XI: Detrás de la máscara [pt. 3]

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Chaewon.

— ¿Recuerdas la chica que te comenté el otro día? — preguntó Hobi entregandome el cuarto vaso de color rojo, con algún tipo de mezcla exótica. Asentí en respuesta. — Me la encontré en la barra, y creo que ésta noche hay acción para este humilde servidor. —presumió dándose golpes de pecho, risueño.

— Y me dejarás sola, por lo visto. — gruñí malhumorada, lo miré con el ceño fruncido. No quería quedarme sola, no quería encontrarme con ningún ser viviente despreciable, que por los momentos no habia pasado. No podía contar con Dami Unnie ni con Chae porque andan de matrimonio feliz con Yeseo-yah. Namu hace unos minutos estaba cerca de mí, pero después solo se evaporó.

Todos me dejan.

— No será así, sabes que en el momento en que me aleje alguien vendrá a coquetear contigo — tan bello él con sus palabras de aliento. Haciendo puchero me aferré a su brazo.

Estaba por entrar en esa etapa de depresión, y no quiero. Suspiré resignada, no puedo hacerle berrinches a Oppa. Hoy no tengo ni fuerzas para eso.

— ¿Quién es la afortunada que se comerá este bizcocho? — Susurré aún aferrada a su brazo. — Espero que al menos esté a tu altura, — Lo miré fijamente. — porque si no me llega ni a la punta del tacón, te quedas conmigo. — Rió con picardía.

— ¿Ves aquella del disfraz de policía? —seguí la dirección donde señalaba y la vi. Alta, rubia, buenas piernas, cintura pequeña, lindo trasero, cara bonita. —¿Viste? — Asentí. — ¿Qué te parece?

— Aunque muy cliché — me miró confuso —, ella oficial de la policía y tú un ex-presidiario. — susurro un "ahh..." pensativo. — La apruebo, solo porque yo también podría estar con ella — sentí cómo su cuerpo se tensó. — Y no, no me tientes con tu tema de tríos.

Desde nuestra cita, la confianza entre nosotros era muy inmensa, no había temas prohibidos ni nada por el estilo. En varias de nuestras conversaciones virtuales, surgía el tema de mi bisexcuriosidad, como dice él.  Por el tema de Yoo Jimin y todo eso. Una de sus propuestas era salir de cacería pero no he negado ni aceptado. Y el trío como tal, forma parte de su cacería.

— Sería divertido. —dijo con una sonrisa pícara.

La verdad sí lo sería. Pero no estoy de ánimos. Mientra Hobi hablaba sobre su conquista, de lo hermosa y flexible que era, yo veía cómo todos se relacionaban entre sí. Unos reían, otros lloraban, otros brindaban, otros se besaban, otros hacían espectáculos sobre alguna mesa. Todo relativamente normal hasta que mi escaneo se detuvo en una silueta muy familiar para mi "gusto" o mejor dicho, desgracia.

Esa cintura pequeña, esas piernas, ese cabello, ese perfil, ese jodido lunar. Lo que quedaba de alcohol en el vaso, me lo tomé de un solo trago.

— La detesto. — apenas y pude hablar, el alcohol lastimó mi garganta y ahora sonaba rasposa.

— ¿Qué ocurre?

— Es una imbécil, la detesto con todas mis fuerzas — no podía dejar de insultarla. —¿Cómo puede verse tan malditamente provocativa? —Murmuré entre dientes. No podía aceptar que la desgraciada de Jimin todavía tuviese efecto en mi.

—Iré por otro trag-.. —lo miré directamente sin parpadear. —Otros tragos —corrigió antes de irse al minibarra que había cerca de la cocina.

Habían pasado unos cuantos minutos desde que Hoseok se fue con su estúpida policía.

Abandonada por un polvo, increíble.

Tú necesitas un polvo increible.

Wow, acabas de hacer el mayor descubrimiento de la historia.

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