Cruzando para vivir en las llanuras salvajes (穿越 之 宅 在 荒野 平原 过日子)

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Aunque se le pidió a Chen Qi que nombrara la tribu, Chen Qi no tenía ni idea de tal cosa.

Por la noche, a la hora de dormir, se apoyaba en el cuerpo de Aze e inspeccionaba las tablas llenas de líneas a la luz del fuego. "Aze, ¿qué tipo de nombre de tribu sería mejor? ¿Uno que suene bien? ¿Uno dominante? ¿Uno elegante?

Al ver a Chen Qi con esta expresión preocupada desde que regresó, Aze sonrió levemente: "La tribu ni siquiera ha comenzado a construirse todavía. Tómate tu tiempo para pensar en ello. Todavía queda un largo camino para que termine el invierno".

"Eso es fácil de decir, pero siempre siento que al final no podré pensar en un nombre".

"Entonces, ¿por qué no descansas esta noche y piensas más en ello mañana?

Chen Qi guardó las tablas de madera y le dio un beso en los labios a Aze. "Así es. Dejemos un problema tan difícil para el mañana".

Ajing no era ajeno a tales espectáculos y metió en su cama al pequeño cachorro de lobo, al que le había costado mucho bañar y secar su pelaje, y se quedó dormido tranquilamente.

Esta vez nevó durante un tiempo inusualmente largo. El cuerpo de Azhang se recuperó bien y comenzó a turnarse como guardia junto con Aze y los demás. La nieve no daba señales de detenerse en absoluto, aparte de los primeros días cuando la nevada estuvo acompañada de una tormenta de nieve, el viento cesó y solo la nieve en forma de copos siguió cayendo del cielo.

Desde que el último enjambre de dragones langostas regresó al bosque, ningún otro dragón había salido del bosque. No se sabía si los dracos hiena que emboscaron y atacaron en el desierto antes habían ido a cazar a otros lugares o si habían cazado suficientes presas para sobrevivir el invierno y regresaron al bosque. Los hombres bestia no encontraron más rastros de hienas dracos en el desierto.

Los campos nevados más allá del muro estaban tranquilos todos los días. Aparte del crepitar del fuego en la sartén junto a ellos, no hubo ningún otro sonido.

Recientemente, cuando Chen Qi no tenía nada que hacer, comenzaba a clasificar algunos materiales didácticos para enseñar alfabetización y otros conocimientos nuevos. Ahora, los hombres bestia se reunirían en la casa de Chen Qi tan pronto como se despertaran y se lavaran. Prácticamente se reunían para las tres comidas del día. Entre Ali, el mejor cocinero, y Ka Luo, el entusiasta de la comida, Chen Qi ya no necesitaba encargarse de cocinar.

Las tiras de bambú, que Chen Qi había hecho anteriormente solo para ser reacio a usarlas después de escribir en dos de ellas, ahora volvieron a salir cuando comenzó a preparar los materiales didácticos para enseñar a escribir.

Después de clasificar algunos puntos de conocimiento que pensó que podrían enseñarse a los principiantes, Chen Qi estiró la cintura y miró la nieve que caía fuera de la ventana. Chen Qi se volvió para preguntarle a Ali, quien estaba revisando cuidadosamente las pocas palabras que Ajing acababa de enseñarle: "Ali, la nieve ha estado cayendo durante más de medio mes. ¿Entrará directamente en verano después de que caiga?

Ali tuvo que reorientar su mente ante esas palabras y sacudió la cabeza. "No, todavía falta mucho para el verano. Deberían pasar otros dos meses aproximadamente antes de que caiga la última nieve". Por supuesto, la última nevada a la que se refería Ali era la nieve que caería continuamente durante un mes completo.

Chen Qi estaba un poco decepcionado. Sacó varias telas que había pintado la noche anterior antes que Ali. Estos trozos de tela previamente tenían otras cosas pintadas y Chen Qi usó algunos tintes marrones para teñir los patrones pintados originales y luego volvió a pintar los nuevos diseños.