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"Aunque dijiste que no te irías de la noche a la mañana, pareciera que fue así" El señor Kim miró a su hijo con cierta tristeza.

"Pá" Taehyung le sonrió suavemente, tomándole la mano por sobre la mesa. "Vendré seguido, saben que los amo"

Habían transcurrido dos semanas desde que Taehyung había adquirido su casa y todo lo que necesitaba para amueblarla, se había tomado el tiempo de demorar cada detalle por su caprichoso papá, sin embargo, no aguantaba un segundo más estando allí, bajo el mismo techo que su hermano y la constante presencia de Jungkook.

Si a Kim Taehyung le hubiesen preguntado el porqué había decidido mudarse de casa, él, si fuese sincero, habría gritado que había tomado la decisión porque estaba harto de Jeon Jungkook y su presencia dentro del hogar de su familia, harto de verlo provocarle cada segundo con cualquier comentario malintencionado en el que él tendría que hacerse el desentendido para no caer en su juego y sin embargo, quería tirarse de lleno, porque para Kim Taehyung era un tormento ver la preciosa piel de su cuñado siendo acariciada por su indiscreto hermano en medio de la sala de estar cuando sus padres no estaban y escucharlo jadear a través de una simple pared que lo separaba de su habitación, si, en efecto estaba harto de ser moralmente correcto y mantenerse al margen de quien le hacía perder la cabeza con tanto lío que se hacía, porque Jeon Jungkook estaba despertando en él una parte que ha denominado como oscura y que no conocía, porque él, aunque ha querido reprimir sus pensamientos, se ha visto acariciando cada trazo de sus tatuajes, palpando la suavidad de su piel, besando cada centímetro que sabe, su hermano ya ha besado.

Su hermano.

El menor.

A quien él debería darle ejemplo.

He ahí su talón de aquiles.

Y la decisión final del porqué quiere huir de casa, porque esa sería la definición correcta para todo esto que está haciendo, aunque viéndolo desde otro punto, pareciera que Kim Taehyung ha fracasado y se ha tirado a la boca del lobo, porque allí, donde él pretendió ser libre de todo pensamiento fuera de lugar y de toda tentación inmoral, estaba Jeon Jungkook esperándole, viviendo justo en la casa de al lado, donde sus balcones se encontraban.

Cuando ese dato se le cruzaba por la mente le daba por retractarse y quedarse en casa de sus padres, sin embargo, sería vivir un infierno al sentir los dedos quemarles cada vez que ansiaban por tocarle y ver los de su hermano gustoso tomar el lugar que por derecho le ha correspondido desde el inicio.

"Que envidia, ahora verás más a Jungkook que yo" Hyunjin hizo un puchero y su mamá se rió.

"No es como que vaya a haber diferencia" Taehyung le respondió, tomando el último trago en su copa de vino. "Parece como si Jungkook viviera aquí"

Y fue como invocarlo, porque Jeon Jungkook apareció por la puerta con las mejillas coloradas al haber alcanzado a escucharlo. "Lo siento"

"No te avergüences, cariño" La señora Kim hizo ademanes con sus manos para restarle importancia al comentario de su hijo. "Nos encanta tenerte aquí"

"¡A mi más!" Exclamó Hyunjin, acercándose a él para darle un beso en la mejilla.

Taehyung se limpió la boca con la servilleta y se levantó de la silla, dejando los platos allí cuando su mamá le dijo que ella los levantaba sin problema. "Gracias, má" Le dijo y luego se giró a su papá. "Luego terminamos de hablar, ¿si? voy al estudio con Jungkook"

"Permiso" Jungkook se inclinó levemente hacia la familia y se apresuró a alcanzarlo.

De las dos semanas que habían transcurrido, la primera semana Jungkook había estado particularmente serio con él, se había limitado a hablarle de temas laborales, pues había sido evidente que la constante frase que Taehyung le había dicho le había perforado su orgullo.

Osadía |Taekook|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora