Un Lugar de Espera (Romione)

El problema Lavander

Esa mañana de mediados de noviembre había amanecido clara y fresca, el techo encantado del Gran Comedor reflejaba el mismo azul pálido que lo había recibido antes fuera de la ventana de su dormitorio; Asimismo, sus compañeros de Gryffindor lo saludaron con la misma alegría mientras tomaba asiento junto a Harry en la mesa de Gryffindor, ignorando a Lavender Brown, quien gritó: "¡Anímate, Ron!". ¡Sé que serás brillante! "

Normalmente, la atención de la bella rubia habría acariciado su ego, lo habría hecho un poco más alto, pero esa mañana nada podría hacerlo sentir mejor. Ron no podía recordar la última vez que había estado de tan mal humor.

Espera, sí, podía: había sido cuando Hermione había ido con Krum al baile de Navidad en cuarto año.

Maldito Krum.

-¿Té?- Harry le estaba preguntando. -¿Café? ¿Jugo de calabaza?

-Cualquier cosa—gruñó, cogiendo distraídamente un trozo de tostada y mordiéndolo con enojo.

Era difícil para él creer que hace apenas un par de semanas había estado eufórico porque Hermione lo invitó a la fiesta de Navidad de Slughorn, pero ahora, gracias a su estúpida hermana escoria que no pudo Parecía mantener su lengua fuera de la garganta de Dean Thomas; todo lo que podía pensar era en Hermione y Krum encerrados en un abrazo apasionado. La imagen lo perseguía en todo momento, su imaginación activa generaba escenarios variados y elaborados, pero cada uno involucraba a ese bruto con sus manos demasiado grandes por todo su cuerpo mientras la besaba hasta dejarla sin sentido.

Maldita sea, tal vez Ron incluso se había equivocado al suponer que Hermione todavía era virgen; Si se habían estado besando, ¿quién sabía qué más habrían hecho? El tipo era una estrella internacional de Quidditch, por el amor de Merlín, con sin duda mucha experiencia manipulando y seduciendo a brujas jóvenes, ingenuas y desprevenidas...

La idea de ese idiota sangrante...haciendo cosas a Hermione hizo que su sangre hirviera y su visión se volviera roja. Para empeorar las cosas, ahora no podía imaginar por qué ella había querido llevarlo a él, a Ron, a la fiesta de Slughorn cuando todo lo que tenía que hacer era enviarle una lechuza a Krum; todavía cerca; Ron sabía que escribieron, y entonces Hermione podría pasar la noche besándose él, o follándoselo, o cualquier otra cosa que hicieran y que Ron no hubiera tenido. pista sobre...

Bueno, ahora tenía una idea, que te jodan mucho, y dado que Ron no era una estrella de Quidditch (últimamente no podía jugar una mierda para salvar sus bolas de una manada de enojados Skrewts come-bolas), solo podía imaginarlo. que Hermione lo había invitado a la fiesta por lástima; Lástima porque la pobre y pequeña Ronniekins no era parte de su pequeño y sagrado "Club de las Babosas". Al pobre Ronniekins no lo invitaban a cenas y todo eso porque no era el maldito Elegido que había golpeado a Quien-tú-sabes una y otra vez, y no era tan jodido... Tard McLaggen con sus conexiones con el tipo que había inventado Wart-Be-Gone (o lo que sea que fuera) y bíceps del tamaño de los murciélagos de Beater.

No, simplemente era el estúpido Ron Weasley con su túnica usada demasiado corta, que solo llegó al equipo de la Casa Gryffindor porque resultó que era el mejor amigo del Capitán; Ron Weasley, que nunca se había besado con una chica porque era un imbécil patético, como tan amablemente había señalado su estúpida y desaliñada hermana (todavía podía oír su voz estridente en su cabeza: "...tú tienes tanta experiencia como un niño de doce años!" Lo triste fue que tenía razón.); Ron Weasley, que siempre estuvo a la sombra del maldito Harry Potter y cinco hermanos mayores exitosos, si contabas a Percy el Prat, claro, y ahora, la mañana de su primer partido de la temporada, el partido contra Slytherin, sabía que lo iba a joder. El resto del equipo ya quería verlo expulsado, y casi deseaba que Harry los escuchara.