Capítulo IV: El cazador y el depredador.

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El día anterior...

La figura tomó su cuerpo y se escabulló en las sombras...

... ¿Dónde estamos ahora?...




No sé que me paso...

Que raro sueño... Me sentía atrapado, todo era pegajoso y oscuro, me sentía más gordo que antes y creo que más... ¿delicioso? Era aterrador. Parecía que una sabana pegajosa me abrazaba y sentía agua hirviendo en mi cuerpo, menos en mi cara, afortunadamente, pero esa agua me ahogaba y quemaba mi cuerpo. No podía respirar, esa manta me abrazaba de una forma que me quitaba el aire, respiraba humo o vapor. Eso, era tan caliente como el infierno, y créanme, yo sé de eso.

Me derretía. ¡Me estaba muriendo! ¿Entienden lo grave de eso? ¡¿LO ENTIENDEN?! ¡¿ENTIENDEN QUE MI PESADILLA SE ESTABA HACIENDO REALIDAD?! Pero era solo un sueño, ¿no?

Pero se sentía tan real...

Supe, sé lo que era. Algo me estaba digiriendo, era sofocante y aterrador. Fue la peor pesadilla que alguna vez tuve, y tuve peores, pero está es única. ¡Y ojala nunca la vuelva a soñar! En serio... ¡NUNCA! Tenía ganas de llorar, no podía escapar. Sé que es exagerado, pero era horrible, es en serio. Quería escapar, pero no podía, el fuego me consumía o el ácido. Pero para mi (mala) suerte abrí los ojos, aunque estaba sudado y no podía dejar de jadear. Pero no valía la pena, ¿saben por qué? Estaba igual de oscuro y creo que era de noche, tal vez de madrugada porque nadie estaba ahí, solo yo, los grillos y las ranas. Creo que estaba en una habitación, pero no pude saber, todo era oscuro, solo veía dos ventanas del tamaño de un ladrillo cada una, esas dejaban que la luz de la luna entre, bueno, solo un poco de luz... No había mucho que hacer, ya que... ¿No lo mencione? Estaba atado, supongo que a una silla, porque estaba sentado, aunque no era cómodo, jeje.

Solo me quede despierto un rato, lo suficiente para dejar de sudar y dejar de jadear como un perro. Además, el frío de la noche me ayudo un poco. Pero dure solo 10 minutos, y volví a dormir...


...


No sé, creo que fue al rato o a las horas cuando desperté de nuevo... ¡pero esta vez era un buen sueño! Eso creo. Pero da igual si yo no me acuerdo...

Ahora todo era más claro, literalmente. Era de mañana y yo seguía atado, podría decirse que yo ya estaba ¿acostumbrado? Sí, de hecho no me había dado cuenta que seguía en esa silla. Ahora la habitación era más clara, creo que era un garaje, todo hecho de ladrillos, sin pintar, como si aún lo estuvieran construyendo, y tenía otra ventana al otro lado, más grande pero cubierta con tablas de madera. Era pequeño para ser un garaje, porque realmente no lo era y eso lo descubrí muuucho tiempo después...

A diferencia de anoche, yo no estaba solo con los insectos, oh, no... Había un payaso al frente mío...

Me pregunto como fue que no lo note...

(estaba muy cansado, supongo)

-Bonjour chéri, ¿dormiste bien?- el payaso se acerco mucho a mi cara, con una sonrisa realmente extraña y un tono... ¿entusiasta?

-¿Quémm..?- bostece, y lamí mis labios, realmente no entendía nada de lo que pasaba...

-Nada. ¡Buenos días!- me sonrió y reviso su reloj. -Ahora son las 6:80- ¡digo! las 6:40 AM... Menos mal que es otoño, este traje es cálido, ¿sabes?-

Un payaso y un demonio en crimen... ¿Qué podría salir mal?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora