XLIX

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POV: LISA

Despertar a su lado y ver sus hermosos ojitos serrados, mientras se queja por la luz del Sol, es lo mejor del mundo y nunca lo cambiaría.

Jennie comenzó a abrir sus ojos lentamente y me miró, solo me sonrió con dulzura.

—¿Por que estás despierta?– me dijo mientras se abrazaba a mi y recostaba su cabeza en mi pecho.

—Por que ya es tarde Jerry– le bese su cabeza lentamente.

—¿Que tan tarde?– pregunto mientras me miraba a los ojos.

—Pues.... las 8:30– dije tratando de ver el reloj que se encontraba en su habitación.

—Hay, todavía es temprano Manobal– dijo volviendo a enterrar su cabeza en mi pecho.

—No, ¿Cuál?, ya levántate Jerry– la moví para que ya se levantará, ella solo se quejaba.

—¡Lisa déjame dormir!– se quedó.

—No– nuestros ojos se volvieron a encontrar y no pude evitarlo, le robé un beso– tenía que hacerlo.

—¿Asi?– ahora ella fue quien me lo robó.

—Mmm... creo que no me quedo claro– volvi a robarle otro beso, pero está vez Jennie sostuvo mi nunca para que no me separará de ella.

—¡¡Buenos días hija!!– esa voz era la de su padre, escuché como la puerta de la habitación de Jennie comenzaba a abrirse.

Todo fue muy rápido, sentí el pie de Jennie en mi estómago el cual me empujaba para fuera de la cama, caí en las cobijas que anteriormente el papá de Jennie colocó para mí.

Pero creo que no les dije que el suelo era muy incómodo incluso con las cobijas, así que mi espalda azotó fuertemente en el piso, se pudo escuchar un fuerte golpe.

Yo trate de ahogar el quejido que estaba apunto de salir por mi boca.

—Buenos días papá– Jennie saludo a su padre y yo pude sentir la mirada de el en mi.

—¿Como dormiste Hija?– pregunto amablemente su padre, pero sin despegar la vista de mi.

—Bien papá, gracias.

—¿Cómo durmió Manobal?– me preguntó seriamente.

—B-Bi-ien señor– no podía hablar muy bien por el golpe que acababa de sufrir, en mi pobre espaldita.

—Que bien, las esperamos abajo para desayunar– dijo dándose la media buelta para retirarse.

—Si está bien en un momento bajamos– respondí mi hermosa Jennie.

No recibió respuesta de su padre, solo siguió su camino.

—¡¿Lisa estás bien?!– pregunto Jennie rápidamente, mirandome, mientras yo trataba de sentarme.

—C-cre-o que me rompi la columna– dije con esfuerzo mientras recargaba mi mano en mi espalda.

—No seas payasa Lalisa, no te empuje tan fuerte– Jennie me dió un pequeño golpecito en la espalda.

—Ahhh, duele– fingi dolor.

—¡¡Oye!!, no te pegue tan duro.

—Estoy sensible, me dolió mucho la caída– hice un puchero mientras me paraba y me volvia sentar en su cama.

—Pues que sencible eres– se burló de mí.

—¡Oye!, ¿Por qué eres así conmigo?, si yo te amo mucho– volví hacer un puchero.

Apostaré mi Corazón / Jenlisa G!pDonde viven las historias. Descúbrelo ahora