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Luego de comprar la cena, nos dirigimos a mi casa para comer en un sitio más tranquilo.

Vicky estacionó el auto en el parqueo de la casa y ambas caminamos hacía la entrada. Nos ayudamos mutuamente para llevar lo que habíamos comprado, ella llevaba las bebidas y yo la comida. Puse la bolsa con la comida en un pequeño muro que se encontraba cerca de la puerta para poder buscar las llevas de la casa en mi bolso con más facilidad y así poder entrar.

Luego de escarbar algunos segundos entre todas mis cosas, para encontrar mi llavero, finalmente fue un éxito. 

Nota mental: arreglar mi bolso.

"Bienvenida a mi casa." Dije mientras nos adentramos, caminé hacia la cocina para tener nuestra cena ahí.

A medida que íbamos pasando iba encendiendo las luces ya que al parecer mi tía no se encontraba en la casa. Era algo obvio porque no estaba su carro estacionado afuera.

Mejor.

Así teníamos ese momento solo para nosotras, aunque era posible que en cualquier momento nos podía interrumpir con su llegada.

"No se si recuerdas, pero vivo aquí con mi tía." Seguí hablando.

"Sí, creo que me llegaste a mencionar algo de eso. También me contaste que decidiste quedarte en Puerto Rico y no irte con el resto de tu familia." Me dijo.

"Tienes buena memoria, porque sinceramente creo que te he dicho tantas cosas que no me recordaba de ese dato." Volví a hablar y ella solo se rió de mis palabras.

Acomodamos la comida en la mesa, Vicky se sentó cómodamente y yo busqué unos vasos, platos y cubiertos para servir la cena. Compramos algunos platillos diferentes así compartíamos y le guardabamos cena a mi tía Lucero por igual.

Chow-fan, fideos con vegetales, pollo agridulce y eggrolls. Todo olía extremadamente delicioso, no se si ese era el caso o si era porque casi estaba delirando del hambre.

Ya con comida en nuestros platos y concentración en lo que teníamos al frente se había creado un silencio entre nosotras. Se podían escuchar las manecillas del reloj correr mientras pasaba el tiempo.

"¿Por qué nunca había escuchado de este lugar?" Exclamó Vicky mientras tomaba un sorbo de su bebida. Sus ojos brillaban debajo de la luz de la lámpara que nos iluminaba desde el techo de la cocina.

"Bueno, era parte del plan de conocerme." Le respondí y guiñe un ojo de manera juguetona.

"Creo que fue el destino que nos conectó." Dijo mientras tomaba uno de los envases con la comida y lo subió hacia arriba como si fuera la escena de la película del Rey León.

Ambas nos comenzamos a reír por aquella acción que ella había hecho, fue bastante random.

"¿Entonces yo no existo?" Dije fingiendo tristeza y baje la mirada al suelo. Dramática si soy.

"Obviamente nena, pero dejame conectar con esta comida tan rica que me has dejado probar." Habló y yo procedí a poner mi mano sobre la suya que estaba arriba de la mesa.

"No me tomes tan en serio solo estoy jugando contigo." La miré mientras hablaba y le sonreí de manera tierna.

Seguimos comiendo y hablando de cualquier cosa nos llegara a la mente. Desde que cual era nuestra película favorita de Disney hasta las probabilidades de que un agujero gigante se abriera en medio de la calle y comenzara el fin del mundo.

Estaba sorprendida que mi tía aún no había llegado a la casa, me tomé la molestia de revisar mi teléfono a ver si me había escrito un mensaje. Fui a buscar mi bolso que lo había dejado en la sala de estar cuando habíamos llegado a la casa.

120km [young miko]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora