Capítulo VII.

489 36 6
                                    


<<Cami, hermanita perdóname, por todo esto tiempo que has estado para mí, sin ser consciente de lo que tu hacías y sacrificabas, ¿quieres contarme qué te pasa?>>

<<¡no puedo más Armando! no te culpes de nada, mi matrimonio cuando sucedió la terrible tragedia ya no estaba bien, pero intentaba negarme a ver la realidad, pensaba... ¡es algo pasajero! mañana volverá a ser todo como siempre, y así fueron pasando los días, cuando estuve aquí unas semanas, la primera vez que fui a Suiza, noté con tristeza que Alexander y Robert habían continuado su vida sin mí, que no les hice falta para nada, ¡y me dolió! a él lo ascendieron y me contó feliz eso, no paraba de hablar, solo le importaba eso en ese momento, sin pensar lo que yo estaba viviendo, no me preguntó ¿tu cómo estás? ¿cómo está tu hermano? Como van las cosas, ¡nada!... siempre regresaba muy tarde cuando ya estaba dormida, su tema al verme por las mañanas mientras desayunaba era contarme cada día de su nuevo cargo, con que personas se entrevistaba, en qué consistía su trabajo, y cuando le dije que me tenía que regresar a Colombia no me preguntó ¿cuándo regresas? Parecía no importarle nada de lo mío... Robert ocupado todo el día entre la escuela y sus deportes, por las noches llegaba, me saludaba, comía algo rápidamente y se iba a dormir, cuando le dije que me regresaba a Colombia igual me dijo... ah está bien ma... me vine sintiendo que no les importaba, mi hijo se educó en colegios donde les enseñan a ser así muy independientes, ¡y está bien! pero yo como latina colombiana es complicado para mí, el tono con que me habla no es el adecuado, tú y yo jamás les hablamos así a nuestros padres a su edad, entiendo que es adolescente pero no puedo aceptarlo, mira hermano... hace dos días hablamos por teléfono y... ¡Alexander me pidió el divorcio! -dijo sollozando- así... fríamente, ni personalmente siquiera, fue por teléfono, y me duele tanto, porque tú sabes las condiciones en que se dio nuestra relación, me siento tan triste, tan mal -dijo con los ojos llenos de lágrimas>>

<<lamento escuchar esto que me cuentas, pero no permitas sentirte mal por su proceder, tu valora y piensa que diste todo por tu familia, que él no lo haga es su problema no tuyo, llora, desahógate, siente el dolor, no lo evites, grita si es necesario, y después... dale su libertad, porque es evidente que él ya rompió el compromiso que hizo contigo, no lo intentes retener, por mucho amor que sientas, ¿para qué forzar las cosas? Y convertir algo que fue bonito en su momento en un infierno, si él ya está decidido nada lo hará cambiar de opinión, además para llegar a este punto supongo que ya tenía tiempo pensándolo, siempre los unirá Robert, con él es diferente, es tu hijo>>

<<lo sé Armando, pero cuando nos casamos tan ilusionados jamás imaginé vivir esto, mi hijo no quiere venir aquí, no quiere, y me duele que no lo haga, se avergüenza al decir que tiene padres colombianos, Y me pide que no diga nuestra nacionalidad, que no hable español delante de sus amigos, quedamos que vendría en vacaciones a Bogotá y no lo hizo porque no le dio la gana, así me lo dijo, está muy rebelde, pensé que lo había educado bien y me equivoqué terriblemente Armando, siento que divorciándonos los perderé a los dos, y no es fácil para mí terminar con lo que fue mi vida estos años -dijo cubierta de llanto->>

<<él es menor de edad, habla con él, tiene que hacerte caso, puedes obligarlo a venir contigo>>

<<no Armando, me dijo que prefiere irse de la casa que venir conmigo, siempre Alexander y yo trabajando para darle todo, y he aquí el resultado, tú sabes que yo compré el apartamento donde vivimos, el primer auto, los muebles, ¡¡todo!! fue la herencia de mi tita Camila, y ¿no sé qué hacer?>>

<<mira yo no quiero ponerte en contra de ellos porque son tu familia, habla con Alexander del tema, pero creo que lo justo es que si ya se deshace la sociedad conyugal recuperes lo tuyo o si quieres dejárselo a tu hijo, tu sabrás>>

AVE FÉNIXDonde viven las historias. Descúbrelo ahora