Travieso~

Capítulo 4: ' Insoportable'

Joey

Joey: ¡Irresponsable!, ¡descuidado!, ¡¿cómo se te ocurre?!

Seto: No es mi culpa, estaba bien cuando miré y a los cinco minutos ya estaba fuera de control- el idiota no sabe supervisar una simple olleta de café.

Joey: ¿Es una broma?, ¡medio café se derramó al piso!- miré en las gavetas y no había más- iré por más café, tú limpia esto.

Seto: ¿Y por qué yo?, si tú pusiste el café.

Joey: Porque te pedí una cosa, una sola cosa, y ni eso sabes hacer- agarré la llave y salí de un portazo, tremendo compañero que me tocó.

Intenté calmarme y al salir, me recibió el calor del verano, que delicia, pero debo admitir que en el medio día, el calor es insoportable, aunque ahora que recuerdo... para Yugi debe ser el paraíso, no sabía que había personas con su condición, más que un dato más me pareció interesante, además cuando le conté a mi hermana, que está estudiando medicina en otra universidad,  se fue para atrás en su silla, si ella viene, me toca esconder a Yugi o le hará la entrevista de las mil preguntas, porque a ella no le gusta experimentar medicamentos, ella solo es de la parte teórica, absorbe conocimiento como una esponja.

Al tener el café saludé a Rebecca y a Tea, son amigas mías y de Yugi, pero con respecto a Rebecca... no lo sé, es amable y todo el cuento del amigo, pero hay algo que no me agrada de ella, como no la conozco así bien... aún no me preocupa, pero si mi presentimiento empeora, voy a tener que hablar con Yugi, porque yo no tolero estar con personas que siento que... mal, y no dejaré a Yugi solo por que una persona no me agrada, protejo a mis amigos como a mi vida.

Y cuando regresé la cocina ya estaba limpia, por lo menos eso si lo hizo bien, volví a hacer el café y cuando ya estuvo, retiré la olleta del fogón caliente y me serví, no me importa si es verano, primavera, invierno u otoño, yo tomo cafecito caliente recién hecho porque sí, y eso nadie me lo puede quitar, me puse a hacer tareas, porque en la mañana hice un poquito de pereza, a veces le escribía  a Yugi para que me explicara unas cosas, es decir, yo soy bueno, no niego eso, peor siempre hay partes que no entiendo, y cuando me pasa eso, toca pedir ayuda.

Cuando terminé mi presentación para el martes, apagué el computador y me estiré, cuando Seto salió de la habitación, lo vi raro... lo seguí con la mirada hasta la cocina y se puso una compresa fría en la cabeza, fui a la habitación y abrí la ventana, para airear un poco, y cuando él entró...

Joey: Ten- le pasé pastillas para el dolor de cabeza- y la compresa se pone en la nuca, no en toda la cabeza- me recibió la pastilla y se la tomó, y cuando se acostó le puse la compresa en el cuello, a ver si con eso se le quita, y cuando se quedó dormido, pensé que sería buena idea salir un ratito, además el frío empieza a las ocho, así que tengo tiempo.

Seto

Desperté y me dolía peor la cabeza, levanté la cabeza y mi almohada estaba empapada, que horror, y una buena parte del colchón, cuando salí a la sala, me di cuenta de que estaba solo, colgué mis sábanas, la funda y mi almohada, me tocará dormir en el sofá..

Joey: ¿Qué pasó?, ¿por qué estás colgando sábanas?- entró a la parte de la cocina y escuché que sacaba algo, debe ser que va a hacer más café- ¿qué quieres?, te traje algo para el dolor de cabeza- vi que revisó la bolsa que trajo- traje té de menta, infusión de manzanilla, infusión de jengibre o si quieres agua de limón, aquí tengo limones.

Seto: Te trato horrible, ¿por qué me ayudas?

Joey: No me tratas horrible, eres insoportable que es otra cosa... más bien los dos somos insoportables con el otro, pero eso no significa que no me preocupe por tí, eres mi compañero- nunca me había sentido así antes... ni me habían dicho eso antes- y... ¿qué le pasó a tus sábanas... y a tu almohada?

Seto: Me dormí y se derritió la compresa en la cama, el colchón está empapado- entramos en la habitación y si el colchón está mojado.

Joey: Para mañana ya estará seco, tómate un té de menta y duerme, te hará bien, además mañana hay clase- me lo tomé y cuando ya me iba acomodar- ¿todavía te duele la cabeza?- asentí- te presto mi cama, no me molesta compartir- me llevó de vuelta a la habitación y sacó de su maleta una almohada grande- no es muy gruesa, así que no debería incomodarte tanto.

Me acosté primero, ya que no quería incomodarlo, ya con mi presencia basta, y cuando él se acostó, dejé caer la cabeza en la almohada y tenía razón, es cómoda para no estar tan rellena, me siento mejor.

Hasta el próximo capítulo....