XXXVIII

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Después de un mes y medio de acortejarla, todos los días, sin faltar uno solo, Carolin terminó aceptándome. Todos los días le mandé flores, tulipanes, sus favoritas, según ella, llené su habitación con tulipanes al punto de tener que repartirlos por todo el orfanato haciendo que todo el lugar estuviera lleno de esas flores. Gracias al consejo de Helen quien era con la que acudía siempre para saber qué hacer para que ella me aceptara, le regale vestidos de todos los colores posibles, joyas pequeñas y delicadas porque la primera joya enorme, brillante y cara no le agradó y terminó regresándola, pero las pequeñas, las aceptó, zapatos que combinaran con sus vestidos y, sobre todo, apoyo al orfanato para mejorar sus condiciones y darles una mejor vida a los niños que vivían en el lugar.

De ese modo, el 28 de diciembre de 1718 Carolin y yo nos comprometimos oficialmente.

Mis intenciones al principio eran solo conseguir un poco de su sangre, la sangre de Eris, pero con el paso de los días, cada día que compartía con ella era agradable hasta que terminé enamorándome perdidamente de ella, al punto de olvidarme de que ella era Eris y simplemente quería tenerla a mi lado como la persona que amaba, nada más. Lamentablemente en enero de 1719 el duque de Orleans quien era el regente del reino de Francia le declaró la guerra a Felipe V tras descubrirse en Versalles la conspiración de Cellamare y con eso la guerra en el territorio francés fue inevitable.

—No puedes mandarme lejos, Eunwoo

—Tengo que hacerlo, ahora mismo los puertos son peligrosos, estamos rodeados, la única opción que tengo es mandarte lejos de la capital -dije

Era de noche, desde hace días veía venir esto y por eso me adelanté lo que pude.

—Helen vendrá por ti en cuanto sea más seguro subir a un barco

Helen y Callahan habían viajado a Japón hace dos meses, por eso no habían estado aquí en este momento, pero les había mandado una carta hace un tiempo, probablemente le estaría llegando dentro de dos semanas.

Llevábamos apenas dos semanas viviendo juntos, en una pequeña casa en el centro, solo ella y yo, sin empleados, sin nadie más, por eso yo las maletas las estaba haciendo yo mismo.

—¿A dónde iras tu?

—En cuanto pueda librarme, prometo ir por ti, nos iremos lejos, lo más lejos que podamos y esperaremos a Helen en donde estemos si es que no llega antes que yo

—Eunwoo -chilló asustada

—Caroline -la tomé de las manos -todo va a estar bien ¿De acuerdo?

Ella solo aceptó con la cabeza.

Por la mañana, un carruaje ya nos estaba esperando afuera a primera hora. Había conseguido una casa a las afueras de la ciudad, lejos del conflicto, lejos del peligro donde podía asegurar un poco más la seguridad de ella en lo que yo no estaba. La había mandado construir hace años para mí, para pasar tiempo con mi soledad cuando venía aquí, pero hace un mes había mandado plantar tulipanes de muchos colores en el jardín delantero con la intención de que esa fuera nuestra casa de descanso cuando fuéramos marido y mujer, nunca la pensé como un refugio de guerra.

Estaba a una hora de viaje en carruaje y estaba rodeada de árboles porque estaba en medio de un bosque, incluso el camino que se trazaba enfrente de la propiedad era casi invisible, apenas comenzaba a marcarse por las pocas veces que yo había venido aquí.

Al llegar, el chofer bajó para abrir la reja negra con la llave que yo le había dado, quitó el candado y abrió las puertas de par en par para que pudiéramos entrar.

—Vamos

Le extendí mi mano para que bajara y al ver los tulipanes que crecían hermosamente sonrió un poco.

—Son hermosas

—Son solo para ti

—¿En serio? -me miró sorprendida

—Las mande plantar porque sé que te gustan

—Son realmente hermosas

—Ve a verlas, bajaré las maletas

—De acuerdo

Mientras ella miraba las flores, el chofer y yo bajábamos las maletas para dejarlas a un lado de la puerta principal. El chofer no se iría ese día, se iría al día siguiente junto conmigo, así que después de dejar las maletas los tres pusimos la mesa y preparamos la comida, Gustave era mi chofer desde hace mucho tiempo, así que podíamos considerarnos amigos, incluso me había dado consejos para conquistar a Caroline, así que la cena fue amena, platicamos con calma hasta que todos nos fuimos a dormir, Gustave nos deseo una buena noche antes de encerrarse en su habitación y Caroline y yo nos fuimos a la nuestra.

—Has estado muy callada -dije

—¿Qué quieres que diga?

—Quiero ver tu esencia alegre de siempre

Me tumbe en la cama a un lado de ella.

—Lo siento, pero, aunque lo intente, me siento preocupada

—Sabes que no me pasará nada

Días antes de comprometernos se lo confesé todo, le dije quiénes éramos en realidad Helen, Callahan y yo y sé que desde ese momento, había tenido mi entiansis con ella, lo sentí, por eso lo sé.

—Sé que no, pero... -suspiró y dejó su cabeza sobre mi pecho -no importa puedes salir lastimado de todos modos, eres inmortal, no indestructible

—Pero es mucho más difícil que me muera a comparación de un humano

—Pero puede pasar

Acaricié su brazo con suavidad y cariño.

—No me pasará nada, confía en mi

—Confió en ti

—Mejor duerme, el viaje fue cansado, sé que estas cansada

—Un poco -susurró al punto de quedarse dormida, sabía que estaba bastante cansada, así que solo me quedé en silencio por unos minutos antes de que ella se quedara completamente dormida y después de un rato yo lo hice.

Por la mañana a primera hora, Gustave y yo nos preparamos para marcharnos de vuelta a la capital.

—Es hora de irnos -me acerqué a Caroline que nos miraba desde lo alto de las escaleras de la entrada en completo silencio

—Vayan con cuidado y cuídense mucho, por favor

—Lo prometo -sonreí, pero ella no pudo devolverme la sonrisa -te escribiré siempre que pueda

—Esperaré tu regreso y te escribiré todos los días

—Prometo... -tomé su mano izquierda y saqué un anillo que había preparado para nuestra boda, pero ahora era uno de promesa -que cuando estemos juntos de nuevo... -deslicé el anillo en su dedo -nos casaremos de inmediato

Por fin logré sacarle una pequeña sonrisa.

—No puedes romper tu promesa ¿De acuerdo?

—No lo haré, lo prometo

Tomó mi rostro entre sus dos manos y yo aferré mis manos en su contura. Un beso, un largo beso fue nuestra ultima despedida... realmente la ultima. 

Eris (ChaEunWoo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora