CAPÍTULO 47

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La luz me cegaba por completo, pero no iba a apartarme.
                    
El motor rugió amenazadoramente, pero no me amedrenté. No iba a permitir que Eunwoo se fuera de ésta forma. No iba a permitir que se fuera creyendo cosas que no eran.                    

—¡E-Eunwoo, espera!, ¡no te vayas! —tartamudeé por el nudo de mi garganta.                    

—¡_____, apártate de ahí! —gritó Yugyeom, pero no me moví.                    

—¡Eunwoo, por favor baja y vamos a hablar! —grité, intentando hacerme sonar por el rugido del motor. La desesperación se estaba filtrando por cada poro de mi piel y no me importaba estar haciendo una escena. No podía permitir que se fuera de ésta manera.
                     
—_____, por el amor de Dios, apártate de ahí —Yugyeom sonaba tan preocupado como yo.                    

De pronto, el motor de la camioneta se apagó. Mi corazón dio un vuelco dentro de mi pecho cuando la puerta del piloto se abrió y Eunwoo salió hecho una furia. Ni siquiera me miró cuando hizo su camino hasta Yugyeom y estampó su puño en su cara.
                     
—¡EUNWOO! —grité, horrorizada, mientras corría para detenerlo.                   

—¡ESTABAS VIENDO A MI PRIMA, HIJO DE PERRA! —bramó y le dio una patada con la punta de la bota justo en las costillas.                     

—¡EUNWOO, DETENTE! —grité con un nudo en la garganta.                   

—¡¿CREÍAS QUE NO LO SABÍA?! , ¡BORA ME LO CUENTA TODO! , ¡ERES UN JODIDO HIJO DE PUTA! —otra patada fue atestada en dirección a Yugyeom y yo tiré del brazo de Eunwoo con todas mis fuerzas.                    

Eunwoo trastabilló hacia atrás y tiró su brazo de mi agarre y se giró para encararme. Su rostro estaba transformado en una mueca de ira y dolor. Sus ojos se habían oscurecido un par de tonos. Su mandíbula estaba tan apretada que, por un momento, creí que se partiría en dos. Su pecho subía y bajaba con su respiración irregular y superficial y me miraba con odio. Un odio que jamás había visto en su mirada. Un odio que iba completamente dirigido hacia mí.             

Tragué duro, intentando aminorar el nudo de mi garganta y mis ganas de gritar.                   

—¡No vuelvas a tocarme! —siseó y mi corazón se estrujó con fuerza.                 

—Eunwoo, por favor…                    

—¡SÓLO DETENTE! —gruñó, girándose sobre sus talones. Tirando de su cabello con mucha fuerza. Jamás lo había visto tan perdido. Jamás lo había visto tan afectado. Jamás lo había visto perder los estribos de ésta manera. Tomó un par de inspiraciones y tragué duro, intentando aminorar el nudo de mi garganta. Era imposible. Estaba furiosa conmigo misma, estaba frustrada y desesperada. Se giró para encararme y su expresión enfurecida me erizó todos los vellos de mi cuerpo—¿Para esto querías terminar conmigo?, ¿Realmente querías ver a otras personas?...                   

—Eunwoo, escúchame...                   

—No quiero escuchar —sus ojos se cerraron y pude ver un destello de dolor surcando sus facciones— Ya no quiero escucharte más.                   

Mis labios temblaban incontrolablemente y no pude reprimirlo más. Un par de lágrimas rodaron por mis mejillas y las sequé con rapidez. —E-Eunwoo, necesito explicarte.                  

Sus ojos encontraron los míos y mi corazón se quebró en fragmentos más pequeños al ver su mirada teñida con lágrimas sin derramar. —No necesitas darme explicaciones de nada, _____ —susurró con la voz enronquecida— Después de todo, tú y yo ya no somos nada.                    

AUNQUE NO PUEDA VERTE- Eunwoo y TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora