―¡Cállate, no quiero escuchar tus estúpidas excusas!―
―Mi amor, por favor, déjame explicarte, no es lo que piensas―
―¡Confíe en ti, Sung-Won, ¿Por qué me pagas así!― la chica sentía que se hiba a desmayar, nunca pensó que su esposo le sería infiel con otra y justo cuando solo faltaban 2 meses para que sus bebés nacieran.
―¡Pero si no me dejas explicarte, cálmate un momento!― el joven estaba muy estresado, al principio pensó que su esposa no lo atraparía porque estaba siendo muy cauteloso, pero no todo salio como él quería.
―¡No digas más, hoy mismo me iré de la casa!―
―¡Oye, no puedes hacer eso!― gritó enojado Sung-Won; mientras se acercaba amenazante.
―¡¿Y por qué no puedo?, ¿Me lo vas a impedir?!― respondió de la misma forma, aún más enojada.
―¡Estás embarazada, eso te hará mal, además, nisiquiera tienes a donde ir!―
―¡Pues, te equivocas, si tengo a donde ir, y que este embarazada no me impide hacerlo―
―¡Stephanie, ven aquí!― gritó de nuevo el chico, observando como la nombrada subía las escaleras con algo de dificultad.
―¡No me vuelvas a hablar, idiota!― sin darse cuenta había comenzado a llorar, le dio toda su confianza al chico que tanto amaba y todo para que terminará rompiéndole el corazón, ¿acaso no fue suficiente para él?.
Se encerró en la habitación que compartían y no salió de ahí hasta que se hizo de noche, estaba decidida a irse de ese horrible lugar.
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―¿Es enserio?, ¿De verdad te vas a ir?― preguntó en voz alta, al ver como Tiffany (apodo por el que solía llamarla) bajaba con una maleta.
Se acercó a ella e intentó abrazarla, pero la contraria no se le permitió, solo volteó la cara y se alejó, dirigiéndose a la puerta principal de la gran casa.
―Ya no puedo continuar aquí, al lado de un hombre que no me ama― dijo, sacando sus llaves de su cartera.
―Tiff, por favor, quédate, ya van a nacer nuestros pequeños, ¿No me vas a dejar conocerlos?― se arrodilló en frente de ella, suplicandole porque se quedará.
―No lo haré, Sung-Won, déjame ir―
―Por lo menos deja que conozca a mis niños, por favor―
―¡Ya te dije que no lo haré!― decidida a salir, abrió la puerta, agarrando con fuerza su maleta, pero justo cuando hiba a cruzarla, sintió una mano deteniéndola.
―Tú te quedas con uno y yo me quedó con el otro―
―Pero...¡¿Qué carajos estás diciendo?!―
―Te pagaré una buena suma para que puedas criarlo de la mejor manera― lentamente saco su billetera y le entregó miles y millones de dólares en la mano.
―Estás loco, ¡¿Crees que te voy a vender a mi hijo?!― gritó enojada, lanzandole todo el dinero en la cara.
―¡También es mi hijo, y si no lo haces me encargaré de desaparecerte de la faz de la tierra!― nunca pensó que sería capaz de eso, Tiff tembló de miedo cuando vio a su esposo con una arma blanca en la mano, apuntándole directamente a la cabeza, no sabía que hacer, no quería morir.
―N-no me mates, por favor― pidió en voz baja.
―¡Entonces, haz lo que te digo!―
―Esta bien, esta bien...― estaba muy confundida, pero tenía mucho miedo, sabía que si no aceptaba, probablemente él se encargaría de matarla y si la mataba a ella, también mataba a sus retoños, y oh no, eso no lo hiba a permitir.
―Tú puedes quedarte con Minho, yo me quedaré con Felix―
―Ujum, así me gusta― poco a poco fue bajando el arma hasta dejarla caer en el suelo.
Stephanie por fin pudo respirar, estaba un poco angustiada porque acababa de renunciar a su hijo -literalmente-, se sentía como la peor madre del mundo.
―Pero, primero debemos hacer un trato...Ninguno de los dos les contaremos sobre que son hermanos, cada uno lo criara por separado― dijo con un tono de voz espeluznante.
―¿Y por qué?―
―¡Porque yo lo digo y punto!―
―Okay, Okay, yo te avisaré cuando será el parto, por ahora debo irme, adiós― dijo Tiffany para finalmente salir de la casa, dejando atrás todo recuerdo de su vida junto con ese hombre.
De ahora en adelante se centraría en ella y en su pequeño Lixie, trataría de ser una buena madre, una madre de la cual Felix no tenga necesidad quejarse.
Caminó y caminó sin rumbo fijo, Sung-Won tenía razón, definitivamente no tenía donde quedarse, solo le dijo eso para defenderse, no quería verse intimidada por él, pero falló. Había comenzado a llover y la noche se acercaba, tenía que buscar un lugar donde quedarse si no quería agarrar un resfriado o algo así.
Luego de unos minutos caminando, se refugió debajo de un techo de una tiendo que parecía estar abandonada, hacia mucho frío, pero no tenía con qué abrigarse, olvidó su maleta en la casa y no quería regresar a buscarla, de todas formas sería inútil, él no la dejaría entrar.
Comenzó a llorar de al frustración, su vida era una mierda, primero sus padres se olvidan de ella, luego, su esposo le es infiel con otra y ahora le arrebatan a uno de sus bebés, aunque no del todo porque ella aceptó hacerlo. Ahora que lo pensaba si era una muy mala madre, debió haberse negado.
―Perdóname, mi amor, sabes que te amo, pero ya le prometí a ese idiota que te dejaría con él― susurró llorando; mientras daba caricias a su barriga que ya estaba bastante crecida, de repente sintió a uno de sus hijos moverse y estaba 100% segura que era Minho. Él podía escucharla.
Y ahí se quedó toda la noche hasta que amaneció y decidió ir a la casa de una persona que, quizá, no le brinde un techo para vivir, pero lo que sí puede hacer es ayudarla a conseguir un trabajo, al menos para poder pagar un apartamento.
―Toda saldrá bien, después de todo, yo soy "Stephanie Young Hwang"―
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『𝗔 𝗹𝗼𝘃𝗲 𝗻𝗲𝘃𝗲𝗿 𝘀𝗲𝗲𝗻 𝗯𝗲𝗳𝗼𝗿𝗲』Minlix.
RomanceCuando Minho y Felix estaban por nacer, sus padres decidieron divorciarse por cuestiones de problemas en la relación, cada uno se llevó a un bebé y se encargo de criarlo por su cuenta, sin ayuda del otro, pero no sabían que habían cometido un grave...