Bienvenida

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Hace una semana habían comenzado las clases, Mcgonagall te guiaba y te mostraba sus estrategias de enseñanza, lo pasabas muy bien, había transcurrido poco tiempo desde que llegaste y te sentías muy acogida y cómoda, era un gran acierto aceptar venir a Howard, trabajar con niños te encantaba, saliste de tu ultima clase para dirigirte al gran comedor, en donde los profesores parecían mirarte demasiado,
-¿ocurrió algo?- preguntaste en voz baja a Severus mientras te sentabas alado de el, no te respondió nada solo te miro y si no te equivocabas sus ojos expresaban, ¿emoción? tal vez, era difícil descifrar lo que sentía pues él era bastante bueno escondiendo sus emociones, no pasó mucho tiempo para que Albus hablara en un tono bajo pero que se escuchaba claramente en la mesa de profesores,  -Puesto a que los últimos días nos encontrábamos bastante ocupados, este viernes queríamos que nos acompañase a celebrar su llegada profesora-
te miro para sonreírte esperando una respuesta, los profesores te miraban expectantes, -me encantaría- respondiste emocionada, pasaron los días hasta que al fin era viernes, quedaron en verse en un bar a las 9

Ya eran las 8:40, te pusiste un vestido verde algo ajustado, sonreíste al ver lo hermoso que se te veía, era algo ajustado, llegaba hasta tus tobillos, la tela era suave y se movía con facilidad, tenía un corte en la pierna lo que le deba un toque sexi, te estabas poniendo tus aros cuando escuchaste la puerta sonar, caminaste hacia ella para abrirla y encontrarte a Severus frente a ti, se veía sutilmente mas guapo y un poco más arreglado que de costumbre, sonrió al verte con ese vestido, que se apegaba a tu cuerpo y dejaba ver tu pierna por el tajo al costado, -te ves bien- dijo algo descolocado aún, -tú también- respondiste para que te ofreciera el brazo, caminaron por el castillo para que el fin se transportaran al bar, al llegar ya estaba Gilderoy, Minerva, Quirinus y Albus, quienes te recibían felices apartando un lugar para ti en la mesa, mientras pasaba la leche llegaban más profesores, estuvieron conversado y bebiendo un poco, sonó la música y se te hizo imposible no levantarte y comenzar a bailar, los profesores se incorporaban a la pista de baile y te acompañaban, era una inolvidable bienvenida, Severus permanecía sentado algo serio, fuiste donde estaba para incentivarlo a bailar contigo, este sonreía pero negaba con la cabeza, luego de bastante rato insistiéndole se levanta y baila contigo, la música a esas alturas de la noche ya era más tranquila, veías a Albus y Minerva bailando juntos, siempre habías creído que ambos se veían muy bien juntos, bailaron un rato, era increíble, Severus muy buen compañero de baile y ambos tenían una complicidad increíble, ya estaba terminando la noche, una vez cansados tomaron sus cosas para transportarse al castillo

Traías los tacones en tus manos y te habías recogido el pelo, aún que para Severus seguías viéndote muy bien, caminaron hasta tu dormitorio para que se intentara despedir pero antes de eso lo invitaste a entrar,
-yo... creo que...- se estaba complicando un poco -no te estoy invitando a acostarte conmigo idiota- sonreíste para entrar y que te siguiera detrás, ambos estaban algo ebrios, abriste con tu barita un pequeño mueble debajo de tu cama para sacar una champaña y servirla en la única copa que tenías que era la que por equivocación te habías llevado del bar hace un rato, ambos la compartían, bajaba muy rápido, volvías a llenarla y volvían a vaciarla, estuvieron conversando y riendo un rato hasta que de un momento a otro te dormiste, apoyaste tu cabeza inconscientemente en el hombro de Severus, quien suspiró al tenerte tan cerca, podía sentir el olor a tu perfume, le atraías, pero no quería perder tu amistad, no quería herirte por no tener las cosas claras, últimamente trataba de olvidar eso que estaba sintiendo por ti pero se le complicaba demasiado, sobre todo porque le gustabas enserio, el tiempo sin verse lo había hecho madurar, sabía lo que sentía, lo tenia muy claro, ya no era el chico de hace años que se cerraba a estar con alguien que no fuera Lily, aún la quería si, pero también le gustabas y no sabía si intentarlo era una buena opción, decidió no sobre pensar tanto las cosas, solo disfrutar la imagen frente a él, tapo las piernas de ambos con una frazada que estaba encima, con cuidado y sin moverte puso dos almohadas para que ambos se recostaran por encima de la cama, te acomodaste ahora dejando tu cabeza sobre su pecho, sentías el rápido palpitar de su corazón, latía tan rápido como el tuyo, de un momento a otro te relajaste tanto que te dormiste, sentiste como Severus te tapo la espalda y dejo su mano en tu espalda en un abrazo, no bastó mucho tiempo para que ambos se relajaran y se durmieran al fin....

¿Enamorados?  🖤Severus y tu🖤 (+18)   Donde viven las historias. Descúbrelo ahora