024

20.9K 2.8K 177
                                    

Jimin caminaba de un lado a otro en el departamento, eran las tres am y el alfa no aparecía

Lo llamó más diez veces y le envío muchos mensajes.

Miro en su teléfono el último mensaje que había enviado.

" Jungkook ¿Dónde estás? Vuelve al departamento, hablemos"

Sentía una angustia terrible, la culpa lo invadia, su lobo estaba bastante enojado con el, el olor del cachorro ya no se podía presenciar y su desesperación por saber algo de Jungkook era demasiada.

Perdió la cuenta de cuántos vasos con agua bebió, de cuántas veces se asomo en los grandes ventanales que adornaban la sala, para ver hacia abajo si su alfa llegaba, pero nada parecía funcionar.

Camino una vez más al ventanal y miró la luna llena, tan brillante y hermosa, entonces junto sus manos y sin pensarlo le pidió.

Por favor madre regresalo a mi, prometo que haré las cosas bien por ellos, por favor tráelo de regreso a mis brazos.

Jimin no era muy consciente de lo que significaba pedirle algo a la Diosa luna, sobre todo cuando de una promesa se trataba, si bien la madre luna podía ser muy buena con sus hijos también podía ser la más dura a la hora de castigarlos.

Por eso era sumamente importante que cuando le hicieras una promesa fueras muy capaz de cumplirla, por qué con ella no se juega.



El lobo de Jungkook empezó a sentir una inquietud, los llamados de su Omega se escuchaban claramente como si fuese un espejismo.

Jungkook escuchó la voz de Jimin como si lo tuviese al lado, como si le hubiese susurrado al oído.

"Por favor madre luna regresalo a mi,prometo que haré las cosas bien por ellos, por favor tráelo de regreso a mis brazos."

El alfa miro a su alrededor,pero no había nadie a su lado, estaba solo en la barra, el bar estaba casi lleno, pero a su lado no había nadie, se había encargado de alejar a cualquier Omega o beta que se le acercara con dobles intenciones.

El solo quería a su Omega.

Pensó que se había vuelto loco, regreso la vista a su trago llevándolo a su boca para beberlo todo de un solo golpe, hasta que volvió a escuchar.

"¿Dónde estás alfa? Te necesito"

Si definitivamente Jungkook estaba enloqueciendo, ni siquiera por tener unos tragos encima era capaz de olvidarse de ese Omega ¿Cómo haría si algún día el Omega lo dejaba?

Se levantó sacando su billetera y dejo varios billetes en la barra, si de algo le había servido su anterior vida, era la resistencia que ahora tenía por el alcohol, porqué llevaba horas bebiendo y se sentía como si nada.

Salió del bar directamente hacia su auto, subió prendiendo el aire de auto y recostó su cabeza en el asiento suspirando con pesadez.

El tono de su teléfono lo saco del estado en el que estaba, lo tomó mirando el nombre de Jimin en la pantalla.

Porqué ellos se habían agregado al teléfono del otro, cuando Jimin estuvo internado en el hospital.

-¿Jimin? ¿Que haces despierto no ves la hora?

- ¡Jungkook! ¿Estás bien? Dime qué estás bien por favor.- Su voz se oía rota y desesperada.

- Si, estoy bien ¿Que sucede?

- ¿Dónde estás? Iré por ti, dime dónde estás, tomaré un taxi  y iré por ti..

- Jimin no...- Jungkook prendió su auto.- no salgas ya iré  ¿Bien?

- Si...Te espero

- Bien.

El Alfa colgó el teléfono sintiendo una calidez en su pecho ¿Acaso Jimin estaba preocupado por el?

Con ese pensamiento empezó a conducir hacia su departamento.

Eso era lo más extraño de los destinados, cuando se aceptaban, la conexión que podían crear a través del lazo de sus almas era increíble, era como un hilo rojo, podían pelear, enojarse e incluso alejarse, pero cuando sus lobos empezarán a necesitarse sus cuerpos reaccionaria como imanes.

La noche estaba brillante e iluminada, para aquellos lobos que necesitaban sentirse con desesperación.

Jimin esperaba pacientemente en el sofá hasta que escucho la cerradura de la puerta principal, se levantó de inmediato y empezó a caminar hacia esta, cuando la figura del alfa se hizo visible ante sus ojos, corrió con las lágrimas en sus ojos subiéndose como un koala a su cuerpo, enrollando los brazos en el cuello del alfa.

Jungkook rápidamente tomó los muslos de Jimin, cerrando la puerta con su pie, necesitaba asegurar a Jimin o si no podría caerse y todo sería un desastre.

– Perdóname Jungkook, perdóname por favor.- Las lágrimas empezaban a salir de sus ojos.

El alfa se sintió atrapado por ese Omega otra vez.

– Deja de llorar Jimin, le haras daño al bebito.- Un puchero salió de los labios de Jimin al escuchar la tierna voz del alfa, olía a alcohol pero no parecía borracho en lo absoluto.

– Siempre arruino todo, soy el peor Omega.

Jungkook caminó con el Omega encima de el hasta la sala, dónde a través de los grandes ventanales se podía presenciar la luz de la luna llena y radiante.

Se sentó en el sofá acomodando al omega en su regazo, acariciando su espalda.

– Deja de decir eso, no importa como seas, eres perfecto para mí...Ahora dime ¿Que sucede?

– Estaba preocupado por ti.- El alfa limpio las lágrimas de Jimin con sus pulgares viendo como cerraba los ojos ante su tacto.

– Solo salí a beber algo, lo siento no quise preocuparte.

El Omega asintió, la luz de la luna ilumino la cara del rubió.

Jimin era realmente precioso.

Ambos se miraron, con aquella sensación en sus pechos que les llenaba el corazón, mientras sus lobos se juntaban nuevamente.

– Jungkook no fue mi intención, yo... Se que actuó como un egoísta, pero no podría lidiar con que ella muriera por mi culpa, eso sería demasiado para mi.- Su mirada bajó con vergüenza y tristeza ante la mirada del alfa.- Se que estás enojado, pero por favor no te vayas ¿Si? Yo me quedaré en la habitación y no te molestaré lo juro,pero quédate aquí conmi...con nosotros.

Jungkook sonrió inconsciente por haber escuchado aquel nosotros que fue suficiente para borrar la discusión que habían tenido.

– Hablaremos después, por ahora necesito a mi Omega.

Jimin levantó la mirada para clavarla en los ojos contrarios y luego bajar a sus labios.

Las manos de Jungkook subieron a la nuca de Jimin atrayendolo a su rostro, le susurró en sus labios:

– Mi único y precioso Omega.

Para luego fundirse en un beso apasionado, la luna era fiel testigo de la unión que esa noche se estaba creando, una vez mas ella los estaba uniendo en cuerpo y alma.



Hasta aquí mi reporte Joaquín 💕

Hate You [KM]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora