HERO━━━ "Who's gonna fight for what's right, who's gonna help us survive?
We're in the fight of our lives
And we're not ready to die"
Donde la vida de Do Hee-ran se vuelve un caos.
O
Donde, a pesar de las circunstancias, el amor persigue a Do Hee-ra...
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LAS HORAS PASARON Y HEE-RAN SE QUEDÓ DORMIDA luego de vomitar y seguidamente llorar desconsoladamente al ver como un monstruo se comía a una señora sin que ella pudiera hacer mucho.
Escuchar los llamados de Eunho fue lo que la despertó de su sueño, el chico estaba en la ventana con uno de sus cuchillos de cocina en la mano.
Se paró y dió unos pasos para poder brindarle ayuda. Luego, todo fue en cámara lenta, el chico le exclamó que se apartará del camino cuando un ojo monstruo gigante ingresaba a su casa a través de la ventana. Hee-ran, perdida entre su sorpresa y el reciente despertar, tardó en reaccionar.
Muy tarde, el ojo se estaba dirigiendo hacia ella después de noquear a Eunho tras empujarlo contra la pared, el monstruo la rodeó y Hee-ran sintió como el oxígeno se iba de su cuerpo cuando más la apretaba. No obstante, algo más golpeó al monstruo y este las soltó. No midió el tiempo en el que este desapareció por su ventana así como ingresó, pero al volver a sus sentidos se apuró en revisar al adolescente inconsciente.
━━━¡Eunho! ¡Eunho! ━━━llamó, un pequeño charco de sangre se formó al rededor de la cabeza del chico y se aproximó a oír su respiración, para su alivio él seguía respirando.
Dejó al adolescente y atendió a las voces de los niños de abajo, que seguían gritando por su padre. Debía ayudarlos de alguna manera.
━━━¡Su-Yeong, Yeong-Su!
━━━¡Hermana mayor! ━━━Yeong-Su le respondió.
Una pelota de tenis cayó en su cabeza de manera imprevista, Hee-ran levantó la mirada y notó que los vecinos de arriba eran los que la habían ayudado y evidentemente los que tiraron la pelota, el señor Dusik Han y el chico de la semana pasada. El señor le mostró el cartel, diciéndole que no grite porque atraía a los monstruos y que nunca morían.
Conectó miradas con el chico de la semana pasada, y vió que él tenía el deseo de ayudar a los niños tanto como ella. "Si llaman y no cuelgan, hará ruido cuando haya un monstruo", les aconsejó el señor Hahn. Hee-ran quiso creer que el chico comprendió sus intenciones cuando ella asintió y los señaló a ambos y luego a la ventana de los niños.
Tenían que rescatarlos a como de lugar.
Decidida, se propuso a actuar y comenzó a buscar entre sus cajas cosas que pudieran servirle como un arma.
