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Era un viernes por la tarde cuando Taehyung manejó por las calles de Seúl en su auto, después de toda la semana haber buscado una casa apropiada para él, finalmente había dado con la que consideraba la indicada.

No había optado por un apartamento, no era amante de ellos, prefería los lugares amplios y con la añoranza que tenía de algún día formar un hogar y una familia grande, consideraba que la mejor opción era iniciar con una casa amplia desde ya.

Kim Taehyung ha vivido libremente como ha querido siempre, se graduó del instituto y de la universidad con honores y era bastante popular con las chicas, vivió en américa por años y encontró su gusto en las extranjeras, más nunca pudo formalizarse correctamente con alguien y no le sorprendía el hecho, pues sabia perfectamente que el problema terminaba siendo él, no obstante, pese a siquiera tener una relación en el momento, se visualizaba de esa manera, con una familia.

Aparcó al frente de la que sería su casa en un par de minutos cuando le entregaran las llaves y  salió dando un portazo suave, metiéndose las manos a los bolsillos, agradeciendo tener sus gafas de sol puestas por la resolana del atardecer.

"Señor Kim"

Una chica con cabello negro y largo hasta la cintura le saludó con una bonita sonrisa.

"Buenas tardes, So hee " Él la saludó, estrechando sus manos brevemente correspondiéndole la sonrisa.

"¿Contento?" Él asintió, siguiéndola hacia la puerta de la casa, viéndola detenerse  segundos más tardes. "Felicidades, Señor Kim. Le concedo el honor" Le extendió la llave de su nuevo hogar, y le sonrió.

Aunque no era su primer inmueble, Taehyung sintió la misma emoción que la primera vez cuando empujó hacia dentro la puerta, respiró profundo y se retiró las gafas al ingresar, todo aún se encontraba vacío, más cada rincón de la casa estaba limpio y olía a lavanda.

En la sala de estar había un enorme ventanal por el cual entraba demasiada luz e imaginó la hermosa vista que habría cuando anocheciera, caminó más allá y encontró la cocina, separando la zona del comedor con una barra negra en granito, los accesorios acompañándolos con la tonalidad, viendo con un gusto exquisito el minibar donde sabía que podría dejar sus vinos y whiskies favoritos.

No se entretuvo más ahí, pues se asomó al enorme estudio en el que ya venían empotrados los estantes de madera en color negro donde estarían los libros y documentos que necesitaría, sabia que la elección de los muebles que pidió y que no tardarían en llegar fue buena, pues estos combinarían perfectamente con el lugar y estaba encantado de que aquí también hubiese un ventanal enorme que daba vista al jardín.

"Ha sido una buena decisión" So hee le dijo, ganándose la atención de Taehyung cuando la vio esta vez con una botella de champán cara. "Un obsequio por habernos permitido acompañarlo en esto" Le sonrió, extendiendo la botella.

"Oh" La tomó y la miró después, una sonrisa acompañándolo cuando dijo: "Le invitaría una copa, pero me temo que no hay alguna"

Ella se río y negó suavemente. "Es para usted, no hay problema"

Y quizás Taehyung notaba que si había problema, porque él quería definitivamente invitarla, era bonita, completamente su tipo.

"¿Puedo invitarla mañana?"

Ella lo miró sonrojada. "Yo-"

"Sería una pena no probar este champán con una buena compañía" Él le sonrió, su mano libre en su bolsillo izquierdo.

So Hee asintió brevemente, no podía negar que había caído desde el minuto uno en que lo vio, más se había mantenido al margen como la profesional que era hasta ahora. "Okay, si"

Osadía |Taekook|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora