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Era domingo, se había despertado a las 2 de la madrugada para poder llegar bien al punto de encuentro, el instituto. Sus padres lo dejarían allí, ya que a aquella hora los autobuses que pasaban eran pocos y tampoco quería dejar a su hijo irse solo a esas horas de la madrugada.

Le dolía la espalda, las caderas y sentía su entrada algo irritada, le ardía como la mierda debido a la gran cantidad de tiempo que tuvo algo haciendo fricción y a pesar de utilizar grandes cantidades de lubricante, las intrusiones dentro suyo, daban consecuencias.

No le importaba mucho, ya que estaba acostumbrado a ese dolor posterior al sexo y a demás que era su culpa, debido a que él elegía tener sexo tan duro.

Taylor se fue un poco antes de la llegada de sus padres, que llegaron junto a comida rápida que compraron en el camino desde pequeño pueblo de donde provenían hasta ahí, Salt Lake City. Cenaron a gusto con sus hermanos y fueron a dormir temprano.

Ahora se encontraba en el coche, en los asientos traseros. Eran las 2:40 de la madrugada, les quedaban unos treinta minutos para llegar, así que el chico aprovechó para descansar un poco, aunque no pudo debido a los pensamientos que surgieron sobre su relación con Jungkook Taylor. Poco a poco se acercaban más al otro y quizás estaban forjando una amistad, algo que evitaba completamente y había altas probabilidades de que el pelinegro también evitase eso.

— ¿Fue bien ayer con tu amigo? — Preguntó su padre. —

— Sí... Me ayudó y aconsejó mucho sobre las concentraciones y lo que necesitaría... —

Les había informado a sus padres la tarde del día anterior que el pelinegro iría a su casa a ayudarle con la maleta, porque si llegaban y se lo encontraban, quizás lo castigaban después de su llegada de la concentración. Aunque algo que no les contó, es que ese "amigo" también le había hecho rogar porque lo follara, pero eso era un pequeño detalle que sus padres no sabrían.

Antes de irse, se aseguró de dejar sus juguetes, lubricante y preservativos en un cajón bajo llave, ya que se moriría de vergüenza si sus padres logran ver aquello.

Cuando llegaron al instituto, todo estaba oscuro, eran las tres y poco de la madrugada, así que el silencio era abrumador.

Vio a lo lejos el autocar del equipo y varias personas a su alrededor, así que se dirigió junto a sus padres y maleta.

— Ey Taehyung, ¿cómo estás? ¿Con ganas? — Preguntó su entrenador abrazándolo. —

— Con muchas... Aunque algo cansado. —

— Tenemos 6 horas de viaje, así que podrás dormir todo lo que necesites. — Sonrió y saludó a sus padres. —

Mientras su entrenador y progenitores hablaban, él se acercó a sus compañeros, quienes hablaban bajo, algo dormidos y muertos de frío, con abrigos enormes. Él no estaba muy diferente al resto, así que no dijo nada.

Habló con ellos, mientras iban llegando el resto. Una vez llegaron, pasaron una pequeña lista, asegurándose que todos estuvieran presentes antes de entrar al autocar e irse.

La gran mayoría de padres estaban presentes, así que todos se despidieron desde la ventana con la mano mientras el autocar arrancaba.

Él estaba sentado junto a Hyunsik, quien había traído una almohada del cuello para el viaje y en aquel momento agradeció el consejo que le había dado Taylor al haberle dicho que se llevase una para no pasarlo mal durante el viaje. Agarró la almohada de color azul y la puso al rededor del cuello, después, se durmió rápidamente.

Se despertó debido a la voz de su capitán despertándolos mientras música sonaba de fondo.

— Es hora de despertarse dormilones. — Decía el capitán. — Llegaremos en una hora y tenemos que desayunar antes de llegar, venga, levantad esos culos. —

Endless DreamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora