Después de un par de horas de sueño intranquilo, Shen Qingqiu se levantó de la cama y salió de su cueva. El día estaba tranquilo al parecer, aunque lo sorprendió haberse levantado antes de que Luo BingHe llegara a la cueva con el desayuno listo.

Sin embargo, el joven no tardó en aparecer, interrumpiendo los pensamientos del mayor: —¡Shizun! ¿Qué hace despierto tan temprano? ¿Está todo bien?

—Está todo bien —. En realidad no, pero había que mantener la calma. —BingHe, después de lo que sucedió ayer, pensé bastante en algo y tomé una importante desición.

La mirada de Luo BingHe se volvió más brillante, esperando a que su shizun dijera qué había decidido.

Pero Shen Qingqiu dijo algo muy diferente a lo que esperaba: —Iré a las cuevas de la montaña para fortalecer mi cultivo. Así que te dejaré a cargo de los otros discípulos por un tiempo.

Luo BingHe se desanimó bastante. Shen Qingqiu se apresuró a acariciar su esponjado cabello, intentando consolarlo, aunque sinceramente no entendía qué era lo que no le había gustado: —¿Acaso no te emociona ser el líder temporal que Qing Jing? Eres el discípulo principal, algún día llegarás a ocupar el lugar de señor del pico.

Era una mentira, pero ni modo de decirle "algún día vas a ser un emperador con un harem de tres dígitos". Esto era más convincente para el momento actual.

Aun así el joven no cambió su expresión: —Shizun, no fue su culpa que lo capturaran, podría haberle pasado a cualquiera de nosotros. Y además, yo siempre estaré para ayudarlo cuando lo necesite.

No había manera de que Shen Qingqiu no se sintiera conmovido por esto, pero no se podía rendir cuando estaban en juego sus puntos para seguir vivo. —Lo sé, BingHe. Pero un maestro debe dar el ejemplo. Cada cultivador debe fortalecerse y ser autosuficiente para poder proteger a la gente que lo necesite.

Aunque para sus adentros se dijo: "Mira quién habla de autosuficiencia, el que no sabe ni prepararse una Maruchan".

Por fortuna, el argumento logró convencer a Luo BingHe, quien asintió y afirmó: —Entonces, haré lo mejor posible mientras shizun regresa.

Shen Qingqiu sonrió, satisfecho de haber logrado convencer a su joven discípulo. Sabía que Luo BingHe era capaz y confiable, y confiaba en que se encargaría adecuadamente de los demás discípulos en su ausencia. Todavía era un lotito blanco, a lo mucho se haría más cercano a Ning YingYing.

—Sé que lo harás bien, BingHe. Confío en ti.

El muchacho todavía no se veía muy contento, pero no protestó. —No te decepcionaré, shizun.

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Shen Qingqiu no tardó mucho en llegar a las cuevas de la montaña para meditar y mejorar su nivel de cultivo. Y como eso no era muy detallado en la historia, solamente tomó unos segundos para que transcurrieran 6 meses según la trama. No alcanzaba ni para llenar un párrafo en el retelling.

Las cuevas espirituales eran como un gran laberinto profundo. Los caminos giraban y se entrelazaban entre ellos sin ningún orden, aunque había una especie de sensación de frescor que venía de quién sabe dónde. Las rocas de piedra caliza se fundían con el paisaje, revelando muchos lechos de roca natural.

Pero poco después escuchó un ruido muy extraño, como un jadeo doloroso, que no sólo sonó raro para sus agudos oídos, el poder espiritual de su cuerpo también parecía percibir un extraño y casi violento estallido de fluctuaciones de energía.

Genial. Ya se imaginaba que algo habría sucedido. En esas cuevas espirituales, por supuesto que podían haber otras personas cultivando, además de él. Y según lo que sentía, alguien acababa de sufrir una desviación de qi. 

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