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—¿Que hacen aquí?—Dijo Adina apoyada en un árbol detrás de sus amigos, ambos pegaron un grito y se giraron rápidamente.

—¡Dina!—Se quejó el morocho.

—¡No vuelvas hacer eso!—Reprochó el rapado.

—¿Como es que eres tan silenciosa?

—Ventajas, Scotty, ahora, ¿Que hacen aquí?

—Ayer Scott perdió su inhalador, están caros.

—Puedo comprarte uno, vámonos, el bosque no es seguro—Scott se negó, no quería que su amiga le pagara las cosas.

—Chicos—Stiles los sacó de su burbuja y ambos se giraron, un hombre los observaba, Adina instintivamente llevó su mano a el cuchillo de su cintura.

—¿Que hacéis aquí? Esto es propiedad privada—Dijo el pelinegro con voz ronca.

—Y-Yo buscaba, déjalo—El chico se sacó la mano del bolsillo de la chaqueta y le lanzó el inhalador para luego irse.

—Stiles, vete a casa y tu Scott, a trabajar, se te hace tarde, ya le avisé a Deaton que llegarías más tarde.

—¿Tu a dónde vas?

—Mi coche está en la otra punta, Stiles, nos vemos luego—No les dejó terminar y se fue.

Adina caminaba buscando al sujeto que vio con sus amigos cuando fue estampada contra un árbol, ese mismo chico la había agarrado tratando de inmovilizarla, el quiso acercar su cara a la de ella cuando sintió el filo de un arma en su cuello

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Adina caminaba buscando al sujeto que vio con sus amigos cuando fue estampada contra un árbol, ese mismo chico la había agarrado tratando de inmovilizarla, el quiso acercar su cara a la de ella cuando sintió el filo de un arma en su cuello.

—Eres cazadora—Dijo cauteloso.

—No, no cazaría a la especie sobrenatural.

—No se como creerte teniendo un cuchillo con matalobos y verbena en mi cuello.

—Que no sea una cazadora no significa que no pueda matarte por acorralarme—El chico suspiró y terminó soltando a Adina, ella guardó su daga—Y no es un cuchillo, es una daga.

—¿Quien eres?—Preguntó con desconfianza.

—Creo que yo debería hacer las preguntas, chico rudo.

—No tengo tiempo, niña, dime ahora mismo que hacías siguiéndome.

—Ésta niña te patearía tu trasero de hombre lobo antes de que siquiera pestañearas—Le dijo con diversión.

—Solo responde.

—Quería saber si los rumores eran ciertos, Derek Hale.

—¿Sabes mi nombre?

—Si, la madre de mi prima es inspectora y mi familia tuvo tratos con la tuya, me he mantenido informada, pero si estás aquí significa que los rumores eran ciertos, siento lo de tu hermana—Derek miró a Adina como si tuviera cuatro ojos, sin embargo no había maldad alguna en sus ojos, solo curiosidad y pena.

—¿Quién eres?

—Adina Marshall.

—No me suena ese apellido.

—Por que ese es el de Hayley, la madre de mi prima.

—¿Por que llevas su apellido? ¿Y tus padres?

—Mi apellido es mucho más llamativo y mi padre nos mandó a este pueblo hace cuatro años para protegernos, llevo sin verle desde entonces—Hizo una pausa—Adina Mikaelson, ese es mi apellido—El la miró sorprendido.

—Eres una Mikaelson, con razón esa ímpetu, sin embargo no escuché de otra hija primogénita de ningún original.

—No soy primogénita de ninguno de los originales, fui adoptada por Elijah a mis siete después de que mis padres pasaran de mi.

—Pocas personas saben eso ¿verdad?

—Harían muchas preguntas y no quiero que me conozcan por la famosa escuela Salvatore.

—Eres un libro lleno de sorpresas—Dijo sorprendido.

—Sabes demasiado, temo que tendré que matarte—Derek alzó su ceja confundido por lo seria que se había puesto de repente, Adina soltó una carcajada contagiosa—Deberías haber visto tu cara, siempre quise decir eso.

—Estás loca, niña.

—¿Tengo que sorprenderme?—El lobo iba hablar cuando pasos y perros se escucharon por el bosque—Mierda, no deberían estar aquí, la policía junto a mi tía Hayley buscan la otra parte del cuerpo, soy mujer muerta, vamos—Agarró la chaqueta del sujeto y le obligó a correr, el sin opciones corrió detrás de ella, sorprendentemente ella corría a su nivel.

—¿Que criatura eres? Me has seguido el paso y no pareces cansada—Dijo una vez que se habían alejado de la policía.

—Soy humana, es un entrenamiento, siempre hay que estar un paso por delante que todos, si frenas a tomar aire mueres, es ley de vida.

–Si, pero he visto miles de humanos entrenados y ninguno tiene la resistencia que tienes, hemos recorrido casi todo el bosque y sigues perfecta.

—O te adaptas a tu entorno o te comen, no puedo correr como un vampiro por que para mi propia genética sería imposible pero puedo adoptar la agilidez de ellos y su audacia, de los lobos puedo sacar su destreza y sentidos desarrollados y de las brujas la inteligencia y la habilidad para curar con plantas, los humanos podemos ser entrenados para ser como los sobrenaturales.

—¿Cuántos años tienes?

—Dieciséis.

—Tu familia ha hecho un buen trabajo.

—Gracias, por cierto Derek, se que vas a decir que no pero no es necesario que vivas en una casa así de destruida—Dijo mirando donde estaban, en la antigua mansión Hale—No te conozco pero si no te molestan las mujeres mi casa es grande, pásate, Hayley querrá conocerte, quiere hacer un trato contigo—No le dejó terminar y se dio la vuelta, cuando estaba por irse del todo escuchó que Derek la llamó.

—Gracias, me pasaré para ver qué quiere—Ella asintió con una sonrisa y se fue, Derek quedó impresionado, esa niña era inteligente, astuta y con un corazón enorme, sin conocerla se había ganado un hueco en el corazón de Derek.

That's not meDonde viven las historias. Descúbrelo ahora