Fragmento Dos

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DOS:
"NIGHTLOCK"

Cree notar que por escasos segundos los ojos de aquella chica encuentran los suyos. Escasos segundos que parecen para él una eternidad, y sí no una eternidad, al menos un tiempo suficiente para volver a leerlos con claridad «Por favor, por favor, ayúdame»

Contiene el aliento, como si a tal distancia los agentes de la paz que sostienen los brazos de la muchacha fuesen capaces de percibir lo agitado de su respiración. 
El corazón le arde en el pecho y casi empieza a hiperventilar antes de que la chica sea encerrada en aquel cuartucho del otro lado del campo.

«Por favor, por favor, ayúdame»

¿Qué podía hacer él? Si ni siquiera era capaz de ocuparse de su propia miseria.
¿Cómo podía ayudarla?

Fue capaz de percibir la voz de algunos soldados acercarse a donde estaba así que se apresuró a recobrar la poca compostura que le quedaba. Quizá los demás ya estuvieran demasiado acostumbrados a esto, o quizá él era demasiado sentimental porqué era el único que había terminado así de consternado.

Se alisó el uniforme con prisa y calculó el momento preciso para volver a colarse entre los bloques de habitaciones, reincorporándose así a su papel de agente de la paz. 
Fue capaz de oír algunas palabras sueltas que se escapaban de la conversación de aquellos muchachos, al parecer su sesión de llanto le había llevado demasiado tiempo porque ya estaban a punto de sentarse a almorzar.

Se coló en el comedor con las manos ocultas en sus bolsillos y buscó un asiento sin intercambiar palabra con nadie: no fue capaz de comer nada. En realidad, sentía que estaba a punto de arrojar lo poco que había alcanzado a desayunar. 
Revolvió el plato con desgano mientras Coriolanus les relataba a sus compañeros la escena vivida bajo el árbol del ahorcado. Eso no hizo más que aumentar sus ganas de vomitar.

Para cuándo ambos estuvieron ocupados fregando la cantina sentía un mareo constante que le obligaba a desempeñar su tarea con una lentitud que no podía soportar. Quería volver a perderse en algún rincón y quedarse allí tirado sin pensar.

Cuánto deseaba no pensar ya en nada más.

— ¿Qué te preocupa? Y no me digas que nada. 
—Nada. No lo sé. Supongo que me siento nostálgico, es todo.

Coriolanus lo miró con desconfianza:

— ¿Te sientes nostálgico? ¿Qué querías decir con eso de que habías cometido un error?
—Y-yo —intenta poner toda su fuerza en quitar la comida adherida a la superficie de una de las mesas—, estaba pensando en que habría pasado hoy si la multitud hubiese llegado a las manos. ¿Sabes? Me preguntaba si habríamos tenido que disparar.
—Lo más probable es que no —afirmó con prisa—. Tal vez asustarlos, pero no sé si dispararles.
— ¿Crees que no?
— ¿Cómo pensaste que sería esto, Sejanus? 
—Pensaba que podía ser técnico sanitario.
—Técnico sanitario —parece buscar la profesión dentro de su cabeza— ¿Cómo un médico?
—Algo más básico, pensaba que era algo con lo que podría ayudar a los heridos y eso. Solamente pensé que así no iba a tener que hacerle daño a nadie más, es que...no sé si podría matar a alguien de ser necesario, Coryo.

Fue capaz de percibir como aquello había causado algún tipo de reacción dentro de su amigo, pero, él no dijo nada. 

— ¿Qué me dices de la guerra?
—Es distinto, bueno, sería distinto en tal caso. De cualquier manera necesitas una recomendación para formarte y el comandante no me la dará.
— ¿Por qué? Es obvio que se te daría bien.
—Porque se me dan mejor las armas. Bueno, según lo que él ha dicho "Se me dan de primera" y sería un desperdicio.
—Y sí no querías disparar ¿Por qué no lo hiciste peor en los entrenamientos? Podrías haber tratado de ocultarlo.
—Pensé que lo estaba haciendo. Puse todo mi esfuerzo en fallar algunas veces para que nadie pudiera notarlo, pero, el resto del pelotón es demasiado malo —aparta la mirada—. Excepto tú.
—No no, sí que lo soy —soltó un suspiro cargado de pesadez—. Mira Sejanus, creo que estas haciendo de esto algo muy grande ¿Qué tal si en el momento de tener que hacerlo simplemente no disparas a matar? Es una buena opción.
— ¿Y sí por eso alguno de ustedes termina herido? O peor ¿Qué tal sí por no protegeros alguno termina muerto? Sería como sí al final lo hubiera matado yo mismo.
— ¡Ya para de una vez, Sejanus! —hace ademan de darle un empujón, aunque no llega a tocarlo—. Tienes que dejar de darle tantas vueltas al asunto y dejar de imaginar situaciones tan extremistas. Deja de darle tanto al blanco, invéntate un problema de vista o píllate la mano con la puerta.

don't blame me ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora