caminaba en círculos nerviosa por su cuarto, ya se había mordido todas y cada una de las uñas de sus diez dedos y no sabía como bajar el estrés que estaba experimentando. sabía bien que no existía palabra, llanto, pataleta ni razón que pueda cambiar la opinión de su madre una vez esta había tomado una decisión; por eso sentía tantas ganas de asesinar al primer ser vivo que se le cruzara, tenía asentado que no había escapatoria para la situación que temía tener que enfrentar en menos de dos días.

además, acababa de salir de una discusión algo fuerte con su madre y sentía que la cabeza le explotaba. odiaba quedarse con la palabra en la punta de la lengua pero al mismo tiempo no quería arriesgarse a nada por responderle a alguno de sus padres. si les levantaba la voz, la harían faltar a la próxima clase del taller de artes y música, si los ignoraba tendría prohibidas las juntadas y salidas cln sus amigas por el proximo mes, si los contradecía estaría obligada a ordenar y limpiar toda la casa (lo cuál era una bendición para el personal doméstico que trabajaba para la familia, pero una tortura para jisook teniendo en cuenta lo extensa que era la casa o mansión en la que vivían), y así con todo. odiaba no tener libertad para decir lo que pensaba, odiaba tener que seguir reglas y mandatos estúpidos de sus padres sin siquiera poder protestar y, por sobre todas las cosas, odiaba esta familia.

hoy se había cruzado un límite para ella y decidió pelear con su madre para que replanteara la idea estúpida que quería llevar a cabo con respecto al campamento de música que jisook esperaba con ansias cada año, le hizo reclamos que terminaron en su madre igual o más decidida que antes y un mes sin permiso para salir a ningún lado que no fuera el jardín de la casa.

más allá del miedo que le daba la menor, la única persona que la entendía en aquella casa del terror decidió ir con ella para tratar de tranquilizarla. no lo entiendo, sooky. le dice negando levemente con ambas de sus manos sobre sus rodillas mientras se mantenía sentado en la cama de la recién nombrada. te juro que trato de hacerlo, pero ¿de verdad no te parece una buena idea para él? ¿ni siquiera para que mamá esté más tranquila o para que las cosas puedan llegar a mejorar para nosotros?

¡no! respondió casi grita histérica, arrancándose los pelos mientras paraba repentinamente los pisotones que le estaba propinando al piso. ¿cómo puedes pensar en mamá en un momento así? el es un puto fenómeno y ella una enferma por creer que obligándolo a ir cambiará algo. lo cuestionó tratando de soltar su cabello que bastante tirante se encontraba.

no hables así. la reta serio, internamente sorprendido por el odio que su hermana menor le había desarrollado al menor de los kim.

sí, era verdad que el adoptado no era para nada sociable con ninguna de las personas con las que convivía en aquella casa. no le gustaba hablar con ninguno de los hermanos por más que estos habían tratado de incluirlo en todo dentro de lo posible, ya sea invitarlo a las salidas que lou organizaba junto a su hermana pequeña a museos o conciertos o tratando de charlar amenamente durante la hora de la merienda en la que sus padres se encontraban trabajando, pero nunca nada era suficiente para que guo entre en confianza con los chicos. al principio, este se excusaba hablando en chino cada vez que los kim querían hablarle sobre su reciente llegada, además de demostrar ser un niño bastante traumatizado y callado por lo que sea que haya vivido en el extranjero, jun chen de verdad demostraba no saber inglés; hasta unos meses luego de empezar las clases en su escuela técnica, cuando sus padres charlaban tranquilamente en coreano con el en todas las cenas que la familia compartía.

aún cuando el idioma no er aun impedimento, él decidió no comunicarse. era lo simple y necesario, cuando a sook se le rompía un cargador o auricular y le pedía un par prestados a guo y este le dedicaba un seco y cortante "de nada." a un gracias connintenciones de charla, o cuando él los llamaba a sus cuartos porque ya era la hora de cenar. nunca demostró interés, por lo cuál ellos, por más que quisieran un nuevo hermano que los ayude a neutralizar el sufrimiento que eran sus padres, no siguieron insistiendo en algo que ya creían imposible a estas alturas.

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