Capítulo II.

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Habían pasado veinte días del sepelio y Armando seguía sumido en su dolor, no tenía ganas de vivir, no quería levantarse de la cama, y al levantarse era de inmediato buscar botellas de whisky para anestesiarse, pero al contrario se sensibilizaba mucho, recordaba más y se pasaba llorando en estado de ebriedad, Camila estaba muy preocupada por él, su esposo y su hijo se regresaron a Suiza a los diez días que llegaron, no podían posponer más sus obligaciones, así que Camila con ayuda de Catalina Ángel que les prestó una oficina que tenía desocupada, los tres... Betty, Mario y Camila estaban viendo las cuestiones legales, lo referente a los trabajadores, así que de la mano con el abogado Santa María se pasaban horas trabajando, él les planteó el panorama, lo que procedía, y Betty le comentó que la empresa tenía dos seguros, uno contra incendio y otro contra siniestros, así que le dio el nombre de la aseguradora y el abogado se encargaría de contactarlos, ya se habían comunicado con los abogados de las empresas responsables del siniestro, los dos choferes habían fallecido también, no por el incendio sino por el choque y ninguno de los llevaba cinturón de seguridad así que, afortunadamente al agujerar con el impacto el camión del concreto al camión cisterna, el combustible escurrió a chorros y eso evitó que hubiera una explosión de la pipa que habría sido una desgracia aun mayor, y tenían un asunto muy complicado, pero eran emporios de la construcción y de hidrocarburos, y si no respondían como esperaban entablarían una demanda contra ellos tardara lo que tardara, eso había dicho Camila, incluso ya habían recibido una llamada del gobierno ofreciendo su ayuda, estaba la situación muy complicada, pero a ellos les preocupaban en ese momento sus trabajadores, sabían que dependían de ese empleo, Betty pensaba en Sofía, en Aura María que iba evolucionando favorablemente, su vida ya no corría peligro, había sufrido quemaduras, cortes en la piel con los vidrios, en la cabeza tenía uno considerable pero estaba mejorando, estuvo en terapia intensiva unos días pero evolucionó favorablemente, su juventud, y gracias a que al escuchar los cristales romperse se resguardó detrás de mostrador tirándose al piso y eso salvó su vida, pero algunos de la ventana detrás de su sillón, se le incrustaron y fueron los que le causaron esas heridas y se golpeó fuertemente la cabeza, con un saliente del mostrador en el piso al tirarse al piso con rapidez para resguardarse y eso hizo que perdiera el conocimiento, además tenía algunas quemaduras en las piernas.

<<doctor Santa María, ¿qué hacemos con los trabajadores?>> -dijo Betty-

<<déjeme consultar eso con las aseguradoras y le aviso cualquier resolución que me den, sin duda las autoridades así como han mandado mensajes por televisión donde dicen que respaldan a las empresas y a los trabajadores, es tiempo que lo demuestren, no solo se trata de dar discursos, ni apersonarse en la zona del desastre, queremos que respondan de otra manera>>

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<<<Yo sentía un terrible vacío, me quedaría solo, Camila regresaría a Suiza con su familia, pero yo no tenía a nadie más, ahora deseaba tener a mis padres, y me di cuenta que había perdido mucho tiempo alejado de ellos, pero yo me independicé a los dieciocho años y era un hombre que vivía mi vida, y mis padres la suya, eso era así, ellos viajaban constantemente a Londres, les gustaba mucho esa ciudad, y pasaban cada año por lo menos dos meses, mientras yo me encargada de la empresa, y a su regreso siempre Marcela acostumbraba que fuéramos a comer con ellos, ah me duele horriblemente el final de todos, y no dejo de recordar los buenos momentos que vivimos de adolescentes las dos familias, nuestros padres eran excelentes amigos que se hicieron compadres, mis padres eran padrinos de María Beatriz, y los Valencia eran padrinos de Camila, pensaba en Marcela en cómo había sido nuestra relación y sentía una culpa terrible al reconocer mi mal comportamiento con ella y ahora sufría por su pérdida y tenía enojo, ira, tristeza, dolor, porque no merecía un final así, ni ella ni nadie, pero pensaba también que se había reunido con sus padres a los que extrañaba tanto, también sus hermanos, y me preguntaba ¿por qué Dios permitió semejante tragedia? y mi fe se derrumbaba por momentos. Yo sólo quería morirme para dejar de sufrir. Mario, Camila y Betty llegaban a verme y me traían el almuerzo y yo me mostraba enojado, ellas intentaban limpiar mi apartamento y groseramente les grité que dejaran todo como estaba, que no quería que tocaran nada, yo me sentía tan desinteresado en todos los asuntos que me comentaban, era tan insignificante eso frente a lo que yo sentía, pero Camila se molestó por la forme en que les hable y recia me dijo...>>>

AVE FÉNIXDonde viven las historias. Descúbrelo ahora