"Era hermoso sentir tu piel y rozar mis dedos con mis manos, se sentía cálido y fabuloso, como podías hacerme erizar con algo tan sencillo, pero lo que no sabía es que solo era un sueño, en los que sientes que todo es real y no quieres despertar"
El albino paraba de llorar, el idealista lo había llevado a otro lugar que no fuera ese sombrío callejón, se sentía muy... desolador. Aún tenía hipos de su llanto, pero poco a poco se iba estabilizando.
—¿Ya te sientes mejor? —le preguntó el rubio brindándole una botella con agua —es importante hidratarse después de haber llorado, si no, no tendrás fuerzas para decir algo —le explicaba el de lentes.
El albino aceptó el agua y bebió de ella, no quería hablar sobre lo sucedido, pero era obvio que el contrario no se quedaría de brazos cruzados.
—¿Me quieres contar cómo te sientes? —preguntaba Kunikida, su preocupación por el albino era alta, no quería que él pasara por lo que sea que estaba pasando solo. No quería verlo sufrir.
—Yo... —intentó decir, mas las palabras no salían, y su mente iba rápido, dando vueltas sin detenerse, quería decir todo lo que pensaba y sentía, pero tenía miedo a cómo reaccionaría su superior. No quería decepcionarlo.
—Puedes decirme, yo... te apoyaré en lo que sea que te esté pasando, puedes confiar en mí —le calmó, era cierto, Kunikida siempre había estado para él desde que se conocieron, pensaba que tal vez, podía confiar en él, tal vez habría una salida de todo esto. Aunque sea una felicidad momentánea.
—Kunikida-san, ¿a usted... alguna vez le ha gustado alguien? —preguntó, sorprendiendo al contrario, no pensaba que se tratara de ese tema.
—Si... pero, no era la persona correcta de acuerdo a mis ideales, y eso fue, hace ya mucho tiempo. —respondió con la mirada baja y el albino asintió ante su respuesta. —¿Acaso te gusta alguien? —le preguntó el rubio, con miedo en sus palabras.
El albino le vio por un momento, bajó su mirada a sus manos que sostenían aún aquella botella de agua, sus manos empezaban a temblar y su corazón se agitaba. Respondió —sí, podría decirse que sí.
—¿Es alguien que conozco? —indagó más el idealista. Quería saber quién era, necesitaba saberlo.
—Sí, lo conoce. —respondía aun mirando hacia abajo. Tenía miedo, mucho miedo.
Kunikida no preguntó más, pensaba el por qué el albino lloró tan desconsoladamente y que tenía que ver con esas preguntas, pero volvió a preguntar. —¿Hay algo de malo con la persona que te gusta?
—Kunikida-san, ¿qué sentiría que le gustara una persona con la cual no puede estar? —plantó otra pregunta, agarrando desprevenido al contrato y buscando una manera de responder, mas el albino preguntó de nuevo.
—Una persona que tal vez no está enamorada de ti, que tal vez vendrían muchos problemas por el simple hecho que estén juntos, que tal vez que nadie acepte eso, que tal vez... —Su voz empezaba a quebrarse de nuevo. —no te sientas merecedor de esa persona... ¿por qué... tuvieron que ser así las cosas? —decía y decía con su voz quebrándose cada vez más, agachando su mirada y tratando de contener sus lágrimas. No quería llorar de nuevo.
Kunikida no sabía qué decir, no sabía qué hacer ante esa situación, su cuerpo se movió solo, acercándose al albino y abrazándolo, no queriéndolo soltarlo, no queriendo lastimar más.
—Tú... ¿Quién es esa persona? —preguntó casi en un susurro Kunikida. El silencio reinó, un viento frío llegó y el temor se apoderó de ellos dos.
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Aquello que sentíamos || SSKK/Angst || Reescribiendo
FanficQuien diría que tus sentimientos son correspondidos cuando te gusta alguien, es muy rara la ocasión en la que los sentimientos son mutuos, pero, si te quedas callado nunca sabrás que la otra persona siente lo mismo que tú. Amor, aprecio, pero, sobr...