar por largos segundos, concentrándose en el pequeño hueco que se formó en un ladode la madera entre la madera. Un ojo brillante se asomaba, recibiéndolo de vuelta.

Movió sus labios con lentitud, pronunciando una frase que ni siquiera el viento escuchó, pero que estaba seguro sería entendido. Luego, el destello brillante y oscuro desapareció con rapidez.

─ Tere... ─dijo Soojin, haciéndolo girar de inmediato. ¿Acaso escuchó bien? Dudaba de eso, así que la observó por varios segundos hasta que volviera a hablar.─ Tere. ─la bebé apuntó hacia el pasillo, lentamente girando su mano hacia el sótano.

─ ¿Acaba de decir Taerae? ─preguntó Ricky, empleando aquel tono molesto que siempre usaba en las discusiones. Hanbin solo suspiró.

─ No. ─mintió Jiwoong, como si nada extraño estuviese pasando.─ Creo que lo escuché más como si dijera "tele".

─ Yo entendí "tete". ─murmuró Gyuvin.

─ Dijo Taerae. ─volvió a repetir, mirando directamente a su hermano mayor, viendo como este parecía desconcertado.

─ Es una bebé que balbucea. ─interrumpió Hanbin, hablando con voz seria.─ Deja de ser paranoico, Ricky.

𝐒𝐖𝐄𝐄𝐓 𝐇𝐎𝐌𝐄 𖧵 𝐙𝐁𝟏Donde viven las historias. Descúbrelo ahora