En el jardín de pasto seco o casi nulo, había un letrero con enormes letras rojas "Se Vende". Durante el primer año hubo varios matrimonios que visitaron el inmueble tratando de ver si era adecuada para su presupuesto o cómoda para la cantidad de miembros que eran.
La familia Lind casi cerraba el trato con el agente, pero el día de firmar los papeles el señor Lind tuvo un terrible accidente automovilístico. El agente acudió al hospital llevando los papeles por si la señora Lind quería firmar. Justo cuando Andrew llegó a la sala de espera y saludo a la señora Lind, el doctor llegó con unos papeles en la mano y la mirada caída. Por las complicaciones del estado del señor Lind y pese a que los paramédicos y el personal del hospital hicieron su mejor esfuerzo sin reparar en procedimientos, el señor Lind falleció. Andrew guardo los papeles y ofreció su más sentido pésame a la señora Lind.
En otra ocasión la familia Jhonson, acudió a Andrew buscando un lugar donde quedarse que estuviera cerca del trabajo de ambos y la vieja casona era justo la indicada, a diez minutos de la comandancia de Policía, ideal para Louis Jhonson. Sin embargo el aeropuerto estaba a media hora, pero aún así era lo más cercano para Matthew Jhonson. Así que decidieron que era la mejor opción. Louis al día siguiente llevaría el anticipo al firmar los documentos. Ese día hubo un tiroteo en una preparatoria y Louis respondió al llamado perdiendo la vida al salvar a algunos estudiantes. Matthew destrozado regreso a su país para no recordar el terrible suceso.
La casona se quedó un año más vacía y el pasto comenzó a secarse a pesar que Andrew había contratado una persona del vecindario para que le ayudará a regar el pasto y los arbustos. El segundo año inicio mejor, tras una semana de intentar convencer a una familia con dos pequeños y uno más en camino, Andrew cerró la compra venta, comenzó a arreglar los papeles. Tres días después del primer depósito la señora López dio a luz a gemelos dejando a la familia López con una tarea mayor. Andrew tuvo que ofrecerles una casa más amplia y aprovechar el depósito inicial.
Casi terminaba el segundo año cuando una pareja de anciano que cumplían setenta años de casados decidió comprar la casa para mudarse y dejarles la casa donde habían vivido por años a su hijo mayor que tenía tres hijos, y ellos ya no necesitaban tanto espacio. El hijo mayor pago el depósito inicial y un poco más a cuenta de la casa que le dejarían a su nueva familia. Al mudarse los nuevos inquilinos todo iba bien, el pasto reverdecio y los arbustos florearon. En la fiesta de fin de año el hijo mayor visitaría por primera vez a sus ancianos padres en su nuevo hogar pero ese día, el clima era terrible y Julio Ortega no se arriesgo a conducir. A la mañana siguiente los vecinos encontraron a la señora Ortega y su esposo en su habitación sin pulso y en la casa había olor a gas.
Julio Ortega se arrepentia de no haber conducido hasta la casa de sus padres.
— Tal vez hubiera llegado a tiempo, tal vez hubiera notado la fuga de gas.
Días después le pidió a Andrew que vendiera la casa de nuevo el no la quería. Andrew cansado de ofrecer la casa dio por "no vendible" la propiedad y durante los siguientes tres años, no la ofreció. Los trabajadores ya no hacían visitas de mantenimiento y el pasto termino por secarse y los arbustos solo eran ramas secas. Los diarios se acumularon en la entrada, nadie sabía quién hacía el pago al repartidor, hasta que...
Andrew fue a mostrar la propiedad a un hombre bien vestido, gabardina negra y corbata, Andrew salió victorioso de esta transacción. El señor Darkwood buscaba propiedades para demoler y construir un edificio de departamento, así que no importaba en qué condiciones estaba la casa, con que el terreno fuera de las dimensiones que el señor Darkwood necesitaba era más que suficiente. Andrew y el señor Darkwood firmaron los papeles y para el fin de semana llegarían las maquinas para demoler y limpiar el terreno.
Andrew se quedó en la vivienda solo, necesitaba quitar el letrero de "se vende". Un niño de la nada se acercó a él, sudadera roja y pantalón de mezclilla azul.
— ¿Por qué vendiste la casa? ¿Ahora a dónde iré? — dijo el pequeño viendo a Andrew con sus enormes ojos cafés.
Andrew entro con el cartel de "Se vende" en las manos y lo coloco sobre la mesa. El pequeño jalo el cartel para que cayera al suelo.
— HAZME CASO POR UNA VEZ... — grito el niño.
Andrew abrió una botella pequeña de ron, que llevaba en su maletín, y bebió un trago largo.
— Me abandonaste y ahora vendes la casa. — comenzó a llorar el pequeño tirándose al piso y tapando su rostro.
— Adiós hermanito, algún día nos volveremos a ver — volvió a beber y cerró la botella.
Andrew tomo su maletín y al cerrar la puerta se seco una lágrima que rodaba por su mejilla.
— Si no me hubiera escapado ese día de la casa, mi padre no te hubiera hecho nada.
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Mundos imaginarios
NouvellesMundos imaginarios es una recopilación de historias y cuentos breves, que a lo largo de un año, 365 días, estaré escribiendo para dar oportunidad a desarrollar la imaginación, la narración de diversos escenarios y compartir mi evolución al tomar var...