Capítulo 10: Lo que pasó.

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Rian no paró de correr hasta que llegó a la casa de al lado de D.O. Se detuvo y comenzó a coger aire. Quizás bailaba con D.O, pero no tenía nada de resistencia física. Después que tomó aire pensó en qué pasaría si D.O no estaba en su casa, o si tenía una fiesta allí y ella toda sudorosa y descalza. Miró hacia la casa de D.O y notó que las luces estaban prendidas. Se acercó a la entrada y le marcó a D.O al celular. No se tardó en contestarlo y cuando le dijo que estaba a fuera, no pasaron ni tres segundos y la le habría la puerta.

-¿Qué pasó? ¿Por qué estás descalza?- D.O la miraba preocupado.

-D.O... Yo...- Se sintió tan segura cuando lo vio que comenzó a llorar. Quería abrazarlo y llorar en su pecho, pero estaba tan bonito vestido que no quería arruinarle la ropa.

-¿Qué pasó?- Le volvió a preguntar al verla llorar. Tomó los tacones de sus manos y la haló de la mano suavemente para que entrara. Disimuladamente la llevó escaleras arriba, para que su familia no la viera así y entró a su cuarto con ella. Se sentó en la cama junto a ella y la abrasó. -¿Sucedió algo?-

Rian estuvo en silencio por un buen tiempo hasta que decidió hablar. -Nate... Él, me tocó-

-¿Te tocó?- Le preguntó sin entender.

-Sí... O sea, me tocó mi parte íntima.- Le explicó totalmente abochornada.

-¿Nunca habían hecho algo?-

-¡No!- D.O suspiró completamente aliviado. Pero luego entró en razón de que la había tocado. -Soy virgen, nunca he hecho algo así.-

-¿Te tocó sin tú querer?-

-Sí, es la segunda vez que lo hace.-

-Ese idiota. Te juro que voy a partirle la cara Rian.- Estaba completamente molesto.

-No pierdas tú tiempo.- Le dijo abrazándolo. Ya se sentía más tranquila estando con él. -Perdón que haya venido sin avisar y perdón por estar evitándote.-

-Está bien.-

-Yo, no sabía que pensar con lo que pasó.-

-Está bien, en serio.-

-Hoy... Hoy conocí a la madre de Nate. Yo pensé que él ya no la veía porque él me había dicho que lo había abandonado.-

-¿Eso te dijo? Ese Nate. Yo estuve el día en que ocurrió.-

-¿Qué pasó ese día?-

-Teníamos como nueve años aquel entonces. Esa noche estábamos jugando video juegos en el cuarto de Nate cuando empezaron a discutir. Discutían muy a menudo así que Nate y yo los ignoramos, pero el padre de Nate gritó "¿¡ Para qué!?" muy fuerte y nos asustó. Pusimos el juego en pausa y nos acercamos al marco de la puerta para escuchar mejor.

"¡Para un cambio Joel!"

"Estamos bien aquí, no me voy a mudar a Nebraska solo porque allá te van a ascender en el trabajo. Katie, es una locura, no iré para que un tornado me lleve volando."

"¡Ese es tu problema! Le tienes miedo a los cambios. Yo quiero progresar en la vida Joel, no quiero estar aquí en un mismo trabajo toda mi vida. Ya me cansé. Cuando mi padre se enfermó y yo era la única hija cerca, no quisiste que fuéramos a Nueva York en lo que mejoraba. Tuvo que ir Milly desde California. No puedo vivir como si me tuvieran encarcelada."

"¡Nadie te tiene encarcelada! Tú puedes salir de tu casa cuando quieras. Pero en Jacksonville estamos bien Katie, ya déjalo."

"¡No! Si lo dejo me quedaré aquí por siempre. ¿Qué no entiendes que no quiero eso?" Katie comenzó a subir las escaleras y nosotros corrimos al televisor a seguir jugando. Un rato después ella entró al cuarto con una maleta y le dijo a Nate que empacara lo esencial, se irían a Nueva York con su abuelo en lo que conseguía una casa en Nebraska.

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