El angulo perfecto||ᵐⁱⁿᵃᵗᵒᶻᵃᵏⁱ ˢᵃⁿᵃ

V

VI-Una vez juntos, ya nada los separa.

Un día de noviembre del 2014

Sana no creía lo que había hecho, aceptó ayudar a una desconocida, le tomarían fotos, pero sobre todo, estuvo de acuerdo. Sana cree que es por la presión que sintió en el momento o tal vez aceptó porque algo en Hee Sun le llamaba la atención para haber hecho eso.

—¡¿Y por qué aceptaste?! —Preguntó su mejor amiga, Momo, quién parecía más regañarla. La pelinegra se encogió en su lugar.

—Me sentí en presión, no pude evitarlo —Contestó.

Momo negó en frente de ella.—¿Y si no es de confiar? —Cuestionó—Piénsalo Sana, que tal si ella es alguna asesina serial y así atrapa a sus víctimas.

—No tiene cara de asesina —Respondió sin pensarlo, pero al instante se corrigió.—Ella fue muy amable, no parece el tipo de chica mala y "asesina".—Dijo haciendo unas comillas con sus manos.

Y Sana tenía razón, Hee Sun solo había entrado en una desesperación por encontrar algo para su proyecto y la japonesa había caído (no literalmente) del cielo. La primera vez que se reunieron fue una cafetería local, donde Hee Sun llegó un poco tarde.

Sana batió un poco su malteada, llevaba casi diez minutos esperando y no había presencia alguna de la coreana, cuando pensó que lo mejor era irse, la campana del establecimiento sonó dándole la bienvenida de quién esperaba, la coreana la buscó con la mirada y cuando la encontró sonrió.

—Lo siento mucho, mis padres me pidieron ayuda con unas cajas del restaurante —Fue lo primero que dijo cuando llegó a la mesa, luego recordó que nunca se había presentado y sonrió avergonzada.—Yo en serio lo siento mucho, soy Eun Hee Sun, tengo 19 años y estoy en mi último semestre de fotografía —Hizo una reverencia.—Lamento no haberme presentado antes como era debido.

Sana se quedó en silencio por unos momentos.—Está bien, yo tampoco me presenté como era —Respondió con su melosa voz.—Minatozaki Sana, soy de Japón, tengo 18 años y soy trainee de una empresa

—¿Una Idol? —Preguntó Hee Sun fascinada.—Si es así, tendré el honor de fotografiar a un Idol —dijo emocionada y por fin sentando en la silla.

Sana negó con una risa—No soy un Idol todavía, pero me gustaría serlo —Aclaró y pronto una expresión triste se asomó por su rostro.—No creo cumplir con todos los estándares coreanos, pero me estoy esforzando mucho.

Hee Sun soltó una risa, llamando la atención de la nipona. —Bueno, yo soy coreana y cumples perfectamente mis estándares, así que ya lo haces —se sonrojó segundos después de analizar sus palabras.—Lo siento, soy muy confiada aveces.

—No, está bien, eso fue lindo, gracias —Hee Sun notó el leve sonrojo que logró conseguir de Sana, la coreana asintió con energía.

—Bueno, creo que es hora de comenzar

Lo demás ya lo saben.

21 de Noviembre de 2020

Hee Sun se separó en shock despues de la acción de Sana, sonrió abrazando nuevamente a la nipona, algo que siempre vivió en sus fantasías se había hecho realidad, no pensó que esa sería la manera, pero le gustó.

—Yo...lo siento —Sana se sintió arrepentida al apresurarse a sus acciones.—No pensé bien y yo actúe por impulso y-

—Shsh —Hee Sun la cayó con su dedo, Sana asintió.—Está bien, no voy a mentirte, siempre soñé con este día, pero creo que aquí no es momento para hablar de eso —La soltó y le señaló con la mirada hacia Momo y JaekHyun, que fingieron hablar cuando Sana los miró.—Ellos vieron, no puedo dudar que alguien más también...

—Si... Lo siento, me apresuré —Una mueca de arrepentimiento apareció en su rostro, Hee sun negó

—Sana, realmente me gustó, no quiero que sientas que hiciste algo que no

—¡Y miren quienes están juntas! —Momo llegó alzando la voz.—Nunca nos presentamos bien...¿Tu eres la horrible asesina en serie que imaginé? Pareces más un lindo y tierno gatito —pellizcó las mejillas de Hee Sun, quién sonrió forzosamente.

—Si...

—Momo, déjala —Sana quitó arrebatada las manos de su compatriota.—Hee Sun es nuestra fotógrafa, ¿Puedes ser profesional?

Hee Sun rió negando.—No me molesta, es bueno verla después de mucho tiempo señorita Hirai —Ambas estrecharon sus manos.—Aparte, si se supone que debemos ser profesionales, sigues llamándome por mi nombre Sana-yah —La miró y observó como la perfecta sonrisa de la pelinegra desaparecía. Una sonrisa burlona se extendió en Momo.

—¿Y decías que yo no era profesional?

—Yah Momo! —Sana chilló y se alejó de ambas, tanto la nipona como la coreana rieron por la acción de la pelinegra.

—Tengo una duda —Llamó su atención Momo, Hee Sun asintió en respuesta.—¿Haz esperado todo estos cinco años por ella?

Hee Sun la miró seriamente, por primera vez, la coreana enfrentó la pregunta que tanto tiempo se habría hecho, esa era su cuestión, ¿Realmente era capaz de esperar por Sana? Ni siquiera sabía si sus palabras fueran reales, nada le prometía que volvieran a reencontrarse, no mentiría si dijera que Hee Sun intentó rendirse alguna vez, pero había algo que la hacía seguir esperando, tal vez la esperanza de volver a ver a su primer amor o simplemente disfrutaba su soltería.

Cuando Momo le preguntó, Hee sun sabía su respuesta, por ello se plantó con seguridad, respiró y respondió.—Esperaría el tiempo que fuera por ella, ahora que la tengo, no voy a dejarla ir tan fácilmente —Y así como Hee sun lo dijo, Sana tampoco dejaría que fuera fácil aquello, una vez juntas, Sana estaba segura que ya no podría separarse de Hee Sun. Con eso, Momo sonrió satisfecha.