¡JUNGKOOK! grita el mayor desde la acera. ¿PUEDES BAJAR O QUÉ? justo al terminar sus palabras, siente como la puerta principal que tenía a unos metros se abre, dejando ver a su primo cargando una mochila que sobrepasaba la altura de su cabeza y con un piluso que tenía una red anti-mosquitos colgando, manteniendo el rostro de jeon protegido. yoongi trata de reprimir una carcajada, pero se le hace imposible. estamos llegando diez minutos tarde porque tu decidiste disfrazarte de jardine- le cortan la palabra.

ni una sola queja, min. ni una sola. le advierte el apenas menor por unos meses jeon. se sentía humillado ¿y cómo no? si su madre se encargaba de ridiculizarlo con su sentido sobreprotector y estrictas instrucciones para salir de su casa  con sus amigos o acompañado de cualquier persona que no fuera su madre. sólo, vámonos. dice avanzando hasta el hyundai de heeyin, quien había insistido hasta el cansancio en llevar a los chicos hasta la estación de bus.

yoongi había aceptado encantado la primera vez que su tía se había ofrecido en llevar a ambos chicos hasta su punto de partida, agradecía de rodillas al cielo por no tener que volver a caminar o ir en transporte público hasta el lugar, ya lo había hecho una par de veces y no tiene un buen recuerdo de la experiencia. tal vez por eso se sintió tan ofendido cuando oyó a jungkook rechazando la oferta de su madre, justificándose al dicho de "min ya viajó solo muchas veces, sabe bien como llegar" que, aunque era verdad, no era algo de lo que yoongi se sentía afortunado de afirmar. 

por otro lado, jungkook si se hubiera sentido afortunado de poder viajar por su cuenta cuando quisiera y hasta dónde deseara. 

odiaba lo poco que su madre confiaba en él y en sus capacidades como adolescente, su padre ya ni siquiera figuraba en el radar como para ayudarlo a defender su independencia y se sentía harto de estar aún cumpliendo ese rol horrendo de niño siendo ya casi un hombre (o al menos así se veía él) solo por capricho de su madre que se resistía a dejarlo crecer. ya era bastante con tenerla detrás hasta en el más mínimo paso que hiciera jungkook fuera de su casa como para que, justo cuando jeon había logrado convencerla de estar quince días dentro de un bosque junto a otros niños de su edad o mayores), ella decidiera volver a monitorearlo hasta el instante en el que se suba al autobús. 

le parecía una exageración, casi un insulto, como si no fuera él quien le había rogado de rodillas a su propia madre para que no contratara una niñera por lo mucho que le gustaba estar solo y mantenerse por sí mismo a él y a su hermana sin la ayuda de nadie, o como si no fuera él quien siempre se hacía cargo de asistir a todas y cada una de las reuniones de padres y hacerse cargo de la mayoría de obligaciones que le correspondían a sus padres cuando de la escuela se trataba, o como si no fuera él quien iba todos los findes de semana sin falta a la casa de su abuela con tal de ayudarla en todas las tareas que necesite, reparar algún electrodoméstico que se encontrara roto en la casa o hasta destapar varios caños y su nana así lo necesitaba, él sabía muy bien que era más que capaz, pero también sabía que ella era consiente de eso. por eso estaba tan molesto.

de todas maneras, los tres presentes en la situación sabrían que jungkook no soportaría mucho tiempo más encajando en las exigencias de su madre que ya les resultaban absurdas a ambos adolescentes.

yoongi decidía no opinar. sabía que su primo no la pasaba del todo bien, pero le parecía un privilegiado al momento de comparar su situación con la suya; lo cuál lo hacía sentir con el derecho de burlarse de jeon ante la más mínima situación. ¿asustado de las moscas, kook? le preguntó burlón al menor, este le pegó una mala mirada rápida para volver los ojos a la acera por la que estaba caminando y sacarse el gorro que ya bastante lo estaba molestando.

cállate. dice notablemente enfadado el menor. no tienes ni puta idea de cuánto discutí con ella antes de que llegaras. caminó con pisotones hasta el baúl trasera del auto, el cuál abrió para arrojar su mochila y bolso de mano dentro del auto de mala manera. pásame tus cosas. le pide serio, sin siquiera  verle la cara. min se da cuenta de lo enojado que estaba en verdad, por lo cuál tuvo que llenar sus mejillas reírse para no reírse de la ternura, pasándole su bolso negro y su mochila verde militar.  cerró con fuerza aquella zona del auto que ahora resguardaba sus equipajes y mantuvo sus brazos estirados y sostenidos en aquella apertura, con la cabeza gacha y por debajo de sus hombros, respirando mirando fijo al suelo. estoy cansado, yoon.

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