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¿Había oído bien?

¡Claro que oí bien!

Me giré en dirección y camine hecho una furia pasando en frente de los espectadores hasta estar cara a cara con el rapero, apreté el puño y lo levanté en dirección a su rostro.

¿Qué si me dolió?

¡Pues sí!

La mirada que me dió Tom me dolió aún más, pero a pesar de todo solo lograba demostrar que estaba confundido por mi actitud.

- ¿¡Por qué me pegas!? - me dió un empujon haciendome tambalear, se lo devolví con la misma fuerza que lo hizo él.

- ¡No juegues con los sentimientos de las personas, idiota! - le grité desde lo más profundo de mi garganta. Charlotte dejó de ser el centro de atención y ahora lo era yo, pero no me importaba.

- ¿Qué haces, Bill?

- ¡Tú cállate! - Geo me tomó por la cintura y me tapó la boca para que no siguiera con una pelea que no era de mi interes, pero es que si lo era. Si me interesaba saber quien era la persona que se había robado el cariño de mi Tom todo este tiempo que estaba con él.

- ¿De qué hablas, Bill? - se acercó lo suficiente a mi rostro, estaba molesto por mi reacción, su aliento chocó en mi nariz y me sentí débil ante él. Su mano tocaba mi mejilla, aparté mi rostro a un lado y lo tomó con su otra mano obligando a mis ojos a verlo. - Si dejé a Charlotte es porque estoy enamorado de ti. - estaba tieso entre sus brazos, con la respiración agitada, el corazón bombeando a mil por hora y quería llorar.

Charlotte se me tiró haciendome caer al suelo, estaba sentada encima de mi forcejeando seguramente para rasguñar mi rostro hermoso, mis manos que sujetaban sus muñecas lo impedían. Yo no reaccionaba a las cosas que estaban pasando. Gustav tomó a Charlotte a la fuerza separandola de mi cuerpo y Tom me ayudó a levantarme de un tirón.

- ¿¡Qué mierda te pasa, Charlotte!? - le gritó Georg molestó por su reacción.

- ¡Hijo de puta!

- ¡Hijo de tu mamá no soy! - le grité saliendome de mis casillas. - ¿En serio creías que Tom se enamoraría de la inocente Charlotte? ¡Ja! No me hagas reir, por favor.

- ¡Te pedí que me ayudaras a coquetearlo para mí no para tí!

- ¡No es mi culpa! ¡No hice nada!

- ¡Ya cállate, Bill! - gritó Sam a lo lejos. - ¡Vamonos ahora! - jaló mi mano y me separó de Tom. - Y tú. - le apuntó a Tom. - ¡No vuelvas a acercarte a mi hermano! ¿oíste?

- ¡Bill me las vas a pagar! - Sam aflojó el agarre de mi mano y caminó hasta estar frente a ella.

- ¡Ya cállate perra histérica! - y le pegó. Le pegó tan fuerte que Charlotte cayó al suelo con la nariz ensagrentada. - ¡Si le tocas un solo pelo a mi hermano, no será la nariz lo próximo que te rompa!

- Billie, yo...

- ¡Que no te acerques a mi hermano! - pobre Tom, era la tercera vez que le pegaban en el día. Quería correr a consolarlo, Sam no me lo permitió porque me sacó de la cancha hecho flash. Caminaba aún agarrandome de la mano que se me estaba empezando a poner roja.

- ¡Ya! - le dí un manotazo en el brazo y me soltó en seguida. - No te pedí que saques la cara por mí, ¡yo podía solo!

- Bill por favor, estos ya no son los tiempos de antes donde tú abusabas de los estudiantes de la escuela. - abrió la puerta de la casa y entró. - ¡Estamos hablando de bajarle el novio a una de tus amigas!

- ¡Eso no te da derecho a levantarle la mano!

- ¡Se lo merecía por imbécil! - estabamos de frente, golpeandonos en el pecho y gritando.

- ¡Yo también voy a ir con Nahomy a hacerle un show, a ver si te gusta! - agarré mi mochila y subí a mi habitación, la cerré de un portazo y puse el seguro para que no entre.

- No sabes lo que dices. - la oí decir tras la puerta. - ¡No sabes nada, Bill, nada!

- Vete Samanta, no quiero que me molestes. - saqué mi móvil de la maleta y tenía algunas llamadas perdidas de Geo y el rapero. Apagué el celular y me tumbé en la cama. No comería en todo el día y lo único que haría es llorar hasta quedarme dormido.

________

- Bill. - la voz de mamá tras la puerta me levantó, me senté en la cama y caminé a abrirle la puerta.

- ¿Qué pasa mamá?

- Ven a comer.

- No tengo hambre, dale la comida a algun perro de la calle o que se yo.

- ¿En serio? - asentí volviendo a cerrar la puerta, Simone puso su pie y lo impidió. - ¿Qué pasa? Desde hace tres días que no comes, no te bañas, no sales, no vas a la escuela y rechazas las visitas de tus amigos que se preocupan por ti.

Tom había venido como diez veces en tres días tratando de hablar conmigo pero Sam lo hechaba, Georg me visitaba para traerme de vuelta los regalos que Sam le negaba a Tom y para convencerme para que hable con él y solucionar las cosas.

- Mamá vete...

- ¿¡Que me vaya!? ¡Esta es mi casa!

- Entonces me iré yo.

- Estas buscando que te de un buen castigo, Bill.

- Ya. - me arrimé en el marco de la puerta. - Tampoco es que me importen mucho tus castigos.

- ¡Ay, dios mío! - exclamó poniendose la mano en el pecho. - ¡Gordon mira a tu hijo!

- No lo molestes, Simone. Mejor preguntale que le sucede y no le grites. - gritó mi papá desde la sala y yo me reí al ver a mamá.

- Ajá. No me grites y vete.

- Oh...

- Sí oh, mamá, oh. - me reía. - ¿Te digo algo? - la miré fijamente a sus ojos que eran casi como los míos. - Soy gay, mamá. - mi sonrisa se ensanchó. - Me gusta comer pepino.

Ahora si que agradecía que el móvil haya sonado, lo agarré y revisé quién era mi salvación a la conversación tan incómoda que estaba por pasar. El ruido de un bulto pesado cayó el suelo de forma bulliciosa y giré a ver a la puerta.

Mamá se había desmayado.

𝐈𝐭'𝐬 𝐁𝐢𝐥𝐥𝐢𝐞 𝐁𝐢𝐭𝐜𝐡 <𝐓𝐎𝐋𝐋>Donde viven las historias. Descúbrelo ahora