SI TE ATREVES (FreenBecky Version)

DIANA

Dicen que la única forma de viajar al pasado es a través de los sueños. Una teoría no fundamentada no obstante, en algunas ocasiones puede ser de ayuda para satisfacer los huecos de la memoria. Los días para ellas transcurrieron normalmente sin contratiempos y en aparente armonía. Cada una en lo suyo, eran conscientes de la presencia de una de la otra en el mismo lugar y aunque querían evitarlo se lograban encontrar por los pasillos al salir de sus laboratorios, ya no podían ignorarse como antes de conocerse. Ninguna de las dos se decía nada.

Los entrenamientos eran comunes y corrientes, Rebecca actuaba fría ante ella y la ignoraba sabiendo que estaba en el campo vecino con el equipo de equitación. Ambas habían encerrado muy bien sus sentimientos. Una había aceptado el rechazo, pero cada que veía a ese tipo cerca no podía evitar ponerse de mal humor.

Por otro lado Chankimha durante el día mantenía su mente ocupada pero, temía la llegada de las noches, desde que vio la foto su mente la estaba torturando con sueños extraños que ya no lograba distinguir entre dormir y estar despierta. Entendía y aceptaba la actitud de la castaña llegando a la conclusión de que era lo mejor y que como adulta ella, pronto el tiempo curaría estos males.

***Cuatro semanas después***

Parecía que todo había vuelto a la normalidad en la universidad, las pruebas para cada equipo seguían su curso y ambos habían logrado pasar a la final en futbol partido de ida y final en equitación, respectivamente. Chankimha no mostraba ningún interés aparente en nadie y mucho menos en la castaña estrella del equipo vecino siempre con sus lentes oscuros y audífonos, Rebecca de igual forma, solo que ella llevaba casi siempre una sudadera con gorra ocultándose, lo hacían para bloquear su exterior. A pesar de que la escuela estaba tapizada por los carteles de cada una y demás miembros de los equipos, los más grandes eran para las estrellas. Estaban en cada poste, en la cafetería, entradas y salidas; abunda por todas partes su imagen, la esperanza del primer torneo oficial de futbol por encima de los varones en Chulalongkorn y el trofeo inter estatal para pasar a las tan ansiadas Nacionales en equitación. Su desespero disimulado por ignorarlo todo hacia evidente su contradicción para todos los que ahora sabían que se conocían.

Sin embargo Chankimha, había estado asistiendo con especialistas para saber si su cerebro podía recuperar los recuerdos. Sabía que la castaña merecía una explicación clara y definitiva, pero quería tener los argumentos suficientes para tomar una decisión, es consiente que Armstrong no la esperara eternamente no obstante, la respuesta siempre fue la misma, su cerebro tenía una lección severa agravada por drogarse involuntariamente. Incluso pudo haber muerto en aquella ocasión que cayó en crisis de sobredosis. Ella solo buscaba el alivio a sus dolores de cabeza que la torturaban cada noche, pero buscaba en el sitio equivocado.

A dos días de la final de equitación, las miradas se concentraban en los primeros noventa minutos rumbo a la final, no se pueden confiar, un solo gol en contra haría la diferencia en partido de vuelta que se llevaría a cabo el día sábado.

Ese mismo día ya era tarde y Rebecca se quedó en el campo hasta que oscureció totalmente. Estuvo practicando sus tiros libres, su tobillo le siguió molestando pero no dijo nada y se hacia la fuerte. Cuando regresaba al estacionamiento, las luces del campo ya estaban apagadas pero un movimiento de luz rápida llamo su atención entre los árboles. Observo con detenimiento y provenía de las caballerizas, ella creyó que fue su imaginación sin embargo, por segunda vez vio un destello de luz como el de una lámpara que se filtraba por entre las maderas de las caballerizas.

Fue hacia ellas y la puerta estaba abierta, posiblemente sea algún vigilante pero había un figura que apenas si se podía distinguir. Rebecca busco con la ayuda de su celular el apagador y escucho un relinchar conocido, la forma en que lo hizo supo de inmediato que se trataba de Bucéfalo. Sin pensarlo fue rápidamente al cubículo del corcel: