Capítulo 3

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 "no sabes las ganas que tengo de decirte que vengas a hablar de lo que sea.

Con tal de tenerte a delante.

Con tal de mirarte a los ojos.

Con tal de todo, pero contigo."

—Atsushi-kun —llamó el castaño, mas el aludido no respondió —At-su-shi-kun —volvió a llamar está vez deletreando su nombre. Pero no contestaba, estaba inmóvil en su escritorio, su mirada estaba posada en unos papeles, los cuales no estaba viendo en realidad, estaba vagando en sus pensamientos.

Kunikida veía a donde el albino, dirigió su mirada al vendado, el cual estaba a un lado suyo.

—Dazai, ¿sabes qué le pasa al mocoso? —susurraba para que el contrario no escuchará.

—No lo sé. —le respondió en el mismo tono —desde ayer al terminar la misión se puso así —le dijo volviendo su mirada al albino.

Kunikida no dijo más, sí, claro que se preocupaba por él albino, pero no podía hacer nada si no sabía el por que de su actuar, solo le quedaba esperar a que el contrario dijera algo, a él o alguien más si quiera.

—Incluso si fuera así... —se escuchó de repente de los labios del albino, fue un pequeño susurro, tan pequeño que parecía inaudible, pero tan fuerte como para ser escuchado.

—¿Qué dijiste, Atsushi-kun? —le preguntó el castaño. Esto hizo que el albino por fin saliera de sus pensamientos.

—Ah, no. No es nada —dijo en una falsa sonrisa, la cual incluso el más ciego se daría cuenta de eso.

Los de la agencia le miraron, sabían que algo andaba mal con su agente, pero no sabían cómo preguntarle, no sabían cómo ayudarle, se sentían mal de no poder ayudar.

—Ah, ya es hora del almuerzo, vamos todos —decía Kunikida en un intento de cambiar de aires.

—Kunikida-san, no tengo mucha hambre, así que me quedaré aquí avanzando el trabajo... —le dijo el albino —"no quiero comer, me da asco, me doy asco..." —El pensamiento inmediatamente vino a su mente, pensamiento el cual luchaba por ignorar. No podía hacerlo, pues era la verdad.

—No, tenemos que comer todos a la hora exacta, si no, no tendrás fuerza ni podrás concentrarte en el trabajo —le reprendió. Kunikida no quería que el albino se quedará ahí solo, si tenía que obligarlo, lo haría.

El albino no respondió, quería negarse, más si lo hacía se pondría peor, suspiró y al final dijo —está bien, vamos. —No puedes siquiera negarte a algo, eres un inútil Le dijo su antiguo director

Todos bajaron a la cafetería, iban hablando para quitar la atención que se armó arriba.

—Buenos días a todos. —les saludo el dueño de la cafetería con una sonrisa.

—Buenos días —saludaron todos de la misma manera, menos el albino.

Todos pidieron su comida, incluso ya la tenían, pero era el albino quien no había ni ordenado.

—Atsushi, ¿no vas a ordenar nada? —preguntaba la pelirroja quien había notado él como estaba cabizbajo.

Atsushi le miró, dirigió su mirada a donde Kunikida quien le estaba observando, y al final dijo —Quiero un tazón de Chazuke.

—Está bien, estará en un momento —le dijo para ir a la cocina.

Fue rápido, todos ya comían y platicaban, Atsushi no quería preocupar a la agencia, así que intentaba lucir como siempre, más le era algo difícil.

—Ten, disfrutalo —decía Lucy. También se había dado cuenta del comportamiento del albino, más no sabía qué decirle. No es como si ella supiera que hacer en esos momentos.

Atsushi veía su comida, de forma lenta agarraba la cuchara y la introducía en el plato, mas no comía, solo veía el plato, sabía perfectamente que con un solo bocado se largaría a vomitar. —No mereces siquiera un plato de comida —De nuevo decía el director desde una esquina.

Pero aun sabiendo eso le importaba más no preocupar a sus compañeros, así que comió, comió a la fuerza, su garganta dolía al tragar, su estómago pesaba, la comida amenazaba con salir de su boca, le daba asco, asco, asco, se repetía una y otra vez en su cabeza. —Das asco. —dijo nuevamente el director.

Comía rápido, quería irse de ahí, que nadie lo viera. Al terminar dejó su plato, se levantó de su asiento e iba a salir de la cafetería.

—¿A dónde vas Atsushi-kun? —preguntó el castaño, sospechando a cada momento.

—Ya vuelvo, tengo que hacer algo —fue lo que respondió antes de salir.

Caminaba lento, pero poco a poco su velocidad fue aumentando, se alejaba de aquel lugar para que nadie lo viera, y cuando ya estaba suficientemente lejos, vómito.

Vómito todo lo que había comido, las lágrimas salían de su rostro, tenía mucho asco, no quería volver a comer algo más, asco, asco, no paraba de pensar eso. Ni mucho menos de ver al director

Su garganta dolía, incluso después de vomitar todo lo que comió seguía, seguía vomitando, las lágrimas no paraban de salir y los pensamientos no paraban de venir, solo quería que todo esto se terminará. No quería pensar, no quería recordar, solo quería que todo acabara.

No quería que nadie se enterará de esto, pero pareciera que el mundo no lo quería así. Así que esa fue la razón por la cual escuchó que le llamaban.

—¡Atsushi!, ¿¡qué te pasa!?, ¡si te sentías mal lo hubieras dicho! —le gritó Kunikida, pero ante todo su enojo estaba la preocupación. Le dio un poco de agua y se quedó con él hasta que paró de vomitar.

Atsushi se daba asco, Kunikida estaba preocupado y su alrededor parecía en pausa.

—¿Por qué no dijiste que te sentías mal? —le preguntó el rubio, mas el albino no contestó, le daba mucho asco que sus compañeros se enteraran de esto.

Kunikida no sabía qué hacer, y dejó salir un suspiro por eso —si te vuelves a sentir así dímelo, si no quieres que nadie más lo sepa pues no lo diré, pero no vuelvas a irte así como así y preocuparnos a todos —le dijo agarrándole de los hombros intentando verlo a la cara.

El albino no soportó más esas palabras, fue por eso que se lanzó a los brazos del contrario, y lloró, lloró por mucho y por nada, hace tiempo que quería llorar, pero no podía, su cuerpo se lo impedía, pero después de tanto tiempo lo hizo, y dejó salir todo lo que en su corazón estaba.

Kunikida no sabía la razón de su llanto, pero no lo detuvo, le dejó llorar todo lo que quería, lo abrazaba para que supiera que estaba para él, siempre lo estará.

Ese día Kunikida dejó atrás su detallado itinerario, estuvo con el albino todo ese tiempo, no le importó "perder" su tiempo, solo quería ayudar al albino y que viera que estaría para apoyarlo. Todos lo estaban.

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Capitulo listo.

Hasta el próximo capítulo!

(recuerden que no tengo fecha para subir capítulo, tal vez y suba otro mañana o pasado, o tal vez lo suba la semana que viene, no se)

(como siempre, si ven falta de ortografía alguna avise y corrijo)

Actualización: 07/06/2024

Aquello que sentíamos || SSKK/Angst || ReescribiendoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora