Capítulo 49

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El omega se mueve sigilosamente por los arbustos de la mansión. Se oculta tras un gran árbol en forma de cupido. Un guardaespaldas camina frente por el frente, pero no nota a la persona detrás.

Ingresar a la mansión fue pan comido. Después de observar por unas horas y caminar fuera del perímetro, le permitió notar el punto débil del lugar, donde los guardias casi no pasaban. Ahora está adentro y, hasta el momento, todo va según su plan.

Louis camina a hurtadillas bajo los rosales, voltea un par de veces para detectar si hay alguien a la vista y, cuando confirma que todo está despejado, corre rápidamente por el césped hasta la esquina de la mansión. Se pega a la pared y, con facilidad, abre la puerta que está al lado.

En cuestión de segundos, está dentro de la gran casa. Abre la pequeña puerta a la derecha, que resulta ser el cuarto de servicio y entra. Exhala todo el aire que estaba conteniendo, pone una mano sobre su vientre. Es ahora donde comienza el trabajo sucio. Actualmente está en el ala este y tiene que llegar al ala oeste, donde sabe que está Matthew. Ya que el lugar tiene el doble de guardaespaldas, seguramente ahí se esconde un cobarde.

Sabe que será difícil llegar al lugar sin que nadie lo note; el lugar tiene mucho personal, además de los hombres que deambulan y que están sumamente armados. Pero este no es su primer rodeo, así que hará lo mejor que puede.

Revisa una vez más que la metralleta esta cómodamente sobre su espalda; una pistola descansa sobre el elástico de sus pantalones y la otra está en su mano derecha. En cada lado de su cadera, están dos granadas; una funda de cuero se envuelve en su muslo, donde su preciosa daga brilla. El omega está vestido completamente de negro, y el pequeño bulto en su vientre es visible.

Inhala y exhala un par de veces antes de girar el pomo de la puerta y salir nuevamente al pasillo. Camina unos metros hasta que escucha el ruido de pasos. Se esconde al costado de un estante hasta que una mujer vestida con uniforme de limpieza, pasa apresuradamente. El omega se pone de pie y mira su reflejo en el espejo que está sobre el estante; se ve muy bien, debe admitirlo, el negro oscurece sus ojos y sus mejillas tienen un bonito tono rosado.

Después de una última mirada a su reflejo en el espejo, continúa caminando. Escucha ruidos a la izquierda: hay personas jugando una ronda de póker en una mesa, beben y fuman, demasiado absortos en su juego. No notan la presencia del intruso. Louis camina a paso apresurado y pasa.

Avanza unos metros más sin toparse a nadie hasta que, adelante del pasillo, una puerta a la derecha se abre y sale un hombre corpulento. Mira al omega y antes de que logre sacar su arma, Louis le dispara en la pierna. El hombre gruñe y cae de rodillas; por el shock, tira su arma. El omega está a su lado en un segundo; con la cacha de su arma, golpea la nuca del sujeto y se desploma.

Louis agarra el arma del piso y corre. Sabe que los hombres distraídos de hace un momento escucharon el disparo. Afortunadamente, no hay nadie más adelante, así que entra por una de las tantas puertas, la cierra y recarga su frente. Cierra los ojos; su corazón late salvajemente.

Un momento después, escucha pasos apresurados por el pasillo; el sonido de puertas abriéndose y cerrándose lo hace moverse nuevamente. Mira la habitación en la que ingresó y corre hacia el armario, se esconde tras los largos abrigos y cierra la puerta. Por la rendija, puede ver a dos hombres entrando a la habitación; uno va hacia el baño y el otro revisa bajo la cama y alrededor.

— Non c'è nessuno nel bagno / No hay nadie en el baño — gruñe el hombre que fue a revisar el lugar.

— Anche qui / Aquí tampoco — dice el otro — Dove si nasconde il bastardo? / ¿Dónde se esconde el bastardo?

Ambos hombres miran en dirección al armario, y Louis contiene la respiración. En verdad, no quiere matar a ninguno de estos tipos, pero si no tiene otra opción, lo hará.

Bleu MortelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora