Tulipanes Azules - 2ho / Yunjong

FINAL

De todas las posibles razones que Yunho pensó podrían alejarlo de Jongho, jamás pensó que sería él quien caminara lejos de él, pero estaba bien porque Jongho podría tener el mundo para conocer.

Tenía unos bellos ojos cafés que lo miraban confundido, así que Yunho se esforzó por sonreír y besar su frente.

Porque estaba convencido de que sería la última vez.

Cuando Yunho abrió los ojos Jongho aún dormía a su lado y se veía tranquilo.

La mañana llegó y el sol a su lado, Yunho quiso prepararle un delicioso platillo a Jongho , algo que no olvidaría, se esforzaría.

Lo suficiente.

[...]

¿Es el amor tan fuerte?

Eros nunca lo creyó así, viendo a ese humano rechazando su regalo, observando como rechazaba un mundo por alguien tan imperfecto como Yunho , que cargaba tal maldición.

Había algo de belleza en ello.

Pero no hizo más que aumentar su rencor, más que quebrar un poco su espíritu, lo necesario para quitarle la gentileza que intentaba usar.

Y Jongho tan solo sintió el dolor en su pecho antes de despertar.

Jongho se levantó corriendo y tropezó con todo, golpeó las paredes con su cuerpo desesperado buscando el camino, hasta que cayó, en los brazos de Yunho .

Y no dijo nada porque tenía que besarlo, tenía que decirle, Yunho tenía que saber que nada era en su vida más importante que pasar un minuto más a su lado, que lo amaba como nadie ha podido amar a una persona antes, que todo lo que siente es todo lo que está bien.

Y así lo hizo.

— No deberías estar tan cerca de mi

— No importa Yunho, no importa, esto... te prometo que...

— Pero tus ojos... no podemos ahora, si tú me ves...

— ¿Tú creíste que podía escoger algo antes que a ti?

— ¿No lo hiciste?

Jongho negó para besarlo, y de nuevo y de nuevo, fundiéndose en él tanto como le fuera posible, abrazando cada espacio al que tuviera acceso.

— Debemos irnos — dijo Yunho interrumpiendo— él nos va a encontrar aquí, él quiere apartarte de mi

— Pero no lo hará

— ¿Por qué estás tan seguro?

— Porque no hay nada que pueda alejarme de ti y aún si lo hace Yunho, yo volveré a tu lado — sonrió

Yunho observa todo como si estuviera alejado de ello.

Mira una sonrisa triste y no entiende porque se ve así, Jongho le pide que tenga paciencia, que le sonría un poco más, porque ahora él también está maldito, su cuerpo arde, y es una flecha de Eros en su pecho que consume su cuerpo.

Tanto amor sintió que lo quemó desde adentro y no hay nada que hacer, porque eso es todo, las musas lloran y las ninfas intentan curarlo, pero una flecha de Eros es tan poderosa como un rayo de Zeus y lo único que queda es tiempo muerto.

Su corazón duele tanto al sentir el cuerpo de Jongho caer sin fuerza en sus brazos y llora, llora con fuerza y es tan doloroso escucharlo que todos se van, porque no pueden soportar el saber que un alma acaba de perder su complemento.

Yunho llora y grita tanto que los dioses se acongojan y Atenea siente culpa, decide hacer un regalo, quitar la maldición de aquel joven.

Así el cuerpo que aún sostiene se pierde en el viento y alimentan a las flores, así crecen unas nuevas, perfectas y puras, los tulipanes azules se alzan frente a la vista de Yunho cuando sabe que Jongho no volverá, esos eran los que él pidió.

Está afrodita observando todo y quiere que el mundo recuerde lo que puede ser el amor, tan perfecto, lleno de afecto puro y desea tan profundo. Así que esas flores seguirán vivas mientras aquel amor siga existiendo.

El alma de Jongho está negándose a irse, aunque su cuerpo ya no exista, está esperando, porque sabe que falta poco para tener a Yunho con él otra vez.

Apolo decide crear días más largos, hace que el sol dure más y Perséfone ama tanto aquellos tulipanes que los lleva a cada parte del mundo que los merecen, para que recuerden, que el amor perfecto existe.

El tiempo destroza aquella cabaña donde ambos vivieron, pero los tulipanes crecen y rodean todo el lugar.

Los tulipanes azules se mantienen en el tiempo.