𝐍𝐎𝐑𝐌𝐀𝐋

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Hacía un par de meses que vivía en España y la verdad le iba bastante bien, en poco tiempo logró establecerse en un pequeño apartamento y ser completamente independiente, se ganaba la vida haciendo lo que más le apasionaba... Modelando para revistas de moda , vistiendo a diario ropa de marca y publicitando productos para el cuidado de la piel, se ganó la categoría de "Sex Symbol" y es que era imposible apreciar su belleza, sus ojos curiosos, su cabello largo y bien cuidado siempre sostenido por una vincha negra, su cuerpo trabajado y su cintura que resaltaba sus facciones, gracias a su trabajo pudo hacer bastantes amigos y nunca faltó un viernes en que no saliera de fiesta y se amaneciera bailando y festejando hasta el domingo; a pesar de los excesos siempre lucía impecable, algo que su jefe le aplaude.

Su jefe si le preguntan a el, lo considera la mejor persona que ha pisado la tierra, un sujeto digno de admiración y respeto, él le enseño todo lo que hay que saber en el mundo del negocio, la vida se había puesto a su favor al tener a alguien como Cristiano Ronaldo cerca, siempre aconsejandole, simplemente una persona con los pies en la tierra, aunque esa noche actuó como un completo descerebrado.

Todavía lo recuerda, ese viernes por la tarde había llamado a su mejor amigo Luka Modrić y juntos estaban planeando salir a alguna discoteca apenas termine la jornada laboral, antes de que puedan ponerse de acuerdo con la hora alguien tocó la puerta de su camerino.

-Señorito Özil, el jefe quiere verlo lo más pronto posible- aviso Angel DiMaria, el recepcionista encargado

-Cuidado y Luka se entera que me dices "Señorito"- bromeó el menor saliendo de su cuarto, portando una bata

-Vos sabes bien que es por obligación- se excusó el argentino comenzando a caminar junto al alemán- Cristiano me contó que hoy va a una fiesta exclusiva con socios inversores, ha de querer que lo acompañes... Trata de no ser un engreído ¿Si?- añadió el mayor tratando de convencer a su compañero

-Depende que tal se porten conmigo, no te prometo nada... Pero pondré mi mejor cara- respondió parandose al frente de la gran puerta de caoba tallada, en el centro de esta tenía una placa dorada donde estaba grabada la palabra "Presidente" presindida del nombre "Cristiano Ronaldo"

-Portate bien, pibe- palmeó suavemente la mejilla del alemán, para dejarlo solo, enfrentándose a entrar, tocó con cautela tres veces para escuchar el acento portugués de su jefe seguido de un "Adelante".

Al entrar pudo ver qué el escritorio del portugués estaba lleno de papeles, y la oficina tenía varias carpetas tiradas en el suelo, mientras se acercaba aprovechaba para recoger un par de cosas y organizarlas.

-¿Cris, me llamaste?- pregunto Özil dejando un par de archivos en el escritorio
-¡Mesut, mi amigo! Necesito un favor tuyo- dijo Cristiano viéndolo con una sonrisa- Hoy voy a cenar con unos socios míos, tienes que acompañarme, tu presencia aligerará el ambiente y quizá estén de humor para firmar un contrato contigo... Piensa las oportunidades de negocios, podrás salir en la televisión o en el cine ¿Entonces vienes?

-No lo sé, Cris... Hoy ya tenía planes

-Vamos Mesut, hazlo por aquella vez que te cubrí cuando llegaste drogado a una sesión de Vogue- recordó el portugués

-Prometeme que ninguno de tus amigos intentará propasarse conmigo- hablo serio el alemán

-Estaras en buenas manos, además para que no te aburras irá también Modrić ¿Que te parece?

-Quiero el lunes libre- condicionó el menor

-¿Que te parece si mejor te despido ahora?- bromeó el portugués

-Bien, dime a qué hora me tengo que presentar- respondió rodando los ojos el alemán

-Tranquilo, que te he contratado un chófer, pasará por ti a las diez... Eso es todo, puedes retirarte y dile a DiMaria que no sea chismoso.

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