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La lluvia seguía cayendo sobre los cuerpos de ambos chicos, pero a ellos no les importaba. No hablaban, solo se miraban. Después de la pronunciación de palabras del pelinegro, el anteriormente rubio sonrió mientras las lágrimas caían, pero estas se camuflaban con el agua.

— ¿Me recuerdas? — Preguntó con la voz casi quebrada. —

A pesar de que las lágrimas se mezclaban con el agua, su rostro se tornaba rojizo y sus ojos igual debido al pequeño llanto.

Jungkook solo se limitaba a mirarlo mientras las gotas caían a montones de sus mechones de pelo, no decía nada, pero después de observar por completo aquel rostro que lentamente había olvidado respondió.

— Claro que te recuerdo, Kim Taehyung. — Pronunció dando a entender que recordaba que era un viajero en el tiempo y su antiguo nombre coreano. —

El castaño apretó los labios evitando soltar un llanto grande, pero jamás apartó la mirada de aquel cambiado Jungkook Taylor.

Lo había echado mucho de menos y no pudo evitar dejar escapar aquel ruido de llanto. Empezando a verse todo borroso por las lágrimas que formaban sus ojos.

Sin darse cuenta, sintió su cuerpo ser rodeado por los brazos del mayor, la poca calidez que podían llegar a crear sus cuerpos debido a la lluvia, se unieron, creando una mucho mayor.

Pasó sus brazos alrededor de la ancha espalda del pelinegro, aferrándose a él y apoyando su cabeza en el pecho del contrario, debido a que ahora era un poco más bajo que el chico, Jungkook había crecido en estatura y corporalmente.

Lloraba hasta que Taylor se separó del abrazo y lo agarró por los hombros, obligándole a mirarlo a los ojos, seguidamente sujetó su rostro con delicadez y se acercó para besarlo.

El sabor salado de las lágrimas se mezclaba entre el cálido beso.

Tanto tiempo.

Hacía mucho que no sentía esos labios y aquel toque frío del piercing (que ahora eran 2) que llevaba el pelinegro.

Se agarró a la camisa de este, poniéndose ligeramente de puntillas para alcanzar la altura de Jungkook, debido a que en cuanto a estatura ahora bastante más alto a comparación de 13 años atrás.

— En qué momento te has vuelto tan alto. — Murmuró molesto entre beso y beso. —

— Quizás es que Corea te ha encogido, dicen que allí la gente es baja. — Sonrió el mayor. —

— Cállate, yo sigo igual e incluso he crecido. —

Jungkook no dijo nada, simplemente le calló con un beso. Se habían echado de menos el uno al otro y solo disfrutaban del acercamiento, no querían separarse ahora que se volvían a ver.

Después de meterse bajo un pequeño toldo de un pub, se miraron. Ninguno sabía de qué hablar, simplemente después de tanto tiempo ver al otro parecía surrealista.

Tenían que asimilar que tenían delante al otro.

— Estás tan diferente. — Pronunció el castaño. —

— Han sucedido tantas cosas... — Apartó la mirada, posándola en el suelo. — He cambiado mucho durante estos 13 años. —

En ese momento se percató de que el chico no se sentía cómodo hablando del tema, así que decidió cambiar el tema.

— ¿Por qué recuerdas todo? — Cambió el tema. —

— No te recordaba... — Explicó. — No hasta que vi los dibujos que hacía de ti. — Suspiró. — Cuando me contaste toda aquella locura no te creía del todo, no sabía qué pensar, pero decidí apuntar detrás de dibujos que nunca viste, esas cosas que leímos en tu libreta o cosas que habíamos vivido juntos. No te creí hasta que vi que te había olvidado y fui a casa de tus padres, tu madre tampoco te recordaba, decía que no había ningún Taehyung en su familia. El resto del grupo ni siquiera sabía quién eras, tampoco aparecías en las fotos de graduación o bailes. — Lo miró. — Allí fue cuando me di cuenta de que lo que decías era real. —

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