capítulo 4

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-por aquí princesa. - Dice guiándome por los pasillos del castillo.

En los pasillos hay muchos ventanales con unas cortinas de color rojo carmesí. Estas permanecen abiertas dejando ver hacia el exterior. Por el lado derecho del pasillo se ven hombres peleando, un buen grupo con la armadura que tiene Maximiliano y los otros con la armadura azul metálico, un azul muy claro que casi se puede confundir con el color de la plata.

-¿porque nos atacan?- pregunto acercandome a la ventana. -osea, porque a este reino. -

-la nación del agua siempre ah querido gobernar las otras tres naciones. Cada nación tiene un rey y cada uno de ellos gobierna su nación. No se habia sabido de la nación del agua en mucho tiempo, hasta que se supo de la muerte del rey Amadeus, dejando como gobernante a su hijo Christopher. Desde el dia en que murió el rey, su hijo quiere venganza; piensa que las tribus se unieron para quitarle el mando a su padre. Piensa cumplir con el deseo de sus ancestros y quiere venganza por su padre.-

-¿y, por que no se unen las naciones para poder defenderse de la nación del agua? - pregunto.

-ya hemos tratado de unir fuerzas con las demás naciones, pero piensan que estamos Unidos con los del agua para atacar a sus naciones. -

-¿ellos no ven que nos atacan también? -

-piensan que es un juego, que también queremos sus tierras.- dice mientras se detiene para mirarme y continuar hablando. -solo usted puede parar esto y solo usted sabe cómo- me dice con un tono de esperanza y con una media sonrisa triste y cabizbaja. -hemos llegado a su habitación. - deja de mirarme y habre las puertas.

Son dos puertas enormes y a los lados hay dos guardias. Cuando habre las puertas se pude apreciar mejor la habitación. Las paredes son de un tono rojo suve y con detalles en color cobre, son dragones, muchos de ellos en las paredes. La cama es enorme, cabrian diez personas fácilmente, hay un ventanal enorme al frente de la puerta y delante de este hay un sofa pegado a la ventana. Esta permanece cerrada con unas cortinas color blanco con un decoloramiento hacia arriba de cobre.

-espero que le guste.-

-es hermoso, gracias.- respondo asombrada por mi nuevo cuarto.

-su padre pronto estará aqui.- da una vuelta en hacia dirección de la puerta y las habre. -con su permiso- dice cordialmente para poder salir. Me quedo en mi habitación y paso por los rincones viendo los detalles de las paredes. En una de estas hay un retrato, esta mi padre con una corona y en sus brazos tiene una pequeña niña con una corona, asumo que soy yo. Y al lado de ellos hay una mujer. -¿es...?-

-Hija, despierta. -habla una mujer.-hija,¿te sientes bien? Has dormido toda la tarde.- me levanto de un golpe y veo hacia mi alrededor. Estoy en mi casa, nada es rojo todo es normal, todo esta tranquilo. No se escuchan los gritos aterradores de la gente.
-¡mamá!- grito haciendo saltar a mi madre. -tu estabas allí, digo, en ese cuadro. Junto a mi padre y a mi.- su piel se torna de un blaco pálido, pareciera que ha visto un fantasma.

-solo fue un sueño hija, calmate.- dice para acercarse a mi.

- mamá, pero fue tan real. Sentia el calor pero no me quemaba. Y todo era rojo y enorme. Y muy bonito. - hablo casi gritando, mientras camino por mi habitación. -¿estuve dormida? - mi madre me ve con los ojos abiertos mientras camino y hablo sin parar.

-si hija, me fui un momento y cuando llegue estavas dormida. Te desperte por que vi que estabas sudando mucho y te movias inquieta.-

-todo fue tan real- digo mirando al piso, cabizbaja.

-ve a bañarte y baja para que comas y descanses para mañana. -

-¿que hay mañana? - digo con el ceño fruncido.

-clases.- cierto. Volvi a la realidad, mañana hay clases y todavía tengo que pasar las clases a mi cuaderno.

-cierto.- digo mientras me lanzo a mi cama. Esta super mojada. Mi madre sale del cuarto cerrando la puerta. Me froto los ojos fuerte y me levanto de la cama para dirigirme a la ducha. El collar todavia sigue en mi pecho pero esta apagado, no se le ve la llama.

Salgo del baño y me pongo lo primero que veo. Un short corto y un suéter blanco grande. Bajo a la primera planta y veo que hay un plato en la mesa. Es una hamburguesa. Termino de comer y subo a mi cuarto para hacer la tarea. Cuando término veo la hora son las doce en punto de la madrugada. Me dirijo a mi cama, cuando estoy lo suficientemente cerca, echo un brinco y quedo plasmada en la cama para quedar dormida.

Esa noche no hay ningún sueño de mi como princesa, ni nada de eso. Solo esta el collar que tengo puesto y tambien hay como unos dibujos, son unas letras parecidas a las que a mi me salieron.
*suena la alarma*

Me levanto a escuchar el primer ruido. Son las siete y diez, me levanto de la cama y voy a la ducha para arreglarme eh ir al instituto. Me visto con lo que tenia puesto ayer; el short y el suéter blanco con unos zapatos del deportivos del mismo color.

Bajo a desayunar. Cuando entro a la cocina no hay comida. Hay unos billetes y una nota.

"Hija, me tuve que ir temprano, te deje dinero para que compres en el instituto. Te quiero."

Agarro el dinero y salgo de la casa. Cuando voy saliendo veo a Samantha caminar hacia mi casa.

-¿y Aron?- pregunto mientras cierro la puerta de mi casa.

-no vendrá a clases, se siente mal.-

-mmh, okey.- salimos de mi casa y nos dirigimos al instituto. En lo que cruzamos vemos que pasa Christopher.

-mira quien viene.- me dice Samantha dándome un pequeño empujón para que lo vea.

-si, ya lo vi.- digo casi volteando la mirada.

-háblale. - me dice con esa risita.

-no empieces Samantha.- antes de terminar la oración me echa otro empujón y quedo al lado de Christopher.

-hola.- me dice él con una sonrisa en los labios.
-hola.- lo saludo con una risa casi fingida. Cuando volteo a verlo, observo que en el brazo derecho tiene unas pequeñas letras. Parece un tatuaje. El se da cuenta de que lo observo y me mira, al momento en que lo hace esos hermosos ojos cafes, se tornan de un color azul zafiro. Y las letras brillan.

princesa del fuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora