𝗧𝗲𝗮𝗰𝗵𝗲𝗿'𝘀 𝗣𝗲𝘁 ; 𝖳𝗈𝗆 𝖪𝖺𝗎𝗅𝗂𝗍𝗓

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Mi mjr amiga dijo que con el audio se ve masss ya saben (Intenso) XD.

Pov's Tom ;

Estampe su cuerpo a la pared que quedaba cerca, hize un recorrido de besos por todos su cuello.

Sus jadeos se escuchaban cerca de mi odio, y eso era más exitante.

Mi mano fue directo a su pecho, aplastando este, y disfrutando, pero no tanto con todas las prendas que tenía.

Me aleje un poco, quitando rápidamente su camisa, volví hacia ella bruscamente, besando todo lo que podía.

Lleve mis manos al broche del sostén, pero era casi imposible, ¿Cómo es que se logran colocar eso?.

— ¿Podrías ayudarme? — Ella se rió, llevando sus manos hacia atrás, quitando el estorboso sostén.

Y por primera vez, ví sus pechos, quedé perplejo.

— ¿Vas a seguir observando me, o puedes continuar? — Mire sus ojos con lujuria, le dedique una sonrisa, y volví a lo mío.

Bese su labio inferior, dando una señal si pueda explorar su boca.

Dio acceso, y recorrí mi lengua por toda su boca, algunos gemidos quería soltarlos, pero eran atrapados por mi.

Sus manos quitaron mi suéter, y está los observaba deseoso.

— ¿Quieres jugar a otras cosa? — Dije con tono ronco.

— ¿Más juegos? — Sonreí ladino.

— Pero te aseguro que este será mucho más divertido. — Ariana asíntío.

Tome su muñeca, llevándola a la habitación, no estábamos en su apartamento, fuimos a un lujoso hotel, en donde se suponía que solo íbamos a cambiarnos.

Ya estábamos dentro.

-— Acuéstate — Después de que lo hiciera, subí encima de esta, los besos cada vez llegaban a otro nivel.

Sus manos juguetonas, bajaron el cierre.

Y una de estas, metió su mano por el boxer. — Valla, ¿Soy yo, oh hay una serpiente hay abajo? — Me rei de su chiste, volviendo a devorarle la boca.

Quite el pantalón que tenía Ariana, hize un recorrido por todos sus muslos y entrepierna.

Baje lentamente su braga, deslizando la por sus brillantes piernas.

— Solo nos hemos besado, y tú ya estás completamente mojada, princesa -—No respondió, su rostro estaba exitado, y al parecer lo estaba disfrutando, cada roze y toque, la complacía.

Fui hasta su intimidad, besando y succionando está, lamiendo y falsamente penetrando con esta.

Levanté la cabeza, viendo su rostro arrugado, sus manos apretaban la sabana de la satisfacción, y trataba de soltar gemidos.

Metí unos de mis dedos sin previo aviso, soltó un quejido del dolor.

— ¿Te duele? —Asíntío, con ambos ojos cerrados y su cara de dolor.