Cucurucho vuelve a la Isla Huevo para recuperar a los residentes que aún no habían llegado o se habían quedado en aquella isla, sin embargo no imagino que en su regreso las cosas cambiarían totalmente al encontrarse con el dueño de ese lugar.
Recuer...
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« Aquel día fue repentino pero también cálido, el albino se encontraba arreglando algunos papeles que serían requeridos en unos momentos tenía que llevarlos ya que eran sumamente importantes.
— ¿Otra vez ocupado? —Un hombre de piel oscura apareció a su lado, su mano sin permiso se poso sobre la cintura ajena.
— ¿Que haces? —Nervioso se sobre exaltó, se alejo un poco del ente quien ante su tierna acción se rió de forma leve.
— Tranquilo, solo vine a ayudarte —Levanto ambas manos viéndose como si no quisiera hacer algo malo.
Cucurucho solo negó con la cabeza para después seguir con su trabajo, veía como su compañero también se puso a trabajar. Podía su corazón latir fuerte tan solo estar cercas de su compañero, realmente le agradaba tenerlo, aún que a veces él solía pensar si tenía el mismo interés que le tenía.
Recopilan la información y los dejaban sobre algunas carpetas para después dejarlas acomodadas sobre los cofres, repetían el proceso una detrás de otra con los papeles que tenía, también era llegada nuevos papeles con más información.
Sin darse cuenta ambos estaban teniendo un acercamiento inusual, sus manos parecían encontrarse cada vez al tomar uno de los papeles, si bien ya tenían un pequeño tiempo donde parecían tener una relación la verdad es que no era así, parecían ser una pareja sin embargo solo estaban experimentando.
Cucurucho no sabía si su compañero tenía la misma emoción que él cuando estaban juntos, se daba la ilusión de que si pero tampoco quería tener una falsa esperanza, durante su trabajo el acercamiento era incluso más evidente.
Hasta que en un momento se quedaron tan pegados que no quisieron alejarse, la mano del ente oscuro volvió a parar en la cintura del híbrido de oso. No se alejo, tampoco alejo su mano sino que le agradaba tener ese contacto tan cercano, levantó su cabeza mirando al hombre de un solo ojo como si estuviera hipnotizado.
Eye fue acercando poco a poco más al rostro del contrario, podía incluso sentir su respiración sobre su rostro, sus manos libres se encontraron y sin más sus labios se unieron en un beso calmado pero lleno de tanto amor.
Parecía que el tiempo se había detenido, que todo a su alrededor dejo de existir dejando solo a ellos dos en esa sala, parecía un cuento de hadas pues sentían como su amor podía ser la clave para ser felices. Cuando el aire era faltante ambos se separaron, sus respiraciones era lentas y agitadas.
Se miraban mutuamente con un color rojizo llenar sus mejillas, había sido una de las mejores sensaciones más agradable y hermosas que habían sentido. Volvieron a unir sus labios no queriendo acabar con el mágico momento.
