capitulo 9.

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-mi rey, lo necesitamos en la radio.- dice uno de los soldados.

-¿no pueden esperar?- dice mi padre, con voz autoritaria y firme.

-es que lo solicitan allá, mi señor.- el guerrero parece un poco apenado.

-de acuerdo, ya voy.- el soldado hace una pequeña reverencia, mirando a mi madre y a mi padre y se marcha.

-vuelvo enseguida, hablen ustedes.- mi padre se levanta de la silla y se marcha.

Cuando mi padre sale de la habitación, se escucha un sonido muy fuerte, como una explosión. Mi madre y yo miramos por la ventana y vimos que un lado de la isla de Luna se estaba quemando. Veo a mi madre y noto que por su mejilla cae una lagrima, se puede ver que es de tristeza. No entiendo aún mucho de lo que sucede; la mujer con la que vivo, pensé conocerla, pero me doy cuenta que mientras más crees conocer a alguien, hay nuevas cosas por saber.

-yo me crie aquí.- dice mi madre, aun viendo por la ventana y con otra lagrima cayendo por su mejilla. – Era muy pequeña cuando llegue aquí. Mi madre... -hace una pausa, respira hondo y me mira. Tiene los ojos rojo he hinchados igual que su nariz. -... tu abuela murió en una guerra contra la nación de la tierra. Mi padre quería adueñarse de esas tierras para hacer su tribu más fuerte y atacar a las demás naciones. Mientras él y sus guardias peleaban, mi madre nos cuidaba a mis hermanos y a mí. Yo soy la mayor; somos tres. Cuando mi padre murió, mi hermano quiso venganza, pues creía que los reyes de las naciones querían matarlo.

-Espera...- interrumpo su historia y la miro directo a los ojos. -¿tú eres hija del rey de la nación de agua? ¿Mi tío es que está destruyendo todo? ¿Sabe que son hermanos? ¿Y el otro hermano? ¿Cuándo pensabas decírmelo? - tenia tantas preguntas referente a todo lo que estaba pasando, que no creo que puedan responderlas todas.

-sí, soy su hija.- mi madre tiene una mirada de rencor he ira. -Cuando tu abuela murió, tu abuelo tuvo mucha preferencia por Christopher; él decía que nosotros éramos una molestia y que no servíamos para nada.- giro la cabeza bruscamente y miro hacia el suelo. En eso, cae una lágrima en el piso. -Un día, mando a unos guardias a que nos sacaran de paseo a los tres. Nos fuimos a una balsa. Cuando no nos dimos cuenta el soldado nos había abandonado a Stephan y a mí en el bote. Yo grite todo lo que pude.- vuelve su mirada hacia mí. Tiene de nuevo los ojos rojos. –Intente llamar a mi padre, llame al soldado. Pedí ayuda desesperadamente, mientras veía que no alejábamos más y más de tierra.- mira hacia el piso dolida. – estuvimos navegando más de diez días; no nos dejaron comida ni nada. Yo apenas tenía ocho años y mi hermano cuatro.- se cubre las cara con las palmas de sus manos y suelta un sollozo. –Nos quedamos dormidos.- vuelve la mirada hacia mi.- Yo trataba de arropar a mi hermanito con mis brazos y siempre le decía que todo estaba bien, que ya venían por nosotros. En eso yo quedo dormida. Cuando me levanto veo que estoy en una isla y que todo estaba muy caliente. Veo a unas personas que vienen corriendo hacia donde estaba; ya no me podía mover. Pero me puse muy feliz porque ya alguien nos había encontrado; cuando volteo a ver a Stephan, no estaba. Trate de llamarlo pero mi voz no lograba salir. Lo busque con la mirada y no lo encontré. Salieron unas lágrimas por mis ojos, hasta que perdí la conciencia.- salen muchas lágrimas por sus ojos. -Cuando logro despertar veo a una mujer al lado mío; mis únicas palabras fueron: ¿Dónde está mi hermano? La señora se acerca a mí y me decía unas palabras que yo no pude entender. Busco desesperadamente a mi hermanito, en lo que llega otra mujer y me dice que me calme que todo estaba bien; yo le pregunto por mi hermano, que él estaba conmigo en la balsa. La mujer me dice que allí no había nadie.- me acerco a mi madre ya que no para de llorar y le doy un abrazo.- mi hermanito desapareció. Lo busque como loca por todos lados. Hasta que me di por vencida. Unos señores me criaron como si fuese una hija suya. Me enseñaron todas las culturas de aquí.

-¿Ósea que yo tengo mitad agua y mitad fuego?- le pregunto a mi madre.

-si- me dice ella. –nadie sabe mi pasado más que mis padres y mi esposo y, claro, tu.- mi madre se limpia las lágrimas y yo regreso a mi puesto. En eso llega mi padre y nos dice que tenemos que bajar. Que la nación del agua ha lanzado unas bombas que son toxicas.

Cuando bajamos, estaba Samantha sentada en un sofá de cuero negro con cojines rojos carmesí. El lugar perece una caja fuerte. Encerrado, sin ventanas y, la puerta era de titanio.

Samantha se acerca a mí -¿crees que todo estará bien?- me pregunta, sacándome de mis pensamientos.

-En estos momentos no sé qué creer.- le digo lo más sincero que puedo. Nos vamos al sofá y, cuando nos sentamos, el barco se movió bruscamente, haciendo que todos dentro de esa habitación caigamos al suelo. Mi padre se acerca a nosotras y nos pregunta si estamos bien. Cuando el barco deja de moverse, cada quien vuelve a su lugar.

<<**>>

-¡MAMA!- grito todo lo que puedo entre llantos y lágrimas. -¡SUELTENLA!- Digo con voz autoritaria pero quebrada. En eso entra mi padre y lo emboscan. Lo tiran hacia donde tienen a mi madre y lo levantan. Yo estoy atada en una silla en una habitación que no reconozco. Una voz muy familiar me habla y unos pasos se van acercando hacia mí. Cuando le veo la cara me sorprendo. Nunca pensé que me haría esto.

princesa del fuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora