Capitulo 11

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Una semana había pasado desde el caliente encuentro con Min en la oficina, una semana de tener que soportar sus comentarios doble sentidos y sus miradas pervertidas y para nada disimuladas que estaban a punto de hacerlo caer, una semana que cada día tenía que masturbarse en el baño para no volver a repetir ese encuentro que milagrosamente el pelinegro no notó nada fuera de lo normal que lo atara a la sospecha de pensar que él y el mayor estuvieron juntos muchas veces antes.

De esa semana había tenido que ir al menos cuatro veces al club a desquitar las tremendas ganas con la que Yoongi lo dejaba con puros toqueteos y roces "accidentales" que el mayor decía eran sin querer. Ese día no sería la excepción, porque había visto en vivo al mayor masturbarse gimiendo su nombre varias veces, sin querer o no aquello fue la gota que derramó el vaso de su paciencia, tendría que poner un alto a la situación.

Se paró frente a Yoongi y le aventó los papeles en el escritorio, Min los observo confuso asique los agarro y leyó la primer hoja riendo sonoramente al ver lo que era.

—¿Una carta de renuncia? ¿Es encerio Park?

—Es encerio Min, no quiero trabajar aquí más.

—Dime una razón válida

—Tú

—Esa no es razón

—Tu comportamiento, tus insinuaciones, me tienes harto —el mayor sonrió, pero jimin permaneció serio al ver la actitud infantil de Yoongi.

—Es a tu jefe a quien te diriges Park... —advirtió.

—Los jefes no le meten el pene a sus empleado y los hacen beber un maldito afrodisíaco.

—Si lo dices de esa forma... —Yoongi movió sus cejas hacia arriba y abajo con coquetería.

—¿No te han dicho que eres insoportable?

—Eres el primero.

—Me voy —Jimin dió media vuelta hacia la salida pero Min se apresuró a cortarle el paso poniéndose frente a él.

—Una más —dijo muy cerca de su rostro.

—¿Qué cosa?

—Déjame tenerte una vez más y juro que te dejo en paz.

—Estás loco.

—Tú me tienes así, pequeño.

Lo tomó por la cintura obligando a su cuerpo a juntarse con el suyo. Lo alzó del suelo y a Jimin no le quedó más remedio que sujetar sus piernas a la cintura de Min para no caer, botando su mochila como resultado.

—¿Qué pasa si te digo que no?

—No aceptaré tu renuncia, tampoco una petición de cambio de puesto. Y tendrías que pagar una indemnización por ausentarte así como si nada a la empresa si planeas no venir o. Y... seguiré insistiendo.

Jimin sonrió mostrando sus dientes y alzando su cabeza hacia el techo. Le resultaba cómico el hecho de que Yoongi no lo dejara tranquilo, que no lo dejara irse y que se aferrara a su presencia. Era un poco infantil de su parte, pero le estaba empezando a gustar la infantil posesión de Min hacia él.

—¿Y que pasa si digo que sí?

El mayor caminó con Jimin en brazos hasta el escritorio y lo dejó sentado en el empezando a repartir besos en su cuello y su mandíbula. El cosquilleo en la pelvis de ambos se hizo presente, aunque Jimin no lo aceptara, pero Yoongi era el dueño de su cuerpo y viceversa, Yoongi sabía que Jimin era el único que lo hacía reaccionar de aquella forma tan lujuriosa.

Touch Me (Yoonmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora