Harry Potter y el secreto de Magia

Capítulo 7

El entrenamiento de los niños fue terrible. Tuvieron que arreglárselas para hacer mil flexiones y otras tantas flexiones. Harry tardó un año en lograr hacerlos, ayudado por Kiki que los estaba haciendo al mismo tiempo que él, además de eso, por la noche, tenían que aprender a leer y escribir. A Harry le encantaba leer, pero no a Kiki que prefería poder salir a jugar. Desafortunadamente cuando Harry tenía cinco años, los dos niños tuvieron que separarse, porque Milo tuvo que regresar al Santuario con su aprendiz. Harry estaba triste por dejar a su mejor amigo, pero fue obediente y por eso, saludó a su casi hermano, así como a Mu, pero con un respeto inmenso. Cuando terminó, Milo tomó la mano de su aprendiz y los dos desaparecieron hacia el Santuario. Tan pronto como llegaron a Grecia, Harry se enfermó debido al exceso de oxígeno en su aire y se desmayó. Milo tomó al niño en sus brazos y subió a su casa. Aldebarán presintiendo el regreso de su colega, llegó y dijo:

-Es demasiado lindo este niño.

-Sí.

- ¿Pero qué le pasó?

-Ya no está acostumbrado al aire rico en oxígeno, por lo que no se sentía bien.

-¿Cuantos años tiene el ahora?

- Hoy cumple cinco años. Está bien, iré a mi casa.

-Correcto. Vaya ! Prestad atención a Death Mask, está verde de rabia, su casa está cubierta con una alfombra verde salpicada de margaritas y margaritas.

Milo se rió y entendió que no era Harry quien estaba haciendo estas bromas, sino Magia quien no debía apreciar la condecoración del Caballero de Cáncer. El Escorpión se había dado cuenta de que la poderosa diosa tenía un gran sentido del humor y empujó a Harry a ser como ella, pero lo convirtió en un digno defensor de Atenea. Sintió que cuando el niño fuera un caballero dorado, el Santuario sería víctima de bromas sórdidas. Cuando Milo llegó, Harry se despertó y preguntó:

- ¿Qué pasó, maestro?

- Te desmayaste por el exceso de oxígeno en el aire.

-Vaya ! Lo siento, maestro.

-No es grave.

Milo dejó al niño y los dos reanudaron su camino hacia la casa de Cáncer. El Golden Knight of Scorpion estaba esperando para ver la decoración de la casa de Deathmask. Ambos sintieron una intensa furia que emanaba de la cuarta casa. Harry se escondió detrás de su maestro. Milo sonrió ante la inocencia y vulnerabilidad de su aprendiz. Se preguntó si la armadura de Harry protegería a su futuro usuario si fuera necesario, pero rápidamente descartó ese pensamiento, ya que era él quien debía proteger a su aprendiz ya nadie más. Entonces entraron a la casa y pasaron al caballero dorado que parecía estar listo para matar al primero que se riera. Harry miró asombrado la decoración y no pudo evitar exclamar:

-Maestro, ¿es normal que la casa de Cáncer parezca un campo de flores?

Milo se echó a reír cuando Deathmask parecía estar listo para matar al niño. Frente a su mirada, Milo gritó:

-Solo tienes que culparte a ti mismo.

-Soy la Máscara de la Muerte del Cáncer. ¿Cómo asusto a los enemigos del Santuario si tengo fama de ser un amante de los peluches?

De repente, la decoración desapareció y reapareció la antigua. Harry hizo una mueca ante los rostros contra las paredes. Al niño le hubiera gustado huir, pero tenía que quedarse con su amo. El cruel Deathmask miró al niño y luego le dijo a Milo:

-¿Así que es tu aprendiz?

-Sí. Es un mago y muy poderoso. También tendremos problemas con humanos llamados magos.