ɴᴏᴛʜɪɴɢ ɪꜱ ꜰᴏʀᴇᴠᴇʀ ┊┊ ʟᴇᴠɪ ᴀᴄᴋᴇʀᴍᴀɴ

𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟑𝟑

Ya había amanecido pero aún así no quería despertarla, debía recuperar energías y yo aún quería disfrutar un poco más de su compañía.

Estaba recostada en mi antebrazo con sus manos cerca de su boca, delicadamente quite los cabellos que me impedían ver su rostro intentando no despertarla, no entiendo porque sonrió involuntariamente cada vez que la veo.

No quería moverme de ahí, tal vez era el cansancio despues de varios días sin poder dormir o al menos sentarme unos cinco minutos, o simplemente era el hecho de que me gustaría pasar el día allí sobre la cama con ella a mi lado. Se removió sobre su lugar destapando ligeramente su cuerpo, volví a cubrirla con las sábanas mientras la observaba atentamente.
No pude evitar lo de anoche, la deseaba tanto y me había hecho tanta falta que debía demostrarle lo que realmente afecto su ausencia en mi, es la primera vez que soy delicado con una mujer.

¿Porque hago cosas así por ella?

He tenido mi primer amor pero aún así jamás he hecho este tipo de cosas por ella como lo estoy haciendo con la mocosa.

Si, probablemente me esté enamorando y aún hay una decisión que tomar, se que ella ya ha dicho que no cambiará de parecer pero debo advertirle que no será fácil, no podremos ser vistos ante los ojos del mundo al menos por un tiempo. Todo quedará únicamente entre nosotros y ella tendrá que aceptarlo.

Poco a poco abrió sus ojos acercándose aún más a mi.

── Buenos días ── hablo ella.

── Mocosa dormilona ¿ya viste que hora es? ── quería molestarla un poco.

── Me vale ── se separó de mí.

Me miró a los ojos e inmediatamente se subió encima de mi cuerpo, recostó su cabeza sobre mi pecho y abrió sus piernas para acomodarse sobre mi cuerpo, tal vez ella aún no caía en cuenta pero me acaba de provocar una erección insoportable.
También me removí sobre mi lugar para que pudiera sentirlo, inmediatamente soltó un gemido y no pude evitar sonreír.

── Le-levi ── note que su rostro estaba totalmente rojo.

── Tu eres la que se subió encima de mi mocosa.

Solo quería molestarla pero cada vez es más pervertida y al parecer la estoy volviendo adicta al sexo, podía sentir como se frotaba conmigo, por supuesto que no voy a negarme.

── Que atrevida eres ── se acercó hacia mi para besarme, tome sus caderas para profundizar sus movimientos mientras metía mi lengua en su boca.

Si anoche fui cuidadoso con ella, esta vez será lo contrario .

Escuchaba sus jadeos sin separarnos del beso y podía sentir como su intimidad se mojaba conforme los movimientos aumentaban. Al separarnos me miró con aquellos ojos llenos de deseo que me suplicaban atención.