¨Felicidades Satoru¨Los meses habían pasado muy rápidos , sin darme cuenta el invierno llego a tokio.
7 de diciembre-1989
los llantos salían del salón , las enfermeras salian y entraban a la habitacion , muchas enfermeras tenían el rostro demasiado alegre y se susurraban entre ellas. Afuera sentado en el pasillo estaba aquel hombre de pelo blanco.
Una enfermera se acercó a él , haciéndole poder pasar a la habitación.
En aquella se encontraba una mujer cansada y sonriéndole a su marido , el se acerco hasta donde ella y le tomo la mano y la beso. Una de las chicas se acerco hasta nosotros.
—Señor Gojo. felicidades! —y les dio a aquel pequeño bulto , el lo tomo. —nació sano , con permiso —ella salió de la habitación dejando a la pareja solos.
El destapó el rostro de el bebé dejando que el pequeño abriera sus ojos. Aquellos ojos azules cielos que parecía que movían mar y tierra.
—Como lo llamaremos , cariño —mencionó aquella mujer viendo a su pareja sorprendida , él le entrego el bebe a sus brazos dejándola ver al recién nacido quien sostenía el dedo de su padre.
—Satoru Gojo..
Ellos se miraron y se dieron un cálido beso.
Los años pasaron el recién nacido ya había crecido , era su cumpleaños número siete , su madre le partirá un pastel junto a su padre. Llevaba puesto un kimono celeste la niñera lo acompañaba por el jardín hasta el salon.
La niñera abrió la puerta , haciendo una pequeña reverencia al joven amo.
Su madre ya se encontraba ahí , sentada junto un kimono , el entro y se sentó frente su madre. Los minutos pasaban y una ama de casa le informó a la señora gojo que su pareja no podría asistir.
—Satoru..se nos hace tarde no! , el tardara unos minutos que dices hay de soplar las velas jaja —ella solo reía para no preocupar a su hijo.
—No vendrá cierto —respondió seco , viendo su pastel —otra vez , esta ocupado
—Tu padre , te quiero mucho , solo que es un hombre muy ocupado —ella toco mi cabello
Ella junto otra chicas cantaron el feliz cumpleaños y sople las velas.
La nieve comenzaba a caer , el frío estaba terrible no quería salir de mi cobija hasta que alguien toco a mi puerta , me levante a arrastradas y abri. Suguru estaba frente de la puerta junto con un folleto y un abrigo puesto junto una bufanda.
—Que haces aquí —estaba enojado , no era momento para salir.
—agh , ponte ropa y un abrigo tenemos una misión —le vi y no tuve de otra que seguir sus ordenes.
Ya en el auto , nunca hizo mención de mi cumpleaños , sentía un bulto en el pecho podía ver su rostro en el reflejo del vidrio. bajamos y nos dirigimos a el edificio el colo el sello. Era una misión de bajo grado uno solo podía encargarse.