Diario de Roier West

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1 de Septiembre

Ultimamente Spreen pasa mucho tiempo en el trabajo, no lo culpo por alguna razón por estos meses las sesiones de fotos eran muy requeridas al igual que en temporada navideña.

—Hola cariño, volví... ¿Como estas? — Salí de la cocina y sonrei al ver a mi esposo , este dejo su mochila en el suelo y se quito su camara portatil del cuello — ¿Estas preparando la cena?

—Asies, de vez en cuando se me sale el papel de ama de casa — Le guiñé un ojo y el rió, amaba su hermosa risa — ¿Me ayudas a preparar la mesa?, ya casi esta lista

—Enseguida mi cielo

Volví a la cocina, concentrandome en la cena que hacia.

Ultimamente, apesar de no ver tanto a mi esposo por trabajo, sentia que nuestra relación mejoraba cada día más.

—Provecho corazón

Me dio un beso en la mejilla y procedimos a comer, teniendo una charla amena. El me contaba sobre su trabajo, me mostró algunas fotos, realmente admiraba su trabajo.

—Roier

Me habló serio, suspiré ya sabiendo lo que se vendria, no seria un tema que me guste

—Spreen

Dije suavemente mientras dejaba mis cubiertos sobre la mesa y dejaba de masticar.

—Mañana vendra Natalan a cenar...

Rapidamente fruncí el ceño, definitivamente no era algo bueno.

—Se lo que piensas de el, pero es mi hermano... Y hace mucho que no lo veo

—Spreen

Reproché, el suspiró mientras tomaba mis manos entre las suyas.

—Roier, por favor, solo será unas horas y despues se irá ¿De acuerdo?

Lo miré a los ojos, no queria a Natalan aqui, obviamente no, lo odiaba pero no tuve opción mas que aceptar, no queria hacerlo enojar

—Esta bien, solo... No me dejes solo con el, ya sabes que siempre me hace preguntas incomodas

—No cariño, tu estarás a mi lado todo el tiempo

Besó mis manos y sonrei levemente, ¿Que podria hacer?, queria que mi esposo fuese feliz, no importa que.

2 de Septiembre

Estaba tranquilo, Natalan llegó a casa y realmente me ignoró, solo me saludó por cortesia pero ademas de eso, solo me ignoró. No sabia por que pero realmente estaba agredecido por eso.

Miré hacia fuera, donde, Natalan y mi esposo compartian una conversación entre risas y bromas al lado de la parrilla.

Yo estaba dentro ya que comencé a cortar algunos vegetales para ponerlos a asar y poder acompañar con la carne.

Estaba realmente tranquilo, sumergido en mis pensamientos cuando sentí unas manos rodear mi cintura.

—¿Cariño?

Pregunté timidamente.

—¿Si?

Sentí un escalofrio, me aparté rapidamente y miré a Natalan quien me miraba a los ojos, me sentí incomodo y pequeño ante su mirada.

—¿Que es lo que quieres?

—Sabes que es lo que quiero, pero te niegas a darmelo

—Te e dicho miles de veces que nunca dejaria a tu hermano por un miserable infeliz como tú

Un bello silencio | GuapoDuo |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora