9:Mejor que bien

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Hinata estaba un poco bebida

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Hinata estaba un poco bebida. Había dejado de jugar con los Hombres-Lobo después de unas cuantas rondas. La estaban atormentando y sabía que ahora estaría sin conocimiento si no se hubiera negado a jugar después de que le hicieran beber el equivalente a tres cervezas. Naruto se había quedado a su lado para hacerla sentir segura.

La electricidad se había ido, por lo que tuvieron que confiar en las velas y la chimenea para tener luz. Fuera la tormenta era brutal. Once hombres de la manada de Naruto habían aparecido para pasar la noche dentro y evitar las oleadas de lluvia que caían.

El viento golpeaba la cabaña. Estaban en la sala de estar, sentados alrededor de la mesa de café, y Hinata observó a los hombres pasar por todas las bebidas de Naruto. Lo primero que se había acabado fue la cerveza, luego algunas botellas de vino que había escondido y finalmente las bebidas más fuertes de su bar estaban sobre la mesa.

De repente, uno de los hombres al otro lado de Hinata se acercó y le pasó un dedo por el brazo. Ella se apartó de su toque. Naruto gruñó a aquel hombre.

—No la toques.

El hombre gruñó. Naruto se inclinó hacia Hinata y agarró la camiseta prestada del hombre.

—He dicho que no la toques. Deja de beber si crees que podrás conmigo, porque estás siendo estúpido.

Kurama les gruñó a los dos.

—Está fuera de los limites, Shino.— Volvió su mirada hacia Naruto. —Tal vez deberías llevarla a tu habitación. Algunos de nosotros hemos bebido más de la cuenta. Es tentadora.

Naruto asintió y soltó a Shino. Se levantó.

—Vamos, cariño. Hora de acostarse.

Hinata dejó que Naruto la arrastrara cogiéndola de las manos. Estaba un poco inestable. Él le sonrió abiertamente.

—Peso ligero.

Hinata le sonrió y tomó su mano cuando se la ofreció. La llevó hacia las escaleras. Estaba oscuro en el piso de arriba, pero Naruto parecía poder ver muy bien mientras la conducía a su dormitorio. Dentro de la puerta, se detuvo.

—Estate quieta. Déjame bajar la cama.

Hinata soltó su mano.

—Vale.

Naruto se alejó y le oyó moverse en la habitación. Se estremeció. Hacía más frío arriba, estando lejos del fuego. Se preguntó qué tan frío estaría arriba durante el invierno.

Una mano tocó su brazo y ella saltó. Naruto se rió entre dientes.

—Relájate. Cerré la puerta. Incluso la bloqueé. Somos los únicos aquí. Puedo ver, y confía en mí, solo estamos nosotros.

Hinata sonrió.

—Vale.

Naruto se rió entre dientes y tiró de su brazo.

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