Harry Potter y el secreto de Magia

Capítulo 10

Cuando terminara sus matemáticas, comenzarían la clase de anatomía. Era la lección más importante, era fundamental, porque un buen guerrero tenía que ser capaz de golpear donde el daño sería mayor. Tenía que ser capaz de recordar la ubicación de cada músculo, nervio, hueso y tendón del cuerpo humano. Y luego , cuando supiera todo a su alcance, entonces Milo realmente lo entrenaría en combate, lucharía con coraje, ¡sería digno de los más grandes caballeros dorados!

Harry dio un respingo cuando escuchó una tos, y cuando se despertó descubrió que estaba parado en la mesa de la cocina y no había pensado de la forma en que pensaba, sino que lo había gritado con la cabeza levantando el brazo hacia el cielo. Milo casi se echó a reír cuando vio que el niño miraba alrededor con perplejidad y luego vergüenza. Se apresuró a bajar a su banco, luego reanudó sus ejercicios, después de murmurar:

-Lo siento, Maestro Milo.

Este era uno de los mayores problemas de su aprendiz, era un soñador y de vez en cuando se iba a su mundo de sueños y se olvidaba de todo lo demás. Cuando empezó a hablar, Milo había descubierto esta tendencia a escapar a un mundo imaginario. Debió esperar hasta que Magia se despertó para preguntarle si todos los caballeros magos eran como él, pero ella le dijo que Harry solo estaba soñando. Así que, con la ayuda de Mu, suprimió este rasgo de carácter que podría costarle la vida en una pelea y, si Harry todavía estaba soñando despierto, lo estaba haciendo cada vez menos.

Cuando Harry terminó con sus ejercicios, pasaron a la anatomía y finalmente a la parte más divertida, el control. Milo siempre le pedía que hiciera cosas con su control y esta vez fue:

-Bien ! Esta noche, vamos a limpiar. Entonces vas a hacer que el templo luzca como nuevo, libre de polvo y con el aire purificado. Mientras tanto, cocino.

-Buen maestro Milo.

El niño cerró los ojos y respiró hondo. Cuando se sintió listo, abrió los ojos y dejó que su control invadiera la habitación, el templo Escorpión e incluso todo el Santuario. Milo observó con placer cómo la cocina brillaba, mientras Aldebaran saltaba cuando la sartén oxidada que estaba tratando de limpiar parecía nueva otra vez, mientras Deathmask observaba cómo desaparecía la suciedad que se había acumulado en las paredes de su templo, mientras Aiolia observaba cómo se deshacían de su placa. grasa, Shaka vio su loto brillando con limpieza, Shura vio que la estatua de Atenea recuperaba su antigua belleza, Afrodita vio que las alfombras persas en su sala de estar recuperaban sus colores y que el Papa contemplaba la reaparición de mosaicos perdidos. Saga se rió al darse cuenta de que se debía a los efectos del control de Harry. Milo se volvió hacia Harry y dijo:

-Eso es genial, Harry.

-Gracias, Maestro Milo.

El Caballero Dorado frunció el ceño cuando sintió el cosmos de Shura en su sien, luego el de Shaka, luego el de Afrodita y casi inmediatamente después el de Aiolia. Unos segundos después fue de Death Mask y finalmente de Aldebaran. Muy sorprendido, bajó a la sala del peristilo y descubrió que efectivamente allí estaban todos sus compañeros juntos. Harry , curioso como cualquier cosa , había seguido a su maestro, pero permaneció escondido detrás de una columna preguntándose por qué los caballeros dorados estaban presentes. Milo hizo la pregunta que lo había estado molestando durante un buen minuto:

- Pero, ¿qué haces aquí? ¿Hay una reunión?

Los caballeros dorados se miraron entre sí y Aiolia hablando por todos sus colegas respondió:

-De hecho, si estamos aquí, es para agradecerle a Harry.

-Por qué ? Qué ha hecho ?

-¿Has notado algunos cambios en el Santuario? Shura preguntó con una sonrisa.