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- A cambio de una cita contigo.

- Es justo, Bill. - me reí por lo bajo, tomé a Erik de las mejillas y planté un beso en la comisura de sus labios.

- Está bien. Pero si no funciona promete que lo vas a dejar ahí y no vas a seguir intentandolo. - tenía que ser claro desde el inicio para no crearle falsas iluciones como lo hicieron con Charlotte en un inicio.

- No importa, con la cita me basta. - empezamos a caminar lentamente al lugar donde se sentaban siempre en la hora de flojear.

- Como mañana es sábado y nadie hará nada, ¿qué les parece si hacemos una pequeña reunión entre nosotros?

- Yo pongo la casa.

- ¡Las reuniones en casa de Anneth siempre terminan mal!

- ¡No es mi culpa que no sepas tener control sobre la bebida, animal!

Empezaron a hablar todos al mismo tiempo diciendo sobre lo que iban a llevar, que comeríamos y que la casa de Anneth era el lugar adecuado para una pequeña reunion de amigos. Nos hicimos grupos de dos y quedamos así:

Samanta y Milena irían vestidas de color rojo.

Misael y Anneth de color blanco.

Sandy  y JC de color azul.

Alex y Beto de color verde.

Erik y yo de color negro.

Cada uno quedó en llevar cosas del color que le tocó a cada grupo y el que no lleve tendrá una penitencia que le dará la pareja del color diferente al suyo.

Estaba muy triste porque Georg y yo siempre ibamos juntos a cualquier lugar que nos invitaban, siempre eramos los dos quienes le ponian el ambiente a la fiesta y al final él no estaba.

Me cambió.

Pero no me dolió.

Georg no es el mismo desde que empezó a salir con Charlotte y en pocas palabras sentí que me robó a mi mejor amigo.

Al salir de la escuela me despedí de Sam y sus amigos, cada uno a diferentes partes. Yo me fui con Erik para hacer las compras que llevaríamos, también para comprar camisas del mismo color y modelo para estar iguales como lo hacía con Geo. Entramos a Derick Daniel's porque ahí siempre venden camisas que por casualidad del destino a Erik también le gustaban.

- ¿Cómo conociste a Tom? - preguntó Erik agarrando una camisa negra que tenía el diseño de Gorillaz.

- Le daba clases de física unos días y todo porque Georg me obligó.

- ¿Te obligó?

- Sí, es que a Geo le dió pena por como lo traté la primera vez y como disculpas le di clases.

- Vaya. - se sonrió un poco al encontrar la camisa perfecta ante nuestros ojos, era una con un estampado de un escarabajo grande y dorado, rellenado con brillos que lo hacía ver más atractivo.

- Es perfecta. - agarró las dos camisas y llevamos a la caja para pagarlas, la chica las envolvió en la funda y nos entregó. Salimos de Derick y ahora si iríamos al supermercado que quedaba más cerca, al entrar guardamos las camisas en los casilleros con llaves, agarré un cochecito pequeño y andamos por los pasillos buscando cosas de color negro. - ¿Qué te parece coca cola?

- ¿No es muy básico?

- Para estas ocasiones, no. - le arrebaté las latas de coca cola zero y las puse en el cochecito.

- ¿Chocolate?

- No Erik, eso es café. - seguí andando. - Tampoco me gusta el chocolate.

- Este surtido llamado golpe.

- Ponlo ahí. - lanzó cuatro grandes y seguimos andando. Vi una bebida de nombre "cañonazo", parecía ser esa bebida de dudosa procedencia que dices que no te pegó pero cinco minutos después estás llamando a tu ex llorandole hecho un mar de lagrimas. Sin pensarlo puse tres botellas de esas en el coche.

- Este es mi favorito. - agarró un carton que decía "Ron Castillo" junto con un agua mineral con gas, lo vi caminar más adelante y trajo en su mano una cajetilla de tabacos mentolados "Malboro". - Ahora sí ya no tengo más opciones, ¿nos vamos?

Le di para que lleve el coche porque yo ya me cansé, hicimos fila en la caja para pagar. La melena negra similar a la mía entró con Julián, el capitán del equipo muy acaramelados.

- Así se deja encontrar, Charlotte. - susurré para que Erik oyera.

- ¿Julián? - me miró extrañado.

- El mismísimo Julián. - sonreí. Vi a Erik sacar su móvil y tomarles una foto cuando estos se dieron un beso, no se dieron cuenta que nosotros estabamos al otro extremo. - Grábales.

- Eres malo, Bill. Me encanta. - mi sonrisa se estiró más mientras Erik los grababa, vi como Charlotte recibía una llamada pero no oí nada de la conversación que estaba teniendo, se alteró un poco y ambos salieron corriendo del lugar. - Listo.

- Perfecto, no diremos nada a nadie hasta tener las pruebas suficientes. - nuestro turno llegó y le ayude a poner las cosas sobre la caja para que la chica nos atienda.

- Son 45, por favor.

- Bien. - le extendió un billete de cincuenta y le dió el cambio de cinco, recogimos las fundas y salimos del lugar. - ¿Harás algo más? - caminamos hasta llegar al estacionamiento, abrió la parte de atrás del auto y pusimos todas las compras ahí, la cerró con cuidado para arrimarse en el mismo.

- Tenía pensado ir a la peluquería.

- ¿Quieres que te acompañe?

- No Erik, yo...

- Por favor, prometo portarme bien. - me hizo un puchero y estallé en carcajadas, me subí a su auto e hizo lo mismo en el asiento del chofer.

- Peluquería Stones.

- A la orden capitán. - encendió el auto y lo puso en marcha, la peluquería no quedaba tan lejos y llegamos rápido. Me bajé del auto y entré, Erik fue a encontrar un lugar para estacionar su coche y volver conmigo ya que le causaba curiosidad lo que me haría.

- ¡Bill! - Cecy la estilista y amiga de confianza de mi mamá corrió hasta a mi para darme un abrazo. - Estoy muy feliz de verte, ¿cómo está todo?

- Muy bien, Cecy. - comenzamos a caminar hasta una silla para sentarme, enviolvió mi cuerpo con una capa y puso sus manos en mis hombros.

- ¿Qué vas a querer?

- Unos rayitos rubios y quiero que el cabello me lo levantes como si me hubieran dado una descarga eléctrica.

- ¡Será todo un placer!

𝐈𝐭'𝐬 𝐁𝐢𝐥𝐥𝐢𝐞 𝐁𝐢𝐭𝐜𝐡 <𝐓𝐎𝐋𝐋>Donde viven las historias. Descúbrelo ahora