Capítulo V.

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Los trámites legales para los hermanos Mendoza, concluyeron con gran rapidez, sin duda las relaciones influyeron porque normalmente esos trámites tardan años, y ya estaban viendo que bufete de arquitectos contratarían para que les hicieran el proyecto de levantar de nuevo la empresa desde cero, las empresas involucradas en el accidente, como mandato judicial tuvieron que pagarles cierta cantidad con cheques, por cada persona fallecida que pagaron a los familiares de los empleados, los relativos a sus padres y los Valencia los depositaron en sus cuentas, Armando no quiso conocer el monto con el que valuaron sus vidas. Al vender todo se hicieron de una buena cantidad con la que empezarían ya el proyecto, igual las otras empresas vecinas que sufrieron daños ya estaban empezando a repararlas la que más había tardado era Ecomoda que fue la más dañada y tardaron más en llegar a acuerdos, pero ya todo había terminado.

Armando ya empezaba a ser él de antes, ahora ya empezaba a estar pendiente a opinar y tomar decisiones, escuchaba bien las ideas de Mario pero no las aceptaba como él las proponía, entre los tres, Camila, Mario y él negociaban que era lo mejor a la hora de elegir un bufete, Armando quiso recurrir a los conocidos de su padre, a ingenieros y arquitectos ya de experiencia, Mario y Camila aceptaron la propuesta, ya habían pensado en uno en específico, concluyeron que era momento de iniciar a trabajar con las finanzas para el proyecto de construcción y Camila propuso llamar a Betty para ofrecerle su antiguo puesto, Mario Calderón opinó que era lo mejor que podían hacer, que nadie cuidaría tanto sus finanzas como ella, Armando asintió con su cabeza, -sintiendo su corazón latir solo de escuchar su nombre- entonces Camila llamó a Nicolás como lo hacía seguido, ellos habían empezado a tenerse confianza, bromeaban mucho juntos a ella le caía muy bien, y le comentó que querían hablar con Betty para ofrecerle empleo, pero Nicolás le comentó que ella tenía otro empleo, al enterarse Armando se puso muy triste, porque de nueva cuenta recordó como la despidió y lo injusto que había sido con ella, ambos fueron testigos de cómo cambió su semblante al escuchar a Camila decir.... ¿Cómo que tiene otro empleo? Pero Nicolás no quiso decirle nada más, no sabía si ella estaría de acuerdo contarles donde trabajaba. por lo que le pidieron a él que si podía ir al apartamento de Armando, y Nicolás accedió.

<<<Sentí deseos de salir a buscar a Beatriz ir a su casa en ese momento, contaba con exactitud los días que llevaba sin verla, y me parecían una eternidad, la extrañaba, me hacía falta escuchar sus palabras de aliento que tenía para mí, su apoyo, verla, escuchar su risa, aunque mi hermana me las decía para mí no era lo mismo, desde que se fue con esa carta de recomendación no tenía paz, me hacía mucha falta, quería tenerla cerca, recuperar con ella la relación anterior que teníamos de trabajo, ya tenía claros mis sentimientos y eso me alegraba, entonces a partir de esa noche empecé a ir a su casa en mi auto que por fin me había comprado con el pago del seguro, Mario me acompañó y elegí un color diferente, no quería otro igual al anterior que me recordara como lo vi envuelto en llamas, no sabía dónde trabajaba, solo Nicolás nos dijo que en una compañía de químicos, era toda la información que tenía, a las que vi con total extrañeza fue a Sandra y Mariana llegar a su casa, lo cual para mi significaba que Betty estaba adentro, pero con ellas ahí, no tenía valor de bajarme a llamar a la puerta>>>

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Betty durante ese tiempo de su embarazo siempre usaba una roana encima de su ropa, porque los vagos no tardaban en molestarla en cuanto la veían, y una vez que el aire se la levantó pudieron ver su vientre, y no cesaron de molestarla hasta que se subió al bus, que para su fortuna pasaba en ese momento, ahora sí ¡¡ya todo el barrio lo sabría!! pero a ella no le importaba, ya lo sabían sus padres lo demás, le daba igual.

Betty informó a sus padres la fecha posible de alumbramiento y faltaba aún, su embarazo estaba siendo muy bueno según le dijo la doctora, ella no sentía molestias, de vez en cuando nauseas pero ya no como al inicio, les dio la alegría de saber que ya tenía otro empleo, se alegraron con la noticia, la llamaban cada noche para saber sobre su estado de salud, doña Julia vivía muy angustiada estando ellos lejos de ella, pero su situación era complicada... como dice el dicho... el muerto y el arrimado a los tres días apestan, y después de ese tiempo que llevaban viviendo en la casa del primo Lázaro, los hijos y nietos empezaron a ponerles mala cara y a preguntarles que ¿Cuándo se iban a buscar un lugar para vivir? ¿Qué cuándo se iban de la casa de sus padres? La verdad era que ya no lo estaban pasando nada bien, los hijos ya no vivían en la casa con él, pero opinaban, y el matrimonio Pinzón Solano estaban muy apenados, angustiados, preocupados, tenían que mudarse de ahí, trabajo tenían los dos y les iba muy bien porque además del sueldo, tenían propinas y había quincenas que sacaban una cantidad jugosa, doña Julia en la cocina conocía a Martha una cocinera también colombiana que le comentó que si sabía de algún lugar en renta no costoso le dijera, pero ella le dijo que no, don Hermes fue empleado como ayudante para ir con el chofer a las compras para el restaurante, él se encargaba de los pagos, y revisar los pedidos, cuando llegaban ya les tenían lista su mercancía, cosa que agradeció porque así no tenía que lidiar con algún cliente cuando no hablaban en inglés, pero normalmente la mayoría de su clientela era colombiana, lo mismo los proveedores.

AVE FÉNIXDonde viven las historias. Descúbrelo ahora