CAPITULO 13

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No había día que Yunho no besara a Jongho en cada oportunidad que se le presentaba, y si no había una, él la creaba.

Y poco a poco eso se hizo tan normal como dejarse tocar o tocar al otro.

No había miedo, había un camino haciéndose de manera silenciosa hasta un punto que ambos añoraban llegar.

Y en silencio y tan oculto hasta de sí mismo llamó la atención.

Era puro y único, porque algo así nadie era capaz de sentir, la inocencia de los niños solía camuflar un sentimiento de esta clase, pero ellos no eran niños, ellos se amaban y se deseaban.

Por lo que llamó la atención de Eros, quien miró de lejos y con cuidado, la maldición de Medusa había sido tan fuerte que ni los dioses estaban a salvo, Atenea hace siglos en su ira maldijo a una mujer por su belleza y su candidez, ahora esa maldición que debió desaparecer pasó al joven que hoy cuidaba del chico que nació en una noche sin estrellas.

Tan alejado de los favores del destino, tan mal le había ido en la vida que una estrella le concedió el camino a su destino.

Eros nunca había visto que dos almas en cuerpos masculinos estuvieran hechas para estar juntas, pero era entretenido verlos.

Al menos así fue al principio.

Eros no era capaz de amar, el dios del amor no podía encontrar algo real sin embargo esos pobres mortales pudieron...

¿Era justo que un dios viviera desprovisto de todo aquello? ¿De besos y calor?

A los ojos de Eros esos dos mortales no merecían tal felicidad, no habían nacido con el derecho, y no lo permitiría.

❛❜

Jongho aprendió a disfrutar de las caricias gentiles de Yunho al tiempo que este aprendía a darlas.

Yunho disfrutaba del calor en la punta de los dedos pequeños de las manos de Jongho al tiempo que este comenzaba a tocarlo.

Jongho sonreía cada mañana para Yunho y se había acostumbrado a escuchar música de vez en cuando, musas bailaban afuera y tenían voces preciosas, era agradable pasar las tardes en los brazos de Yunho y siendo mecido por aquel dulce sonido.

Dormir así y despertar tan cálido... no quería que aquello alguna vez parara.

Y pasaron semanas, algunos meses, tan feliz con la idea de esta vida, que su corazón dejó de quejarse una mañana, una de esas mañanas en las que Yunho lo tocaba con fiereza y relataba que era lo que iba a hacer y donde iba a tocar antes de hacerlo, como Jongho le había pedido.

— Basta — pidió Jongho de repente

Yunho sonó como un cachorro entristecido y se alejó, sobre sus rodillas a los pies de la cama y el cuerpo de Jongho tendido completamente desnudo frente a él, le dolía físicamente no poder seguir tocándolo, pero algo debía haber pasado si Jongho le pedía que se detuviera mientras besaba sus muslos.

La cama estaba tan desecha... dioses... aquello era un desastre, Jongho sudando, sus pezones erectos, su miembro duro, su piel brillante, sus labios hinchados, sus ojos llorosos... Yunho gimió ante la vista y Jongho se levantó.

— ¿Qué sucede? — preguntó Yunho , dando a conoces su desesperación en su voz— ¿Jongho?

El menor se acercó gateando, tanteando en cada movimiento, hasta que rozó con sus nudillos la rodilla de Yunho , y su mano continuó el recorrido hasta su entrepierna, la cual acarició suave.

— ¿Puedo hacer esto? — preguntó Jongho

— S-sí, lo que quieras, lo que quieras— dijo rápido y atolondrado, Jongho rió bajito ante eso

Cuando lo soltó, demasiado pronto, se acercó más, hasta quedar a horcajadas y sostenerse de su cuello con una mano, la otra yendo abajo y colocando el pene de Yunho ente sus piernas, comenzó a subir y bajar, masturbando al mayor con sus nalgas, y Yunho no sabía dónde tocar o a quien agradecer, esto está tan lejos de las mejores cosas que había rogado por años, esto es como una bendición dentro de todo el mal que había vivido, Jongho era todo aquello que nunca merecería.

Sus manos fueron al trasero del menor y lo estrujó, sintiendo más presión.

— Jongho...— jadeó— Te quiero... Jongho, te quiero

La primera vez que lo dijo, hace un tiempo, Jongho no supo que responder, hoy lo sabe, lo sabe muy bien.

— Yo también, también te quiero Yunho — dijo antes de sentir como el mayor terminaba y su semen caía en parte de su espalda

Yunho siempre lo limpiaba antes de ayudarlo a recostarse en la cama y abrazarlo para dormir, eso siempre ayudaba a Jongho a descansar mejor.

❛❜

El sueño de Yunho tuvo una visita inesperada esa noche, el rostro preocupado de Morfeo y la pequeña silueta de Jongho lejos con una venda sobre sus ojos.

Tulipanes Azules - 2ho / YunjongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora