Un Lugar de Espera (Romione)

El País de las Maravillas

Ron respiró un poco más tranquilo en el camino a casa desde el pequeño restaurante muggle con manteles a cuadros rojos y blancos, incluso si instintivamente mantuvo su distancia de Hermione, asegurándose de no tocarla, ya que tenía la sensación de que el Sr. Granger Estaba observando cada uno de sus movimientos desde el asiento del pasajero delantero. (El padre de Hermione había tomado un taxi hasta el restaurante, por lo que iba a la casa con ellos en el auto de Jean).

El Sr. Granger parecía ser un tipo bastante tranquilo, aunque no tan amigable como su esposa, y Ron podía ver fácilmente por qué le agradaba a su padre. Aún así, durante la cena (que resultó ser bastante buena, y prácticamente había inhalado su pasta una vez que se relajó lo suficiente para comer) sintió como si el Sr. Granger lo hubiera estado estudiando, como si estaba tratando de entenderlo. Algo así como estudiar las posiciones de tu oponente en un tablero de ajedrez, sopesar tus opciones y considerar tus ventajas antes de realizar tu siguiente movimiento.

¿Era eso lo que estaba haciendo el Sr. Granger? ¿Estudiando a Ron? ¿Sopesando sus opciones? ¿Está considerando su próximo movimiento? Lo suficientemente amigable o no, el padre de Hermione ciertamente no le había pedido a Ron que lo llamara "Hugo", dijo. ¿lo tenía? No es que esperara que lo hiciera, por supuesto.

Ron intentó pensar qué haría en una situación similar, cómo reaccionaría si fuera suya hija. ¿Sería capaz de sentarse tranquilamente en un restaurante y tener una conversación civilizada con el tipo que había dejado embarazada a su hija adolescente, incluso si la situación hubiera estado fuera del control de dicho tipo?

No es muy probable.

En ese instante, Ron se sorprendió ante la realidad del hecho de que muy bien podría tener una hija. O dos de ellos. Él y Hermione aún no sabían si iban a tener niños o niñas, o incluso uno de cada uno, ya que Ron sabía muy bien que, en el caso de gemelos fraternos a diferencia de los idénticos, esa era una posibilidad. Tuvo una repentina y muy vívida imagen mental de sí mismo haciendo saltar sobre sus rodillas a una niña con cabello pelirrojo salvaje y despeinado y vestida con un mono rosa, mientras otra se arrastraba alrededor de sus tobillos, intentando levantarse por los pantalones de Ron con sus brazos. puñitos regordetes...

Tenía que decir que le gustaba la imagen; Merlín lo ayudó, realmente lo hizo. Caray, ¿no se suponía que los chicos querían niños? ¿Versiones en miniatura de sí mismos que... comerían tierra y se pondrían sapos en los bolsillos?

Lo que sea. A él realmente le importaba un carajo mientras estuvieran felices y sanos y...

-¿De qué estás sonriendo?-Susurró Hermione de repente, empujando su brazo con su codo, y vio que las comisuras de sus labios estaban hacia arriba, imitando la sonrisa que ni siquiera se había dado cuenta que había estado plasmada en su rostro hasta ese momento.

-Te lo diré más tarde.-susurró en respuesta, intentando borrar la sonrisa tonta de su rostro cuando vio la mirada del Sr. Granger en el espejo retrovisor.

En un repentino e inesperado acto de desafío, Ron extendió la mano y agarró la mano de Hermione, entrelazando sus dedos con los de ella y llevando sus manos unidas a sus labios, donde plantó ligeros besos en sus nudillos. Incluso mientras lanzaba una mirada nerviosa a la nuca de su padre, sonrió ante el gesto inesperado, y Ron no pasó por alto el sonrojo de sus mejillas ante los faros del auto detrás de ellos.

Comprueba pensó con bastante orgullo. Me estoy acercando a tu rey...

ooh

El corazón de Hermione se hinchó inexorablemente de orgullo en respuesta a la audacia de Ron, al hombre en el que se estaba convirtiendo rápidamente, mientras agarraba su mano durante el resto del camino a casa. Aunque sabía que su padre lo había intimidado en el restaurante, él se mantuvo firme y proclamó en silencio que estaba cumpliendo con sus responsabilidades, y eso era realmente admirable.